Ojalá fueran trolos

“No seas trolo, man” se volvió tendencia en Twitter. ¿Qué sería ser trolo? Todo lo que escapa a la masculinidad heteronormativa: ser sensible, llorar o que no te guste el asado.

Ojalá fueran trolos

Por Cosecha Roja
11/06/2020

Alguien dijo: “No seas trolo, man”. Y en pocas horas, más de 10 mil personas usaron esa frase para crear un hashtag y usarlo como insulto en Twitter. 

¿Qué se lee como trolo en esos tuits? Ser sensible, llorar o tener un gusto que se corre de la masculinidad heteronormativa.

Ojalá fueran trolos: en lo que va del año hubo 109 femicidios y cerca de 30 travesticidios, según el conteo de varias organizaciones de la sociedad civil. ¿Fueron trolos los asesinos? No: fueron bien machitos.

En la década del 70 en Estados Unidos se empezó a usar la palabra queer como insulto. Una traducción literal sería “raro”, pero el significado conceptual es sos una mierda.

El movimiento de trolos, travestis, maricas y tortas se apropió del insulto y hoy hasta suena lindo decirlo. 

Decir “¡qué queer!” es una forma de blanquear las identidades con una palabra bella, abstracta, colorida. Pero decir trolo sigue sonando a insulto.

Mientras miles de personas ponen “no seas trolo, man”, en Río Gallegos había una marcha por un pibe al que la policía e Infantería le rompieron el maxilar a golpes. “¡Qué voz de trolo que tenés!”, le dijo uno de los policías.

Es un caso, pero hay cientos, todos los días: primero es el lenguaje, después el paso al acto. El odio está ahí a la vuelta de tu casa, en las redes, en las aulas y en las instituciones.

Nadie mata a nadie con la sensibilidad o expresando un sentimiento frágil.

Ojala fueran trolos.