Cosecha Roja.-
Anoche, en el programa de radio No tan distintos, el sociólogo Diego Galeano analizó la protesta de Gendarmes y Prefectos e hizo una comparación con Ecuador, Bolivia y Brasil. Estos son los aspectos claves de la entrevista. Debajo, el audio completo.
-Lo que pasó con la policía en Ecuador, Brasil y Bolivia es bastante diferente a lo que pasa en Argentina. Pero hay un diagnóstico general que está relacionado con el creciente poder que tienen las policías desde la transición democrática. La idea de inseguridad es determinante para el destino de muchos gobiernos y las fuerzas de seguridad son conscientes de esto.
-Lo que pasó en Ecuador se acerca más a un golpe de Estado a través de las instituciones de seguridad. Lo que sucedió en Brasil está más relacionado con el panorama que estamos viviendo ahora en Argentina. Son reclamos laborales.
-La policía no es una institución homogénea, está fracturada y atravesada por conflictos internos. Dentro de las fuerzas de seguridad hay insatisfacción con las diferencias salariales que existen entre la cúpula y la base. Este es un primer paralelo que podemos trazar con la situación que se vivió en Río de Janeiro.
-El gobierno nacional tomó unas determinaciones con las cúpulas: pasó a retiro a diez prefectos generales y a algunos comandantes. Es una reacción bastante diferente a la de Brasil. Esta reacción apunta a tomar control de la situación. En Río de Janeiro lo que se hizo fue una persecución a los huelguistas, muchos de los cuales eran cabos.
-Dentro de este panorama, la policía se convierte en algo difícil de gestionar, en una fuerza que se puede ir en contra del gobierno. En algún momento, esta situación puede crear condiciones políticas y sociales que pueden poner en jaque al gobierno. Esto se puede constatar en la Provincia de Buenos Aires. Hay una conciencia al interior de las fuerzas de seguridad de su propia capacidad de desestabilización política y eso termina convirtiéndose en herramienta de negociación.
-No siempre son situaciones de huelga; pueden ser situaciones de zonas liberadas o escenas de inseguridad. La huelga no es la única herramienta que las fuerzas de seguridad tienen para desestabilizar.
-Lo peligroso de estas situaciones es que se convierten en un capital político demasiado alto. La sociedad tiene que reflexionar un poco sobre los alcances y los conflictos que se crean en torno a la sensación de inseguridad. En Argentina hay estudios que lo demuestran. Argentina tiene una enorme diferencia entre los crímenes cometidos y la sensación de inseguridad. En México, los habitantes sí tienen posibilidades reales de ser asesinados. Hay una situación de uso mediático y político de la inseguridad que le da ese capital político a las fuerzas de seguridad.
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