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Oswald Alonso. Proceso-.  En los primeros catorce días de este año, la cifra de crímenes violentos llegó a 20. El secretario de Seguridad Ciudadana de Morelos, Víctor Hugo Valdez Ortiz, dijo que el crecimiento en el número de ejecuciones tiene una explicación: células de narco-menudistas se pelean el territorio.

Las últimas tres víctimas eran miembros de una familia que vendía tamales en la calle, en la colonia Campestre, en Jiutepec. Según los primeros reportes de la policía municipal, un grupo de personas armadas “rafagueó” el puesto y escapó.

Un día antes, el domingo 12, una cabeza humana fue abandonada en el municipio de Amacuzac. El miércoles 8, se encontraron los cadáveres de cuatro personas en una casa de la comunidad indígena de Xoxocotla, municipio de Puente de Ixtla. Había disparos con armas de alto poder. Sus habitantes marcharon en esta capital para exigir mayor seguridad.

Sobre los otros asesinatos, varios cuerpos fueron abandonados en bolsas negras en los municipios que conforman la zona metropolitana. De acuerdo con los informes policiacos, los criminales dejaron cartulinas con mensajes para grupos rivales.

Según Valdez Ortiz, el secretario de Seguridad Ciudadana, el trabajo de investigación que ha hecho la policía les ha permitido identificar pequeñas células de bandas dedicadas a la venta de drogas que pelean el control de colonias en la zona metropolitana. Aunque reconoció que la falta de elementos, patrullas y cámaras de video vigilancia merman el esfuerzo de combatir este fenómeno delictivo.

Además, admitió que en toda la ciudad sólo funcionan tres cámaras de vídeo vigilancia, y anunció que con los recursos del fondo para la seguridad a los municipios conseguirán otras 26. En el caso de las patrullas, la corporación tiene 30 unidades funcionando, de unas 120 que necesitan para dar inmediata respuesta a las emergencias de la población, dijo.