Carlos Corz – La Razón.-
Los tres soldados bolivianos detenidos el viernes en Chile fueron aprehendidos en Colchane tras un operativo de carabineros por tierra y aire, activado por la denuncia de un comunario a partir de la información de un chutero (contrabandista de autos).
Los militares afirmaron ante la Justicia chilena que perseguían a un grupo de contrabandistas de automóviles y negaron haber disparado un fusil que portaban.
La información está contenida en la página digital del periódico Estrella de Iquique, que refleja lo ocurrido el sábado en la audiencia judicial en la que un tribunal decidió la prisión preventiva de los soldados bolivianos Álex Choque Quispe, Ausgusto Cárdenas García y José Luis Fernández Choque; dos de ellos calzaban zapatillas deportivas y sólo uno estaba con botas.
El comunario Arístides Herrera, responsable de radios de los pueblos de la zona, según la Fiscalía, relató que recibió la información de que cinco bolivianos llegaron y pidieron ayuda, ya que intentaron ingresar a Bolivia, sobornando a efectivos castrenses para internar vehículos chutos.
Los militares no aceptaron el soborno y sometieron y ataron a un grupo de chuteros para ir por uno de ellos e incautar los autos, informa la Estrella de Iquique.“Incluso, el Ministerio Público citó las palabras de Renán Cárdenas Troncoso, quien pensaba ingresar los autos chutos a Bolivia, quien declaró que eran siete vehículos que trasladaba desde Iquique hasta Cariquima”.
La información de Herrera movilizó a Carabineros de la frontera y un contingente de diez de ellos comenzó los patrullajes en la zona de Tula Pampa, al que se le sumó el helicóptero institucional, que sobrevoló el sector y encontró un motorizado recorriendo el desierto.
Los soldados bolivianos estaban en un automóvil blanco y portaban un fusil FAL, además de dos cajas con municiones, una con 18 balas de guerra y la otra con ocho balines de goma.
El Gobierno boliviano cuestionó la decisión chilena y la consideró un gesto inamistoso y alejado de convenios internacionales.
El soldado Fernández subió al estrado judicial y confirmó que ataron a cinco contrabandistas bolivianos para ir en busca de otros chuteros que huyeron.
“Además, Fernández indicó que su jefe directo, el sargento Quino, le entregó el fusil, puesto que lo dejó custodiando un automóvil blanco, con la chapa rota y que no percutaron el arma, pero que el sargento hizo dos tiros al aire, con balines de goma en Bolivia”, detalla la nota.
Cónsul tilda la acción de inamistosa
El cónsul de Bolivia en Iquique, Raúl Ruiz, criticó que los militares hayan pasado a prisión preventiva. “Quiero decirle a la comunidad internacional que Chile no cumple con los pactos que suscribe (respecto al Tratado de Viena) y éste es otro acto de inamistad”, señaló, según www.cooperativa.cl.
Según el relato del Ministerio Público, efectuado por el fiscal chileno Manuel Guerra, el personal policial de Chile fue alertado por un llamado que recibió del jefe de las radios de los pueblos del interior, Arístides Herrera.
Herrera expresó que uno de los encargados de radio le dijo que llegaron cinco bolivianos pidiendo ayuda, porque fueron hasta el vecino país por un paso no habilitado, para pagarle a militares bolivianos para internar de manera ilegal unos automóviles adquiridos en la Zona Franca, estacionados en Cariquima, según reseña la página digital del periódico chileno Estrella de Iquique.
La Fiscalía citó las palabras de Renán Cárdenas Troncoso, quien pensaba ingresar los autos chutos a Bolivia. Declaró que eran siete vehículos que llevaba de Iquique a Cariquima. “A las 5 de la madrugada, cinco conductores bolivianos fueron a la frontera para internar los autos y en forma sorpresiva vimos a unos bolivianos arriba de un auto Toyota, que dispararon y nos reventaron dos llantas”.
Después del operativo por tierra y aire, al ser encontrados por la policía chilena, los militares bolivianos — a dos kilómetros del límite entre Chile y Bolivia— no opusieron resistencia al arresto. Están detenidos en Alto Hospicio.
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