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Cosecha Roja.-

El martes a la tarde, Mechi, una militante social del barrio Ludueña, en la zona norte de Rosario, escuchó desde su casa unos disparos que venían de la calle y salió a buscar a su hijo. Afuera, dos bandas narcos se enfrentaban a los tiros. Cuando salió, una bala le atravesó la espalda y murió unas horas después en el hospital. Mañana, vecinos del barrio marcharán para pedir justicia y para denunciar la complicidad de la comisaría con los transas del barrio.

El martes, cerca de las 6 y media de la tarde, los vecinos del barrio Ludueña, en la zona norte de Rosario, escucharon una serie de disparos. Uno de ellos salió a la calle y la vio a Mechi tirada en el piso. Una bala calibre 11.25 le había pegado en la espalda.

La mujer fue trasladada al hospital Centenario, donde murió unos minutos antes de las 4 de la madrugada.

Mercedes Delgado, Mechi, tenía 50 años y seis hijos. Veinte años atrás llegó desde Avellaneda, en el norte de la provincia, y se instaló en el barrio, donde comenzó a militar en el centro comunitario “San Cayetano” de la comunidad salesiana, que tiene una fuerte presencia en el barrio a partir del trabajo que desde hace más de 40 años lleva adelante el padre Edgardo Montaldo.

El martes a la tarde, Mechi mandó a su hijo de 14 años a hacer un mandado. Al rato escuchó unos tiros y salió a buscar al chico. En la esquina de Bielsa al 6100 un disparó le ingresó por la espalda y le salió por el estómago. Cuando los vecinos salieron a auxiliarla ya había comenzado a desangrarse.

El jefe de Orden Público de la policía de Rosario, Daniel Corbellini, dijo que “la investigación está avanzada” y que tienen identificados a “varios de los partícipes de este hecho”. Se trata de dos bandas conocidas, que esta vez se habrían enfrentado por una vieja disputa con un joven que acababa de salir de la cárcel.

Según cuentan algunos vecinos del barrio, los kioscos de droga del barrio funcionan bajo en complicidad con la comisaría 12.

“Ayer a la tarde los fueron a buscar (…). En el grupo iba hasta la madre de uno de ellos. Algunos llevaban armas que daban vergüenza. Revólveres atados con alambre. Y del otro lado los recibieron con todo. Uno de esos balazos, en los que hubo hasta escopetazos, es el que mató a la mujer del centro comunitario”, contó un vecino al diario La Capital.

En el barrio, todos conocen a los grupos que se enfrentaron. Según explicó a Cosecha Roja el padre Montaldo, el narcotráfico hizo pie en el territorio y la vida en el barrio sufrió un giro de 180 grados. “El problema de la droga cada vez está más agudizado”, explicó, y apuntó directamente hacia la policía: “Hay complicidad de la policía con el narcotráfico. Dejando actuar o haciendo convenios, muchas veces cobrando” a los narcos para que trabajen libremente.

“Sobre ese tema no vamos a hablar”, dijo un joven del barrio al ser consultado por Cosecha Roja sobre las bandas que disputan el territorio. El temor a una posible venganza obliga a callar lo que todos conocen.

Mañana, desde las 18 horas, los vecinos convocaron a una marcha que va a partir desde Garzón y Gorriti, donde funciona el comedor “San Cayetano” hasta la seccional 12, para reclamos Justicia y denunciar las complicidades policiales con el narcotráfico.