lincha (1)Cosecha Roja.-

No hubo presunción de inocencia, juicio previo ni juez neutral: a David Moreira lo lincharon en plena calle un grupo de vecinos del barrio rosarino Azcuénaga porque había intentado robarle la cartera a una señora con un amigo. El joven de 18 años murió tres días después y en las redes sociales lo festejaron: “Por suerte la policía llegó tarde y le dio un buen tiempo para matarlo a patadas”, escribieron. Ahora Facebook certificará las conversaciones y la Justicia podrá usarlas para probar quiénes fueron los responsables del asesinato.

La causa está cargo de la fiscalía de Florentino Malaponte e incluye la documentación de conversaciones a través de la red social. “Si bien en su momento se supo que hubo participación de un grupo bastante numeroso de personas, el trabajo de investigación dio que la agresión más letal vino de parte un grupo más definido de entre cinco y seis personas”, dijo en Todos en la 8 el abogado de la familia del Moreira, Norberto Olivares.

El sábado 23 de marzo de 2014, cerca de las seis de la tarde, una joven de 21 años caminaba con su hija bebé por la calle Marcos Paz al 5400. Dos hombres, que iban en moto, le arrebataron la cartera y huyeron. Un grupo de vecinos detuvo a David -presumiendo que era uno de ellos- y lo golpearon salvajemente.

Ni bien sucedió el asesinato, en las redes se leyó: “Vi vecinos quemándolo con cigarrillos, ojalá alguno le hubiera cortado las manos”, escribió el administrador del grupo de Facebook Indignados Barrio Azcuénaga. Otros comentaban que estaban “re podridos” y se alentaban: “O actuamos como medievales y los linchamos en la plaza o nos van a seguir matando a nosotros”. Al mediodía, muchos de los comentarios habían sido eliminados.

Después del crimen, Olivares presentó en la fiscalía un escrito tras recolectar pruebas e indicios de que el linchamiento no fue espontáneo. Según publicó La Capital, Facebook podría otorgar la certificación de algunas conversaciones entre vecinos que participaron del linchamiento. El contenido de esos mensajes los involucra en la golpiza. Gracias a eso, se podría ampliar la imputación a más personas.

Diecisiete meses antes de la muerte de David Moreira ocurrió un hecho parecido, en el mismo lugar: unos pibes en una moto robaron una cartera y no lograron huir. Una camioneta los encerró, cayeron al pavimento y un centenar de personas los golpearon y no dejaron que pasara la ambulancia. No llegó a tragedia porque intervino la Policía pero, si no hubiese quedado impune, quizá David Moreira estaría vivo.

La Justicia no recolectó pruebas del linchamiento anterior pero sí logró condenar, en tan sólo 87 días por robar una cartera al compañero de robo de David (Isaías Ducca). Para uno, la eficiencia fue de los tribunales. Para David, la condena también fue exprés: lo asesinaron los vecinos a golpes. Por su muerte todavía no hubo justicia y hay dos imputados, que están en libertad. “Si creyeron que mi hijo cometió un robo, lo tendrían que haber llevado a una comisaría”, dijo a medios locales Lorena Torres, la madre de David.

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David Moreira es apenas un nombre y un apellido de una extensa lista de chicos muertos que pasaron por las aulas de la Escuela N° 456. Adrián Gómez, el vicedirector de la escuela reconstruyó la historia del estudiante en el aula. Descubrió que era un niño solidario, cumplidor, tímido y muy feliz. Micaela, Elías y Tomás -los hermanos menores del joven- dejaron de ir a la escuela luego del crimen y los docentes los fueron a buscar a su casa para que volvieran.

El trabajo de Gómez es parte de los relevamientos que viene realizando un grupo de docentes de Amsafé Rosario por la cantidad de adolescentes que mueren en las calles de la periferia de la ciudad. Según un informe publicado en Rosarioplus.com en julio, 14 los chicos en edad escolar fueron acribillados en 2015. El año pasado fueron 30.