Que nadie lo olvide: Tehuel es un pibe trans y está desaparecido

“Que Tehuel esté hace un mes desaparecido es parte de la sistemática violación de nuestros derechos ciudadanos: como si hubiera algunas vidas valiosas y dignas de protección jurídica y social, y otras que no”, dice el activista trans Say Sacayán sobre la desaparición que nos duele a todxs.

Que nadie lo olvide: Tehuel es un pibe trans y está desaparecido

12/04/2021

Por Say Sacayán

Se nos hace difícil abordar ciertos acontecimientos cuando nos interpelan a nosotres mismes, nos atraviesan por el cuerpo. Y si hay algo que nos atraviesa desde hace un mes y un día es que nos falta Tehuel.

Tehuel es un pibe trans de 22 años con el sueño de construir una familia con su pareja y su bebé. Tiene una familia numerosa integrada por su papá, su mamá y sus hermanes. Una de elles es Verónica y es quien está llevando adelante su búsqueda de manera desesperada.

El hecho de que haya una familia presente es importante porque buena parte de las personas trans y travestis han sido expulsades de sus casas. Además, que familiares, amigues y vecines de Tehuel sean parte de la campaña por su aparición es clave porque pueden aportar datos fundamentales a la investigación penal en curso.

Todes respetamos a Tehuel como persona trans.

Una persona trans no se define solo por un nombre o una identidad sexogenérica, sino por una forma de vivir, que en la mayoría de los casos no está protegida por los derechos que tiene toda la ciudadanía. Tehuel estaba en proceso de transición y ese proceso tiene lugar en un contexto específico que no se puede separar de las condiciones de clase: no es lo mismo un varón trans académico de CABA que un pibe de barrio como Tehuel, de San Vicente, en pleno Conurbano bonaerense.

Una transición en ese contexto puede durar muchos años y hay que respetarla. Nadie es quien para opinar al respecto, ni mucho menos juzgarlo porque eso es violencia y reproduce todas las estructuras de la violencia que soportamos a diario. Quienes somos personas travestis/trans y vivimos en el conurbano lo sabemos bien. No se puede seguir alimentando el odio y la segregación. Entre nosotres mismes todos estos prejuicios no deberían existir. Sin embargo, no sólo existen sino que son muy difíciles de erradicar.

Cuando alimentamos discursos de odio y segregación le damos poder a los medios de comunicación hegemónicos para que se entrometan en nuestras vidas cotidianas, para que sigamos siendo su fetiche. Ellos ejercen ese tipo de poder sobre la sociedad: presentan noticias sobre nosotres de un modo morboso, amarillista y burdo. Desvían el foco de atención de donde en realidad debería estar puesto, que son nuestras paupérrimas condiciones de vida.

Tehuel nos está sucediendo a todes: su ausencia, el silencio por parte de la Justicia, la desesperación que sentimos les militantes nos angustia y nos recuerda las violencias e invisibilizaciones que vivimos cotidianamente las personas travestis y trans, específicamente los varones trans del Conurbano.

Desde el Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (M.A.L), organización travesti-trans de La Matanza en Laferrere, corazón del Conurbano, hemos visto cómo durante esta pandemia se han agravado todas las violencias que sufre nuestra población. En estos últimos meses acompañamos casos de abusos y violaciones en varones trans. Lo triste es que por la incompetencia del Poder Judicial, ninguno de los compañeros quiso continuar con el proceso penal que seguía después de la denuncia. Todes conocemos el proceder lento e ineficaz de la Justicia machista cis-heteropatriarcal en estos casos. Las personas travestis y trans no tenemos garantizado el acceso a la Justicia en el marco de un trato digno hacia nuestras identidades, con respeto del debido proceso y de todas las garantías constitucionales.

Lo mismo está pasando hoy en esta causa, con fiscales y jueces que no dan la cara y trabajan desde el anonimato, sin ningún tipo de sensibilidad social.

Que Tehuel esté hace un mes desaparecido es parte de la sistemática violación de nuestros derechos ciudadanos. El resultado de esta vulneración de derechos es la desaparición y la extrema precariedad en la que nos encontramos. Como si hubiera algunas vidas valiosas y dignas de protección jurídica y social, y otras que no, como si las personas travestis y trans no fuéramos ciudadanes con derechos.

Queremos poder caminar por nuestro barrio sin miedo a morir, tenemos el derecho a ser quien queremos ser, como Tehuel. No queremos vivir con miedo a que cualquiera nos pueda violar, perseguir, hostigar, desaparecer, asesinar.
Tanto el Estado –sus tres poderes- como la sociedad en general, deben comprometerse para erradicar la expulsión, el abandono, la discriminación y todas las formas de la violencia que pesan sobre la población travestis y trans y se resumen en un promedio de vida de treinta y siete años. Eso no puede estar naturalizado y aceptado, eso tiene que cambiar.

Tehuel lleva treinta y un días desaparecido. Lo que sabemos es que salió en busca de un trabajo, que el trabajo fue prometido por un “amigo”, que su teléfono se apagó cuarenta minutos después de la salida de su casa y que Tehuel no volvió nunca más. Lo seguimos buscando, queremos que aparezca vivo y que esto no suceda NUNCA MÁS.