desarmaderosLos preparativos empezaron a las 7 de la mañana: organizaron los handys, los autos, los más de 600 efectivos de gendarmería que participarían y una veintena de personas de la Dirección de Fiscalización de Desarmaderos y Autopartes de la Nación para coordinar cada uno de los 23 allanamientos en Rosario, San Lorenzo, Granadero Baigorria, Pérez y Piñero. A las 10 de la mañana el Secretario de Seguridad, Sergio Berni, se subió al helicóptero desde el que dirigió el operativo completo. Sólo desde ahí se veían los predios donde los desarmaderos ilegales tenían las más de 20 mil autopartes que se secuestraron. A la calle, daba una fachada. En algunos casos eran locales de venta al público. En otros, portones sin cartel.

Durante casi tres horas revisaron y secuestraron puertas, ruedas, volantes, cajas de cambio, motores y capots. Muchas de ellas no tenían limado el número de registro. Después clausuraron los locales con todo adentro: era imposible llevarse la enorme cantidad de elementos que sumaban un valor de más de 60 millones de pesos. No hubo detenidos porque los serenos que cuidaban los galpones no son el objetivo: lo que buscan es rastrear a las organizaciones criminales que hay detrás. Por eso, también se llevaron documentación fuera de reglamentación.

La investigación empezó hace tres meses y la llevó adelante la Dirección Nacional de Fiscalización de Desarmaderos y Autopartes, del Ministerio de Seguridad de la Nación. “No tenemos ninguna duda de que en estos repuestos hay manchas de sangre”, dijo Berni en conferencia de prensa. A partir de ahora, se inicia una nueva etapa en la investigación en la Unidad Fiscal Especial de Delitos Económicos y Complejos, a cargo de Sebastián Narvaja. Se trata de armar el inventario, clasificar y conectar las autopartes con los vehículos robados, con las causas iniciadas por esos robos y, finalmente, con las bandas. Berni explicó: “Ahora hay que buscar la numeración, encontrar informáticamente de qué vehículo es, si ese vehículo tenía pedido de secuestro o no y en qué delito participó”.

El fiscal Narvaja dijo: “Se han detectado actividades irregulares en cada uno de los lugares, esto significa que han dado veintitrés allanamientos positivos. Estas investigaciones son muy importantes porque atacan a los mercados delictivos, que son los que generan los flujos de dinero alrededor de los cuales se mueve la actividad criminal”.

Fuentes judiciales contaron a Cosecha Roja que las organizaciones criminales en Santa Fe están mutando del menudeo de droga en los búnkers a otro tipo de delitos. Las armas, que antes se usaban para la disputas territoriales, siguen estando. Las personas, también. Lo que pasó, investigan, es que “el mercado de la droga se fue secando” y se desplazaron a otras modalidades delictivas. Como los autos modernos requieren de la llave para ser encendidos, lo común es que sean robados cuando sus conductores están al volante. Por eso, es uno de los delitos que ponen más en riesgo la vida.