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Cosecha Roja.- 

Anoche, en el barrio Ludueña, en la zona oeste de Rosario, Cintia Cuevas fue hasta la casa de Carlos Peralta a decirle que estaba cansada de los ruidos, que ya no lo podía soportar. El hombre largó una balacera y mató al hijo de Cuevas, de cinco años. Después del homicidio una pueblada se movilizó al comercio de Peralta, que ahora está preso.

Según la policía local “esta no era la primera vez que se peleaban”: Cintia, de 36 años, estaba cansada de los ruidos que Carlos Peralta hacía en su comercio, una pequeña granja ubicada al lado de su casa. Anoche la discusión llegó más allá: Cintia “fue maltratada por Peralta, que le pegó un puñete en la cara y le dio un culatazo en el cabeza provocándole una herida leve”, agregaron las fuentes. Cuando José Acevedo, la pareja de Cintia (un año mayor que ella), escuchó los gritos de su mujer pidiendo ayuda, se sumó a la discusión.

Detrás de Acevedo llegó su hijo. ”Justo en ese momento Peralta empezó a los tiros –informó la policía-. Una de esa balas, por los primeros trabajos de relevamiento hechos por los peritos, rebotó en el piso y se metió en el pecho del nene que cayó desplomado en el lugar”. En el lugar los forenses recogieron nueve vainas servidas. Por la trayectoria de los disparos se demostró que una bala que rebotó fue la que produjo la muerte del nene.

Desesperada, Cintia llevó a su hijo en el auto de un vecino hasta el hospital de Niños Zona Norte de Rosario, pero llegó muerto. Sus vecinos quisieron vengarse: “empezaron a tirarle piedras y quisieron saquearle la granja. Los agentes de la comisaría 12ª lo tuvieron que sacar para que no lo lincharan pero antes tuvieron que esperar la llegada de efectivos del Cuerpo de Infantería para proteger la zona”, dijeron las fuentes que presenciaron la pueblada.

Después de provocar destrozos en el comercio-vivienda de Peralta, los vecinos se movilizaron hasta la comisaría 12ª, donde está preso a disposición del Juzgado, para reclamar justicia.