Cosecha Roja.-

El 17 de junio del año pasado un cadáver apareció flotando en una playa de Vicente López. Horas más tarde se sabría que ese cuerpo desnudo en el Río de La Plata era el primer suboficial de Prefectura que estaba por hacer uso de la ley de matrimonio igualitario y había desaparecido seis días atrás. Se trataba de Octavio Romero.

Desde que se encontró el cuerpo de Octavio hasta hace unas pocas semanas, su viudo Gabriel Gersbach atravesó una serie de obstáculos que lo excluían de todos los procesos que iba siguiendo el caso. El Juzgado Nacional de 1.ª Instancia en lo Criminal de Instrucción N.º 24 en el que recayó la causa, a cargo del juez Juan María Ramos Padilla, no lo reconocía como querellante.

“La Justicia es un órgano conservador y con estos casos que involucran a personas estigmatizadas por pertenecer a una minoría sexual todo cuesta el doble”, manifestó a Cosecha Roja, Ezequiel Gutiérrez, el abogado de la Asociación Civil por la Igualdad y la Justicia que acompaña a Gabriel. http://cosecharoja.fnpi.org/argentina-apelan-a-la-comision-interamericana-por-el-prefecto-gay-asesinado-hace-un-ano/

La exclusión del proceso comenzó desde el minuto cero para el novio de Octavio. “Ni siquiera pude ver su cuerpo en la morgue”, se lamentó Gabriel. De hecho, al inicio de la investigación fue indicado como el principal sospechoso, siguiendo el sentido común con el que se suelen abordar los crímenes de homosexuales en las instancias judiciales. En un principio la hipótesis de que se tratase de un crimen de odio, para la Justicia, parecía ser un horizonte lejano.

“Es absurdo que después de vivir 12 años juntos, de haber pasado tantas cosas los dos, no me reconocieran como querellante de la causa” enfatizó Gabriel.

Hace unas semanas la Sala VI de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional con un dictamen de dos a uno aprobó la posibilidad de que Gabriel Gersbach fuera querellante en la causa de su pareja. “¡Por fin se dieron cuenta de qué me corresponde! Ahora parece que los jueces se humanizaron un poco”, celebró Gabriel.

El reconocimiento es un avance exponencial en el camino de la búsqueda de una respuesta al interrogante sobre qué pasó con Octavio Romero. El fallo de la Cámara reconoce a Gabriel como víctima y además reprende al juez por no haberse expedido con anterioridad y por haberlo mantenido en ese estado de incertidumbre.

Con Gabriel como querellante se podría investigar si se trató de un crimen de odio por la orientación sexual de Octavio. “Estoy muy contento porque ahora voy a tener acceso a la causa. Cuando iba a la Fiscalía me daban vueltas, me decían una cosa por otra, ahora como querellante no me pueden decir nada. Después de la feria judicial, vamos a ponernos a leer la causa y a seguir en este camino por la verdad para saber qué pasó con Octavio y hacer justicia”, remarcó Gabriel.

Previo a su muerte, Octavio recibió un fuerte golpe en la cabeza y fue arrojado al agua, probablemente, con vida. Faltaba poco para que Octavio y Gabriel contrajeran matrimonio gracias a la aprobación del matrimonio igualitario. Y esto parecía ser de difícil digestión para el ámbito laboral en el que se desempeñaba Octavio. Hacía poco había dado a conocer en la Prefectura que era homosexual, y sus superiores le habían dado permiso para casarse siempre que lo hiciera de civil, sin el uniforme. A partir de ahí, Octavio empezó a sufrir hostigamientos y hasta amenazas de muerte.