Desde el brazo de Sergio Maldonado, la cara de Santiago, su hermano, mira a los periodistas de la sala. Se nota que la tinta está todavía casi fresca: de todos los tatuajes que Sergio tiene en los brazos, el de Santiago es el más brillante.

La sala está llena de periodistas y Sergio y Andrea Antico, su esposa, entrelazan sus brazos mientras Mariela Belski, directora ejecutiva de Amnesty Argentina, agradece a los periodistas e inicia la conferencia de prensa. “Santiago no desaparece caminando al borde del río, desaparece en un contexto de represión de la Gendarmería y ahora hace falta dilucidar qué pasó desde el momento de su desaparición. Qué hechos hicieron que Santiago desaparezca”, dice Belski para empezar.

“Nosotros estamos de duelo. Son días de mucho dolor y mucho trabajo”, continúa Verónica Heredia, la abogada de la familia. Mientras tanto, Sergio y Andrea están serios, con la vista fija en un punto. Se los ve tristes pero enteros, y más tarde Sergio va a decir que después de una semana muy dura como la pasada ya están repuestos “para continuar la lucha para pedir justicia por Santiago”.

Heredia dio algunas precisiones sobre la postura de la familia ante la investigación. “Estamos ante una causa de desaparición forzada seguida de muerte. El hallazgo del cuerpo de Santiago es un hecho que amplía la figura penal”, explicó. “Todas las pruebas y todos los hechos que hasta ahora en las causas acreditan que se continúe investigando este tipo penal”.

La abogada dijo que el lugar donde el 17 de octubre pasado fue encontrado el cuerpo de Santiago había sido rastrillado más de una vez. “Ayer declararon el prefecto Ruarte, a cargo de los rastrillajes, y dos buzos y los tres dijeron que en ese lugar no hay pozos. El único pozo que tenían ya relevado queda cinco kilómetros río abajo de donde fue encontrado el cuerpo. La altura del agua en ese lugar es de 1 metro 30 a la fecha, el 18 de septiembre era de un metro y el 1 de agosto era de 30 centímetros. En ese lugar es imposible que haya estado el cuerpo de Santiago. Esto suma más preguntas que el Estado debe responder”, señaló. “Lo que ahora está en peligro es la verdad. Hoy no sabemos ni dónde, ni cómo, ni cuándo, ni por qué murió Santiago”.

El 18 de octubre un par de fotos del cuerpo encontrado en el río se filtraron y fueron compartidas miles de veces en sitios web y teléfonos celulares. Sergio confirmó que esas imágenes salieron del teléfono del médico forense que participó del primer trabajo con el cuerpo en Esquel. “Después de esa irresponsabilidad, cómo podemos creer en la justicia”, se preguntó. Con respecto al juez Lleral destacó que cumplió con su promesa de encontrar a Santiago, aunque la familia hubiera preferido que hubiera esperado los resultados finales de las pericias antes de hablar con la prensa.

En los días que siguieron a la aparición del cuerpo y a la confirmación de que se trataba de Santiago, los Maldonado fueron hostigados en redes sociales. Especialmente Sergio y Andrea: incluso se puso en marcha una suerte de boicot contra el emprendimiento con el que ellos se ganan la vida en Bariloche. Sobre eso y sobre las especulaciones periodísticas el mayor de los Maldonado dijo: “es muy doloroso estar buscando a alguien y sufrir constantes ataques”. “No entiendo cómo salen a opinar cuando todavía no están todas las pruebas. No están todavía los informes forenses, hay que seguir esperando para saber con claridad qué es lo que pasó. Lo que les pedimos es que traten de no insultarnos tanto por las redes sociales porque lo que vemos nosotros es la gente que nos apoya en la calle, nos abraza y nos brinda su aliento y eso no condice con lo que hacen desde las redes sociales”.

Andrea le respondió a los periodistas que sugirieron que los Maldonado “quieren que sea una desaparición forzada para cobrar un subsidio”: “No podemos creer el nivel que tienen algunos periodistas, sobre todo los que piensan que todo el mundo es como ellos. Nosotros lo único que queremos es saber la verdad”.