bancoCosecha Roja-. La sucursal del Banco Santander Río en el barrio de Flores abrió cerca de las diez de la mañana. Tres hombres de saco y corbata hicieron la fila para ser atendidos. Cuando uno de ellos llegó a la caja, le mostró a la empleada un bulto que simulaba ser una bomba. Pero era un tetra brik de leche descremada.
No llevaban nada para taparse la cara. No tenían armas. No había ninguna bomba. Pero escaparon con plata, aunque no se sabe cuánto y se presume que era poca, porque el banco acababa de abrir.
Uno de los hombres se acercó al vigilador privado y, sin que nadie escuchara, le dijo que tenía un arma en el bolsillo y que no se moviera porque si no iba a disparar. Mientras, los otros dos estaban en la cola de la caja uno. Cuando llegaron al mostrador, uno de ellos miró un paquete rectangular, miró a la empleada, y le dijo que era un explosivo.
Después de que la mujer les entregara la plata, el hombre dejó la caja “bomba” en el mostrador y le dijo que si alguien la tocaba iba a explotar.

Los empleados del banco llamaron a la seccional. Las autoridades llamaron a expertos de la Brigada de Explosivos de Bomberos de la Policía Federal. Así fue como descubrieron que el paquete envuelto en una bolsa de negra con cinta de embalar era en realidad una caja de cartón de leche.