Todos conocemos a alguien que tuvo dengue

En Tucumán se confirmaron un poco más de 1600 casos de la enfermedad del mosquito, pero los tucumanos sospechan que hay más: todos tienen a un amigo o conocido que la padeció.

Todos conocemos a alguien que tuvo dengue

Por Cosecha Roja
08/05/2020

Por Bruno Bazán

“Inviertan en repelentes, espirales, tabletas porque cuando te dicen que el dengue es doloroso no exageran. El dolor es insoportable”, tuiteó hace pocos días la periodista del noticiero de Canal 10, Alba Barbeito.

Durante la cuarentena en Tucumán dos epidemias nos obligan a dividir nuestra atención entre un virus que hace estragos en el mundo y una enfermedad conocida pero no superada. Ni el barbijo, ni estar en casa nos ayuda a evitar la picadura del mosquito que transmite la enfermedad del dengue.

“El dengue se manifiesta por un síntoma febril, sin otra causa aparente que pueda explicar la fiebre, y relacionado con el contexto”, explica Andrea Lascano, médica especializada en epidemiologia aplicada a la salud pública y actualmente a cargo de Contro y Vigilancia de arbovirus, las enfermedades transmitidas por mosquitos.

El fuerte dolor en el cuerpo con el que se transitan los días con esta enfermedad ya es un conocimiento compartido en la provincia.  Semanas atrás la decana de la Facultad de Derecho de la UNT, Adela Seguí, compartió en sus redes el padecimiento que vivió al contraer la enfermedad:

Quiero que sepan no sólo que es fea, molesta, grave, potencialmente mortal. Es una enfermedad a la que la civilización ya no está acostumbrada. He pasado 11 días de fiebre, que en algunos momentos es altísima, de más de 39º y medio, muy difícil de combatir porque solo se da paracetamol y en mi caso, esa droga siempre fue como un mejoralito. Los demás antiinflamatorios y antitérmicos están contraindicados para no agravar el cuadro”.


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Este año el brote comenzó a finales del mes de febrero y se notificaron más de dos mil casos de los cuales se han confirmado 1.622. La cifra no parece representar peligro si la comparamos con los números a escala mundial del covid-19 que escuchamos a diario en los medios. Quizás por eso crece la desconfianza en esos números. Todos tenemos la sensación de que son mucho más los casos, a fin de cuentas todes conocemos a alguien que tiene o tuvo dengue.

El dengue es una enfermedad de notificación obligatoria, pero en el sistema de salud no todos los sectores están informatizados ni tienen integrado los canales de comunicación. Entre el sector público, el sector privado y el de las obras sociales puede existir un sub registro de casos que no llegan a ser notificados ni confirmados. Más aún, no todas las personas con síntomas acuden necesariamente al médico.  Lograr precisión en este punto todavía es un desafío para el sistema sanitario argentino.

Así como todos conocemos a alguien con dengue, también se conoce que no a todos los pacientes le realizan el testeo para corroborar la enfermedad. “A mi mamá no le quisieron hacer el test”,  dijo un joven en posteo de facebook. “Me dijeron que si quería me lo hago con privado”, contó una compañera de trabajo.

Existe un protocolo que desconocemos y que tiene que ver con el contexto de epidemia que estamos viviendo. “En esta situación, ya epidémica, no es necesario el testeo. El objetivo  del testeo es de vigilancia epidemiológica. Si el paciente se encuentra en zona de brote y con clínica compatible con la enfermedad, se puede hacer iniciar tratamiento”, dice Lascano.

El motivo de este protocolo es que la demora en testeo puede representar una demora en tratamiento. El laboratorio confirmatorio sirve antes de la epidemia para vigilancia epidemiológica, durante la epidemia para observar los serotipos de dengue que están circulando y para detectar el fin de la epidemia. 

En Tucumán padecemos la epidemia del dengue porque tenemos condiciones ambientales para la existencia del mosquito vector, el aedes aegypti, y también porque hay condiciones sociales para esto. La respuesta al dengue no es solo sanitaria sino que supone varias dimensiones, entre ellas un  fuerte trabajo territorial en todos los barrios de la provincia.

“El objetivo no es eliminar el vector, el objetivo es poder disminuir la cantidad de mosquito circulante. Sobre todo dentro de zonas que son de extrema vulnerabilidad. Este tema no es exclusivo del sector salud, nosotros lo que hacemos es marcar una situación sanitaria o la situación social que atraviesan los barrios para poder abordar esta problemática de manera integral”, afirma la especialista.

Aún no se sabe cómo continuará el mundo con la respuesta al covid-19, pero si se sabe todo lo necesario en Tucumán para prevenir de modo más eficaz un nuevo brote de dengue. El clima subtropical húmedo, el mosquito y las condiciones sociales estarán siempre aquí,  generando brotes periódicos a menos que el Estado logre articular soluciones definitivas, lo que significa modificar  condiciones de vida  concreta de miles de personas.

Del #QuedateEnCasa al Llegó a tu Casa y a tu barrio, hay un Estado y un virus de diferencia.

Esta nota se produjo en el marco de la Beca Cosecha Roja y también fue publicada en La Nota de Tucumán.