Mujeres y género en el EFP

Cosecha Roja.-

Los pasillos de la sala D de Tecnópolis estaban llenos de gente sentada en el piso cuando Mariana Carbajal, periodista de Página 12, detalló cómo maltrataban a una amiga suya. “Llevaba más de diez años casada cuando me confesó que el esposo la golpeaba. Era una exitosa periodista y recibía golpes contra el suelo de los que temía efectos neurológicos irreversibles”. Lo contó en la mesa “Género y comunicación: la voz de las mujeres” programada en el Encuentro Federal de la Palabra.

Carbajal, autora del libro Maltratadas, estaba acompañada de Ana Cacopardo, conductora del programa Historias Debidas de Canal Encuentro; Cynthia García, periodista en Radio Nacional; Cynthia Ottaviano, Defensora del Público de Servicios de Comunicación Audiovisual y María Eugenia Ludueña, editora de Infojus Noticias, quien moderaba la charla. Un dream team de la perspectiva de género.

El libro de Carbajal partió de la historia de violencia que escuchó de su amiga. “Mi intención fue ayudarla a ella y a todas a partir de las palabras” y preguntó al público: “¿Por qué no desarmamos las matrices culturales estereotípicas desde la escuela? ¿Por qué no es prioritario en los temas de agenda política?”. Estaba extendiendo las consignas de su obra. En “Maltratadas” desarticula los imaginarios sociales que señalan la violencia contra las mujeres como un “asunto de pobres” y que “sólo les pasa a las sumisas e ignorantes” a través de historias de vida y entrevistas en profundidad.

¿Cómo hacer entrevistas con enfoque de género? preguntó María Eugenia Ludueña. “La entrevista nos ayuda si le damos un tratamiento denso al testimonio, ahí se convierte en una herramienta política fabulosa porque derrumbamos prejuicios y construimos relatos que no se cierran sobre sí mismos”, respondió Ana Cacopardo quien antes había aclarado la función de esa categoría: “El enfoque de género es un aprendizaje para complejizar las lecturas de la realidad. Los anteojos de género te permiten visibilizar formas de violencia naturalizadas por la cultura”.

“En la perspectiva de género hay una lucha contra las imposiciones gramaticales”, viró en ese sentido, Cynthia Ottaviano. “Hay que seguir trabajando para que no se le diga crimen pasional a los femicidios. Todos los que estamos acá debemos pensar en cómo modificar ese lenguaje”.

“Yo no sé por qué la violencia de genero no se ve como un problema de inseguridad”, preguntó Cynthia Gracía. “Sabes porqué”, intervino Carbajal, “porque la violencia está naturalizada, porque no nos horrorizamos con la violencia al interior de la casa. Para las mujeres es más peligroso el hogar que la calle”. Muchos asistentes a la charla asintieron con la cabeza.

Antes de pasar a las preguntas del público, Cacopardo enfatizó un tema que traía latente: los operadores judiciales. “Debemos hacer foco sobre la agenda de las prácticas judiciales. La Ley de trata, por ejemplo. Las pocas condenas hechas son para mujeres que ocupan un segundo lugar en la cadena y que además podemos entender desde el par víctima-victimario porque ellas fueron explotadas”. El público aplaudió y, en adelante, cada vez que una de ellas intervenía sonaban aplausos, parecía una catarsis colectiva en la que todos se renovaban.

“Si los operadores de justicia no incorporan la perspectiva de género, no podrán proteger a las mujeres desde un lugar de derechos”, opinó Mariana Carbajal y continuó la catarsis.

Al final, como si se tratara del cierre de un ritual de paso, Cynthia García leyó un poema de Roque Dalton, “Para un mejor amor”: “nadie discute que el sexo es una categoría en el mundo de la pareja… Donde empiezan los líos es cuando una mujer dice que el sexo es una categoría política”. Cuando leyó el punto final ya no hubo lugar para el silencio en esa sala.