Cosecha Roja.-

En julio del año pasado, en Salta, dos turistas francesas fueron asesinadas luego de ser golpeadas y violadas. La repercusión del caso llevó a la presidenta Cristina Fernández a reunirse con los padres de las chicas. En la causa hay tres detenidos acusados de ser los autores del doble crimen. Ayer la justicia revocó el sobreseimiento del padre de uno de ellos y el fiscal pidió su encarcelación.

Cassandre Bouvier, una investigadora deLa Sorbonade 29 años y Houria Moumni, estudiante de sociología de 23, habían llegado a Salta el 11 de septiembre de 2011 después de un largo viaje por Latinoamérica. Tres días después las dos chicas salieron a caminar por el circuito turístico dela Quebradade San Lorenzo, a unos14 kilómetrosde la capital. Al atardecer, antes de emprender el regreso, pararon a descansar en un sector conocido como El Mirador, donde se sacaron su última foto. En la cámara de las chicas se encontró una foto más, aparentemente disparada accidentalmente a las 18.35, cuando estaban siendo atacadas.

Catorce días después, un turista porteño que caminaba junto a su familia por el lugar se encontró con la terrible escena: un cuerpo semidesnudo y prácticamente desfigurado yacía en el suelo boca abajo. El hombre salió corriendo desesperado y en el camino encontró a un salteño, que bajó dela Quebraday dio aviso en la comisaría. En un principio, los policías creyeron que podría tratarse del cuerpo de María Cash, una joven diseñadora porteña que había desaparecido –y aún hoy continúa desaparecida- una semana antes. Durante más de una hora, personal de la subcomisaría de San Lorenzo recorrió el camino y encontró el cuerpo. Mientras rastrillaban los alrededores en busca de pruebas en medio de los pastizales apareció el cadáver de la otra chica.

Las autopsias demostraron que las turistas habían sido golpeadas y violadas reiteradamente. “En su rostro”, contó el padre de Cassandra “se veía el impacto de una bala de pequeño calibre. Lo más visible eran las de golpes. La nariz rota, la mandíbula aplastada, golpes múltiples. El cuerpo fue encontrado mucho tiempo después del deceso y sus ojos estaban abiertos. En su mirada había una trágica dignidad y terror. Se veía que había luchado”.

La reconstrucción de los hechos realizada por el fiscal de la causa sostiene que las chicas estaban en El Mirador cuando aparecieron cuatro hombres que las atacaron y las llevaron a un descampado. Allí, después de golpearlas, cortarlas con un machete y violarlas las asesinaron con un rifle Bataan calibre 22.

Los principales acusados en el doble crimen son cuatro: Gustavo Lasi, un guía turístico ocasional de 24 años; su padre, Walter Lasi, a quien le fue revocado el sobreseimiento en el día de ayer; Daniel Vilte Laxi, albañil de 24, y Santos Clemente Vera, de 37. De este último se encontraron restos de piel en las uñas de una de las chicas. Además, en su casa apareció el machete con el que habrían cortado a las jóvenes.

El más comprometido de los acusados es Gustavo Lasi. El patrón genético del semen encontrado en uno de los cuerpos coincide con el suyo. Además, en su declaración ante el juez, confesó su participación en el crimen e inculpó a Vilte Laxi y a Santos Clemente Vera. Según contó, esa tarde los tres habían ido a cazar y a pescar por la zona deLa Quebrada.Regresabanbastante borrachos cuando vieron a las chicas sacándose fotos en el mirador. Ahí las atacaron y como se resistieron las golpearon duramente. Él fue el primero que violó a Houria, dijo, y luego se alejó. Los otros dos muchachos siguieron sometiéndolas durante un largo rato.

El revocamiento del sobreseimiento de Walter Lasi, padre del principal implicado, fue dictado por el Tribunal de Impugnación a pedido del fiscal de la causa, Eduardo Barrionuevo, que considera que Walter también estuvo presente en la escena del crimen. Para el letrado, el material genético hallado en la escena y atribuído exclusivamente a Gustavo Lasi, también sería compatible con el ADN de Walter.

En su declaración, Walter Lasi había dicho que el día del doble homicidio él se había ido temprano de su trabajo en la empresa Puma Expeditions para enviar unos telegramas de la ciudad de Salta. Barrionuevo derribó esa coartada al demostrar que esas tareas fueron realizadas entre tres y cuatro días después del crimen.