Néstor “Yuyo” García sabe que la justicia no le va a devolver a Micaela. Desde que su hija de 21 años fue asesinada en abril de este año, siente que la verdadera justicia llegará cuando los cambios por los que ella militaba se hagan realidad. “Sabemos que la justicia no nos va a devolver a Micaela. Pero como dicen sus compañeros, se va a hacer justicia con ella cuando realmente tengamos una sociedad mejor y logremos terminar con las desigualdades con las cuales ella luchaba”, dijo a Cosecha Roja el papá de Micaela.

El juicio por el femicidio de Micaela García empezó el jueves con las declaraciones de los tres imputados: Sebastián Wagner (30), Néstor Pavón (36) y Gabriel Otero (21) –hijastro de Wagner- están acusados de “homicidio triplemente agravado y abuso sexual agravado”. El fiscal y el abogado querellante de la familia pidieron la pena máxima, prisión perpetua. Otro de los reclamos es que el juez de ejecución penal de Entre Ríos, Carlos Rossi, sea destituido, ya que un año antes del asesinato de Micaela había otorgado libertad condicional Wagner –quien cumplía condena por violación- a pesar de que los informes lo desaconsejaban.

Desde los primeros días de su búsqueda la familia de Micaela mostró un discurso que a pesar del dolor no pide venganza. Sienten que la muerte de la joven de 21 años, asesinada el primero de abril en Entre Ríos, es un daño social. “A veces los padres somos un modelo a seguir para nuestros hijos, aunque en el caso Micaela la situación está revertida, ella nos marcó un camino claro”, dijo a su padre.

Todas las instancias del proceso judicial, que se prevé que dure hasta mediados de octubre, serán a puertas cerradas. “Queremos preservarnos como familia y hay determinadas cosas que elegimos no ver. Nosotros no hicimos reconocimiento del cuerpo ni vimos ninguna foto de ella sin vida, porque queremos guardar otro recuerdo de ella”, dijo García. Y explicó que si bien piensan que los investigadores deben tener una total libertad al momento manejar las pruebas acusatorias, de nada serviría que esas pruebas se difundan al total de la sociedad. “Un detalle de su recorrido, de cómo es la forma en que la mataron o la encontraron, solo aporta a que se arme un circo alrededor de lo que pasó”, dijo.

Desde el jueves, además de los imputados, declaró Andrea Lescano –mamá de Micaela-, un policía testigo, el novio de la joven, y las dos compañeras con las que tuvo el último contacto en la disco.

Las leyes Micaela

A fines de mayo, desde el Bloque de Diputados del Movimiento Evita se presentaron tres proyectos de ley que llevan el nombre de Micaela García. El primero, junto a la diputada Analía Ranch Quiroga del FPV, crea un Programa Nacional Permanente de Capacitación Institucional en Género y Violencia contra las Mujeres para todos los agentes estatales. El segundo, un programa de capacitación de promotores territoriales en género de alcance nacional. El tercero propone la creación de un Plan Nacional Social y Deportivo para la integración y la no violencia a las mujeres. “Con estos proyectos se habla de prevención y se quita la mirada punitiva. La idea es poner el énfasis en prevenir femicidios y no en pensar en las penas luego de que se cometió el delito”, explicó De Ponti.

En las 310 hojas del presupuesto nacional 2018, no aparece ni una vez la palabra violencia de género.

Mica, “La Negra” militante

Micaela estaba en tercer año del profesorado de educación física y militaba el territorio con la juventud del Movimiento Evita. A los 18 años se había mudado de la casa de sus padres en Colón a la ciudad de Gualeguay para hacer sus estudios. La madrugada del primero de abril, fue al boliche “King” a una fiesta del Centro de Educación Física donde estudiaba, el cual tiene por costumbre hacer una fiesta anual para sus ingresantes. Alrededor de las 5.45 se retiró y volvía al departamento que compartía con una amiga para dormir solo algunas horas, ya que a las 9 tenía tomaría un micro a Colón para visitar a su familia. Esa fue la última noche que la vieron con vida.

Una semana después, encontraron el cuerpo de Micaela entre pastizales cerca de la ruta nacional 12, en una zona llamada Chacras, en la ciudad de Gualeguay. Tras una concurrida despedida entre sus familiares y compañeros de militancia, empezó a circular la idea de hacer una fundación para recordarla haciendo luchando por las causas sociales que ella seguía. Así nació la Fundación Micaela García “La Negra”, que entre sus primeras acciones está capacitando promotoras territoriales para acompañar a víctimas de violencia de género.