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Cosecha Roja-.

Una mujer de 21 años murió estrangulada, con un cinto de tela, en su casa de la ciudad de Orán, en Salta. El único acusado es su pareja, Luis Martínez, de 62 años, con quien tenía un hijo de un año y medio y una historia plagada de golpes y humillaciones.

En la portada del Facebook de Lissa Farel hay una consigna que hoy suena a grito desesperado: “Humillar a alguien no te hace ni más orgulloso ni más fuerte ni más poderoso, te hace más miserable”. Según la Policía, el lunes por la mañana su esposo llegó a la comisaría 20 de esa ciudad, pidiendo auxilio para su mujer que, según dijo, había intentado suicidarse.

Cuando llegaron los policías, encontraron que la joven tenía un cinto de tela alrededor del cuello y pendía del soporte de un televisor empotrado en una de las paredes de la casa, a unos dos metros de altura aproximadamente. Todavía estaba con vida, pero murió cuando era trasladada al hospital.

Según publicó el diario “El Tribuno”, la autopsia determinó que la causa de muerte no fue ahorcamiento sino “asfixia mecánica por estrangulamiento”. Además, los investigadores tomaron conocimiento de la existencia de historias clínicas de la mujer en varios centros médicos de Orán, en donde Lissa había sido asistida de las heridas producidas por las golpizas que le propinaba su pareja.

Después de declarar durante más de 10 horas ante la jueza de Instrucción Norma Vera,

Luis Martínez quedó preso hasta que la justicia determine el grado de culpabilidad en la muerte de su esposa.