Por Federico Trofelli – Tiempo Argentino.-

Estaba ansioso. Habían pasado 35 minutos de las 14 y su novia virtual, Flopi Arce, de 20 años, no llegaba. Juanchi, tres años menor que ella, esperaba ese momento desde hacía nueve meses, cuando la “conoció” a través de una red social. Nunca se habían visto personalmente pero habían decidido tener un hijo –también virtual– para afianzar el vínculo: lo llamaron Thiago. Ella nunca llegó y él recibió un mensaje de texto a su celular que lo alteró: “Mirá flaco si vos querés de vuelta a esta nena, decile al tío rati que tiene que nos devuelva lo que nos sacó, si no la piba es boleta.” Así comenzó una investigación que duró 30 horas y que involucró a un juez, un fiscal, y decenas de policías y agentes de inteligencia. En la tarde del 29 de diciembre, mientras Juanchi aguardaba la llegada de su enamorada en la plaza de San Justo, la joven puso en marcha su plan para reconquistarlo porque sentía que lo perdía, sin saber que detrás del caso iba a estar la Bonaerense y la justicia federal. Infructuosamente, en varias oportunidades, la pareja había intentado conocerse pero una excusa de ella siempre retrasaba el encuentro. No era fácil. Es que Flopi Arce no existía, sino que fue un personaje que inventó Florencia N. para conquistar a Juanchi. Las fotos que subió a Facebook tampoco eran las suyas, sino que usó las de su prima Paola. Y si bien las chicas son parientes, no se parecen en nada. Como corolario de una historia con mucha imaginación, Flopi planificó cada detalle de su secuestro. Quizá inspirada en los últimos casos policiales que conmovieron a la sociedad, inventó una historia narcopolicial que bien podría ser la trama de una novela. Al primer mensaje que recibió Juanchi le siguieron otros donde le explicaba que su tío –un tal Gastón Arce– era un policía corrupto que había mejicaneado a unos narcos quedándose con droga que no le pertenecía. Ahora, los delincuentes estaban dispuestos a violarla, e incluso asesinarla. A las 19 llegó la primera comunicación telefónica. Escuchó que la chica le gritaba: “Sacame de acá.” Luego la comunicación se cortó. “Ya te dimos las pruebas. Decile al rati que lleve lo de él y nosotros a la piba”, fue el siguiente mensaje de texto que Juanchi recibió minutos después. Sin más pistas, y sin poder dar con el tío de su novia –que no existía–, el joven denunció el secuestro en la Departamental de La Matanza. Rápidamente, se activaron los dispositivos para estos casos. A instancias del comisario Esteban Lofeudo, el fiscal Marcelo Fernández le solicitó a Marcelo Machado, a cargo del Juzgado Federal Nº 3 de Morón, intervenir las líneas telefónicas de los celulares de la pareja. Al mismo tiempo, varios patrulleros y agentes de civil recorrieron la localidad de Villa Luzuriaga donde supuestamente vivía Flopi. Pero no pudieron dar con su familia. Los policías también se acercaron al local Kevingston de San Justo donde la chica había dicho que trabajaba. Pero nadie reconoció su foto. Por los padrones electorales, los investigadores hallaron varias familias Arce en la zona pero todas las entrevistas arrojaron resultados negativos. Los agentes hasta se trasladaron a otros distritos donde algunos Arce se habían mudado. Pero la suerte era la misma. Nadie conocía a Flopi. Las horas corrían y no se descartaba ninguna hipótesis. La policía también visitó a tres de sus colegas que tenían el apellido Arce que prestaban servicios en jurisdicciones de la zona pero todos ellos negaron conocerla. Además, el Ministerio de Justicia y Seguridad provincial informó al juzgado que en sus registros no figuraba ningún efectivo llamado Gastón Arce. En medio de esa vorágine, desde la Secretaría de Inteligencia establecieron que la última comunicación de la pareja, antes del supuesto secuestro, había sido captada desde la antena ubicada en las calles Caaguazú y Setra, en Moreno. Hasta allí fueron varios agentes para intentar dar con algún testigo. Las averiguaciones se extendieron en un radio de varias manzanas, pero el resultado fue el mismo: nada. A las 0:52 del 30 de diciembre, Juanchi pudo comunicarse nuevamente con su novia. El muchacho era apuntalado por los investigadores que tutelaban la comunicación para intentar obtener más datos. La actitud de Flopi era otra. Le dijo que había sido liberada, que estaba en una comisaría y que se iba a quedar a dormir en lo de su tía, en Ituzaingó. Y le pidió al chico que se fuera a su casa: “Si no lo haces por mí, hacelo por Thiago, no te voy a decir donde estoy”, concluyó. Sin saberlo, los policías llegaron a ese domicilio, alrededor de las 2 de la madrugada, donde fueron atendidos por la verdadera Florencia y su familia, pero también negaron conocer a Flopi Arce. Los investigadores estaban de-sesperados y desorientados. Los rastreos de las llamadas y mensajes de los celulares daban nuevas ubicaciones en Ramos Mejía, Ituzaingó y Moreno, hasta donde nuevamente se trasladaron. Incluso, se apostaron en las estaciones del ferrocarril Sarmiento. Alrededor de las 9, los jóvenes volvieron a hablar. Acorralada, ella le suplicó que levantara la denuncia: “Te mandaste una cagada bárbara… me están buscando… vos sos mogólico, no te das cuenta que no puedo decir la verdad.” Antes de cortar, la chica señaló que estaba en Moreno, hasta donde volvió a trasladarse una comisión policial. Las mentiras de Flopi llegaron a su fin y de la manera más increíble. A más de 24 horas de su “secuestro”, dos agentes de civil –uno de ellos el comisario Lofeudo– y Juanchi interceptaron en un comercio de computación de Villegas y Arieta, en San Justo, a la chica de la foto. “Vos sos mi novia”, le dijo el joven. Pero no fue correspondido. Se trataba de Paola, de 19 años, la prima de Florencia, quien hacía compras junto a sus padres. Juanchi, la policía y la familia de la chica no salían de su asombro. Finalmente, todos fueron a aclarar la situación a la Departamental de La Matanza. Paola detalló a los investigadores que algunos años atrás ya había sufrido el robo de identidad por parte de su prima Florencia y todo comenzó a ponerse en su lugar. Flopi fue ubicada y trasladada con sus padres a la sede policial, donde reconoció que “en las últimas semanas Juanchi se estaba viendo con otras chicas” y eso le dio “muchos celos”, suficientes como para castigarlo por “sus infidelidades”. Por lo que pudo saber Tiempo Argentino, el último movimiento de la cuenta de Facebook de Flopi Arce fue el 30 de diciembre, cuando su estado pasó de “casada” a “soltera”.

Foto: eldiario24.com