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“Tenía 15 años, salía de educación física a las 16 horas. Caminaba sola cuando un hombre, conocido en el barrio por tener mucha plata, comenzó a seguirme con el auto. Primero ofreció llevarme y después empezó a gritar insultos y cochinadas”. Así empieza uno de los testimonios difundidos por el colectivo Acción Respeto en una campaña contra el acoso callejero. No se detiene allí: la adolescente memorizó la patente del auto, fue hasta la comisaría e intentó hacer una denuncia. Pero los oficiales se rieron:

– Si no te violó, no hay delito, piba.

En la Semana Internacional contra el Acoso Callejero, del 10 al 16 de abril, las organizaciones Acción Respeto y el movimiento Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLa) difundieron y promovieron actividades para apoyar la ley que pena el hostigamiento hacia las mujeres y el colectivo LGBT en la vía pública. “El acoso no es sólo una frase, es un contexto enorme de violencia machista que lo transforma en una amenaza”, dijo a Cosecha Roja Paula Cazon, coordinadora de Acción Respeto.

MuMaLa presentó un informe sobre el acoso callejero en la Ciudad de Buenos Aires. El cien por ciento de las 206 mujeres consultadas afirmó que sufrió algún tipo de hostigamiento en la vía pública desde los nueve años. “Exigimos medidas para hacer de la ciudad un lugar seguro para nosotras”, dijo Raquel Vivanco, coordinadora nacional de MuMaLá. Esta semana, el movimiento realizará una colecta de firmas para que la ley sea tratada en el Congreso y una campaña de concientización en las plazas de todo el país.

Además, el informe dice que el 47 por ciento de las mujeres fueron perseguidas y que el 37 por ciento soportó que un hombre se desnudara y le mostrara su miembro. Todas las mujeres contaron que usaban algún tipo de estrategia para evitar el acoso como cruzar de vereda, caminar acompañadas, no pasar por lugares oscuros o llevar gas pimienta. “El espacio público es hostil hacia las mujeres y eso restringe nuestro derecho básico a estar en el espacio público”, contó Vivianco.

Las víctimas son casi siempre adolescentes y jóvenes entre 15 y 30 años. Pero la probabilidad de ser increpada en la calle nunca desaparece. Algunas mujeres sufren el acoso desde los nueve años.

“En un país donde hay siete femicidios diarios, el acoso callejero no es un chiste” dice uno de los afiches de Acción Respeto. La coordinadora del colectivo dijo que faltan políticas que visibilicen la violencia contra las mujeres en los espacios públicos. “Es un problema que está arraigado en la cultura y que la sociedad lo ve como si no tuviera importancia”, dijo Cazon.

El colectivo MuMaLa propone incluir un programa de prevención en las escuelas públicas. “Se trata de la manifestación más de la violencia sexista y un problema de seguridad ciudadana, que debe abordarse de manera urgente” afirma uno de los comunicados de la organización.