Tiene 11 años, fue violada y organizaron un baby shower para recibir al bebé

En Monte Caseros, Corrientes, las instituciones se alinearon para que una nena violada lleve adelante una gestación. La provincia fue declarada territorio “pro vida” por el decreto N° 2870: no cumple con ILE, ESI, ni tiene protocolos que se coordinen entre la salud y la justicia.

Tiene 11 años, fue violada y organizaron un baby shower para recibir al bebé

Por Cosecha Roja
10/09/2020

No se precisa un solo adjetivo porque los datos hablan. Una nena que esta semana cumplió 11 años ayer parió un bebé por cesárea. El embarazo fue porque la violó el padrastro. Una iglesia evangélica le organizó un baby shower para “celebrar” el nacimiento. 

La nena vive en Monte Caseros, un pueblo rural a 480 kilómetros de Corrientes Capital, territorio declarado “pro vida” por el decreto provincial N° 2870.  No tienen  protocolo de ILE ni adhirieron a la ley de creación del Programa Nacional de Educación Sexual Integral. 

“La niña no puede decidir si quiere tener o no un bebé porque cuando quedó embarazada tenía diez años”, dijo a Cosecha Roja Emilia Tadeo, del Colectivo Feminista de Monte Caseros.

Cuando el embarazo recién empezaba, la abuela de la nena lo percibió y la llevaron al hospital. “La primera médica que la revisa a la niña le contó a su mamá que podía interrumpirse el embarazo, pero cuando esta información llega a la niña no llega del modo adecuado: le dijeron que la tenían que pinchar, se asustó, y dijo que no quería hacerlo”, dice Tadeo.

Tras esa primera consulta la mamá la llevó con su pediatra de confianza y le dijeron que el embarazo ya estaba avanzado. “Por supuesto que la familia tomó la palabra de la médica, totalmente desprovista de perspectiva de género, como una autoridad y le hicieron caso”, cuenta Tadeo. “Ahí no se pudo hacer más nada, aunque nos dolió mucho, el embarazo siguió adelante y acompañamos a la niña y la familia con mucha indignación por todos los mecanismos institucionales que no la resguardaron”.


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El bebé nació en el Hospital Neonatal Eloísa Torrente de Vidal, en la Capital provincial. En marzo su caso se judicializó y un equipo especializado en embarazo adolescente del Eloísa  siguió de cerca el proceso de gestación, a partir de informes que mandaban los médicos que la atendían en su pueblo.

El acusado de abusar de la nena es un hombre de 31 años, cónyuge de la madre, que está preso con preventiva. El caso lo lleva el juez de Instrucción y Correccional de Monte Caseros, Eduardo Alegre. 

Según varios medios locales el juez dijo que la nena “fue seducida” por el imputado. “Cuando digo que fue seducida me refiero a que la nena no fue amenazada por este hombre ni tampoco sufrió golpes”, ¿aclaró? Alegre. 

El juez dijo que la nena sufrió varios ataques sexuales y que no se pudo probar que su madre haya estado al tanto de los abusos. “El imputado abandonó la casa apenas se enteró del embarazo de la nena. En el proceso se negó a declarar y fue procesado por el delito de abuso sexual”.

El ginecólogo y obstetra correntino Horacio Costa se sumó al debate con una opinión desafortunada: “Si esta nena estuviera educada por ahí podría resistirse al abuso porque en el ochenta por ciento de los casos está (el abusador) en el entorno familiar”, dijo al noticiero “Somos Corrientes”, uno de los más vistos en la provincia. 

La defensora pública Nora Maciel salió al cruce del ginecólogo y le respondió. Que se asuma que “una niña de 10 o incluso más pequeña pueda resistir un abuso intrafamiliar, ignorando que la superioridad del hombre sobre la mujer establecida como orden social para todos los aspectos de la vida, genera terribles desigualdades e innumerables situaciones de violencia, lo que es mayor cuando se trata de un adulto respecto de una niña con la que convive”, dijo

Costa, que es una de las voces que se oponen abiertamente al derecho de aborto no punible, pidió disculpas tras los repudios.

La semana pasada el pueblo se enteró del baby shower que le organizó la iglesia Ministerio Apostólico y Profético de Monte Caseros, ya que un tío las subió a las redes. El “festejo”, el desamparo institucional y la falta de un protocolo para contener a la nena suman un nuevo capítulo en la historia de los antiderechos.