-El ex jefe del ejército Cesar Milani está detenido y acusado por los secuestros y las torturas de Ramón Alfredo Olivera y de su padre, Pedro Adán Olivera, en marzo de 1977 en La Rioja, y por el secuestro y las torturas de Verónica Ligia Matta, quién lo reconoció cuando la secuestraron en julio de 1976 y durante las torturas a uno de sus compañeros de detención. La mujer declaró que lo vio por debajo de la venda con la que le habían cubierto los ojos. La víctima supo quien era muchos años después y se acercó a denunciarlo en 2014 en la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad.

-Pedro Olivera fue secuestrado en su casa el 12 de marzo de 1977 y liberado dos días después. Durante el cautiverio en el Instituto de Rehabilitación Social (IRS), sede de un centro clandestino de detención, lo torturaron y lo presionaron para que renunciara o se jubilara de su trabajo en la Municipalidad. En medio de esa situación, sufrió un accidente cerebro vascular con hemiplejia que le paralizó el lado derecho de su cuerpo. Los represores lo abandonaron en la puerta de su casa.

-El 14 de marzo, horas antes de liberar a Pedro, el ejército secuestró a Ramón de la Oficina de la Dirección de Obras de Ingeniería de la Municipalidad de La Rioja, donde trabajaba. Dos suboficiales del ejército lo llevaron a un auto de la policía, donde lo esperaban Américo Castro y un sargento de apellido Santacroche, ambos imputados en la causa. De allí lo llevaron al IRS. Escuchó cómo planeaban su fusilamiento y padeció interrogatorios y diferentes tipos de torturas en un lugar denominado “Luna Park”. Al día siguiente, en el IRS lo revisó el médico del Ejército Léonidas Carlos Moliné -también imputado- quien pese a los evidentes signos de tortura le dio un calmante. La víctima ya conocía al médico: el día del secuestro de su padre lo había ido a ver para que se ocupara de su salud.

Milani
-Según declaró Olivera, las torturas siguieron en los días siguientes. El 24 de marzo lo trasladaron al Juzgado Federal a cargo de Roberto Catalán, otro de los imputados. En ese trayecto reconoció a Milani: ya lo había visto en su casa cuando se llevaron a su padre. Milani, por entonces subteniente del Batallón de Ingenieros de Construcción 141, lo condujo hasta la sala donde declaró ante un secretario. Olivera sostuvo en sus testimonios -que datan de 1984- que durante toda su declaración Milani permaneció junto a él, que lo increpó reiteradamente, lo acusó de pertenecer al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), e incluso le dijo que le había cortado su “carrera de guerrillero”. La víctima dijo que supo y recuerda el nombre de Milani porque escuchó una conversación entre aquél y el secretario de Catalán sobre la ascendencia del apellido.

-El viernes, el juez federal de La Rioja, Daniel Herrera Piedrabuena, le tomó declaración indagatoria y lo dejó detenido en el pabellón para imputados por crímenes de lesa humanidad de la Penitenciaria Provincial. Milani declaró largamente y presentó un escrito de descargo, aunque y no aceptó preguntas de las partes. La fiscal federal Virginia Miguel Carmona y el fiscal general de Córdoba, Alberto Lozada venían insistiendo con el pedido para que Piedrabuena indagara al imputado, participaron de la audiencia.

-En marzo de 2015, Lozada dictaminó que no había impedimentos para indagarlo y recordó que desde 2013 figuraba en la causa un informe de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad que “resulta ilustrativo de la existencia de suficiente prueba testimonial directa y documental que correctamente valorada sirve como fundamento suficiente de la imputación por la que deberían responder las personas señaladas como partícipes en los delitos denunciados”. El 7 de diciembre pasado la fiscal Miguel Carmona reiteró la solicitud, que tenía como antecedentes otros pedidos similares de julio de 2015 y de febrero de 2016 del fiscal ad hoc Luis Martínez.

Fuente: Fiscales.org