Con los plazos legales vencidos, la justicia le dio la prisión domiciliaria a Milagro Sala. Lo hicieron con una salvedad: no la trasladarán a la casa donde vivió siempre, sino a una que fue construida para que funcionara un centro de adicciones y no está en condiciones de ser habitada. “Es un lugar que está completamente destruido. La patota de Gerardo Morales la destruyó completamente tras la detención de Milagro. No tiene ventanas, no tiene luz, no tiene agua, no tiene inodoro, no tiene nada”, explicó uno de los voceros de la organización.

“Hemos decidido aceptar la domiciliaria y después hacer todas las denuncias pertinentes. Incluso pusieron restricciones al ingreso de otras personas”, contó el mismo vocero.

Hoy, la defensa de Milagro presentará un escrito exigiendo que el traslado se realice de inmediato “atento a la gravedad de la situación de la dirigente en el penal, donde no está garantizada su seguridad ni su integridad física”, explicaron desde la organización.

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El viernes 28 de julio una de las celadoras del penal de Alto Comedero, en las afueras de San Salvador de Jujuy, le avisó a Milagro que tenía una llamada de su abogada, Elizabeth Gómez Alcorta.

-Que llame más tarde- dijo la dirigente social y diputada del Parlasur.

La abogada insistió. Milagro salió de la celda y se acomodó junto al teléfono que está en la entrada del pabellón.

-Flaca, tengo muy buenas noticias- le dijo Gómez Alcorta –la CIDH te dio la cautelar.

Milagro saltó, festejó y lloró. Unas horas antes que trascendiera en los medios, la líder de la Tupac Amaru supo que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos acababa de emitir una resolución en su favor: por primera vez en la historia, el organismo había dictado una cautelar en favor de una persona privada de la libertad.

En el artículo 45 de la resolución, la CIDH le exigió al Estado argentino que debe cumplir con la resolución del Grupo de Trabajo de Detenciones Arbitrarias de Naciones Unidas, que sostiene que la detención de Milagro es arbitraria y que debe ser liberada inmediatamente. Como medida subsidiaria, la CIDH propuso la detención domiciliaria o la libertad vigilada para garantizar su salud y evitar el hostigamiento.

El diácono Ricardo Carrizo, de Curas en Opción por los Pobres e integrante del Comité por la Libertad de Milagro Sala, visitó a la diputada del Parlasur al día siguiente. Ella lo recibió con un abrazo. “Estaba muy contenta, muy alegre y muy ansiosa: preguntaba qué se sabía, cuando iba a dejar el penal”, contó Carrizo a Cosecha Roja. En el patio, bajo el quincho de paja, comieron milanesas napolitanas y tortas que habían llevado los familiares de la dirigente. El diácono le entregó el Página 12 de ese día –una foto de ella ilustraba la tapa- y una copia de la cautelar. Y le pidió paciencia.

El lunes siguiente, los canales de televisión anunciaron que era inminente una resolución de la Justicia jujeña para que continuara la detención en su casa. La ansiedad de Milagro crecía minuto a minuto.

milagro2-verLa salida del penal de la principal opositora al gobierno de Gerardo Morales en plena campaña electoral podría haber generado un impacto negativo para el oficialismo. Después de un decreto en el que admitía que la cautelar de la CIDH debía ser cumplida, Morales dejó clara su posición: acusó a los relatores del organismo de ser una “facción de burócratas” que “viven en Washington” y llamó al pueblo jujeño a “rebelarse ante las injusticias” que benefician “a alguien que robó a los pobres”.

El juez Gastón Mercau, atento a los deseos del gobernador, incumplió el plazo de 15 días que había otorgado la Comisión Interamericana y postergó la definición hasta después de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias. Para dilatar el traslado, ordenó una inspección en la casa de Milagro y pidió –sin exigir plazos- un informe para que Gendarmería determinase si podía hacerse cargo de la custodia. Dos medidas que la Justicia no aplica ni siquiera en casos de delitos de lesa humanidad. El miércoles 15 a la mañana, el juez recibió en su despacho el informe de Gendarmería. Solo faltaba su firma. Recién al día siguiente ordenó el traslado de Milagro.

milagro5La situación judicial de Milagro

Milagro está presa desde el 16 de enero de 2016, cuando la justicia jujeña ordenó su detención por participar de un acampe frente a la Gobernación. A los quince días, dictó su libertad y también la prisión preventiva en otra causa. Actualmente tiene 12 expedientes abiertos en su contra que van desde asociación ilícita hasta amenazas. Otras dos denuncias se cayeron por falta de pruebas.

Según explicó a Cosecha Roja Elizabeth Gómez Alcorta, coordinadora del equipo jurídico de la diputada del Parlasur, la prisión domiciliaria no altera los dos planteos realizados por la defensa ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación. “La detención de Milagro es arbitraria e ilegal porque tiene fueros parlamentarios, por lo que no podría haber estado detenida ni un solo día, y porque la prisión preventiva es arbitraria por falta de fundamentación jurídica y fáctica. Por lo tanto, la decisión de la Corte Interamericana corre en paralelo a estos planteos”, detalló.

 

Vivienda, trabajo, salud y educación

Vivienda, trabajo, salud y educación son los pilares fundamentales de la organización Tupac Amaru. Sólo en Jujuy, la organización llegó a tener 70 mil afiliados, creó fuentes de trabajo para 4600 personas, construyó 8 mil viviendas, cuatro escuelas y centros de salud y recreación.

En marzo de este año, el gobernador Morales firmó un decreto en el que transfirió los cuatro centros educativos de la Tupac Amaru al Ministerio de Educación. Desde ese momento, los 300 trabajadores docentes y no docentes de la escuela secundaria Olga Arédez y el Instituto de Educación Superior Nº 11 de Jujuy, donde asisten cuatro mil alumnos, dejaron de cobrar sus sueldos.

Una de las prioridades de Milagro es recomponer la situación de las cuatro escuelas. “Ella siempre nos dice que va a volver a restaurar la parte de educación”, explicó Laura, una compañera de la Tupac Amaru que cada semana visitaba a Milagro en el penal. “Nosotros en la organización teníamos que trabajar pero también teníamos que tener un estudio para poder dialogar con empresarios y con el gobierno, para poder hablar con las personas de traje cara a cara”, explica.

La última vez que Laura vio a Milagro fue en la visita del domingo. “Estaba muy positiva, pero ansiosa por salir”, contó a Cosecha Roja.

 

Las compañeras detenidas

En una entrevista con Página 12, Milagro dijo que “fue una sensación muy bonita” enterarse que la CIDH había dictado una cautelar en su favor. “Pero tampoco estoy muy contenta porque mis compañeras quedan acá”, agregó. En el penal de Alto Comedero continúan detenidas Mirta Aizama, Gladis Díaz, Mirta Rosa Guerrero y Graciela López, referentes de la Tupac Amaru y la Red de Organizaciones Sociales.

“Nosotras le decimos a ellas que tengan mucha fuerza, que no se pongan mal y que estén tranquilas, que las vamos seguir visitando”, contó Laura, una compañera de la Tupac que cada semana visita a las detenidas y les lleva comida, bebidas y cigarrillos.