La investigación en la Justicia contra el presidente Mauricio Macri, varios de sus altos funcionarios, el director de la Gendarmería y agentes de esa fuerza en la Patagonia tiene como motivo principal determinar si los acusados encubrieron la presunta desaparición forzada de Santiago Maldonado, durante la represión del 1° de agosto, en la comunidad Lof en Resistencia Cushamen, de Chubut.

En su presentación, el fiscal federal Federico Delgado apunta a Macri, al jefe de Gabinete Marcos Peña; a la ministra de Seguridad Patricia Bullrich; al ministro de Justicia y Derechos Humanos Germán Garavano; al secretario de Derechos Humanos Claudio Avruj; al jefe de Gabinete de Seguridad, Pablo Noceti; al director general de Gendarmería, Gerardo Otero; a los comandantes de Esquel y al gendarme que dirigió el operativo.

El requerimiento de Delgado se basa en una denuncia presentada por la Liga Argentina de los Derechos del Hombre y el Instituto Sampay, que sostiene que las autoridades nacionales “en lugar de aportar esclarecimiento y a la aparición de Maldonado intentaron deslindarse de toda responsabilidad generando una campaña de desinformación”.

Estas son las principales líneas de investigación que ahora tiene la Justicia:

1. Un pacto de silencio

La posibilidad de que los gendarmes que intervinieron en el operativo en Cushamen hayan decidido no contar todo lo que sucedió con el joven es una de la situaciones que se quieren determinar. La inmediata negación de los mandos medios de la Gendarmería de la posibilidad de una desaparición forzada y el cerrar filas sin dudar sobre el accionar de ese día es lo que se pondrá en cuestión. Esto provocó que el cambio de carátula a “desaparición forzada” se produjera 23 días después de la represión y que por lo tanto, la causa no involucrara en forma directa a la Gendarmería.

2. Una pérdida de tiempo intencional

Esa pérdida de tiempo en los primeros días de la instrucción será difícil repararla. Las pruebas que no se recogen en las primeras horas determinan el desarrollo de la investigación. Las faltas de allanamientos, de pericias y la adulteración de pruebas (como el lavado de las camionetas utilizadas, por ejemplo) son cuestionadas por los denunciantes y ahora la Justicia intenta determinar si quisieron borrar elementos que protegieran el accionar de la Gendarmería. El juez federal de la causa, Guido Otranto, el mismo que autorizó desalojar la ruta 40 antes de la represión, es quien quedó a cargo de la investigación por la desaparición de Maldonado. El fiscal Delgado ahora pidió una copia de la las actuaciones realizadas por Otranto.

3. La Gendarmería omnipresente

A pesar del pedido de la ONU al Gobierno para cumplir con los protocolos de desaparición forzada de personas y retirar del territorio a las fuerzas involucradas, la Gendarmería aún se mantiene en la zona. No investiga pero se cruza con testigos y es posible que esa presencia incida en la investigación. De hecho, muchos de los testigos mapuches no querían presentarse en el juzgado frente a los que habían autorizado y ejecutado el desalojo en la ruta. Otro dato a observar es que Otranto le permitió al abogado de Gendarmería el acceso al expediente por el habeas corpus de Maldonado. De esta manera, esta fuerza podía estar avisada de medidas judiciales que la involucraban.  Los celulares y las computadoras de Gendarmería fueron secuestrados más de 20 días. Recién ahora se están haciendo los cruces de llamadas, la revisión para ver si en los teléfonos hay imágenes y la localización satelital para registrar por dónde se movieron los gendarmes.

4. El rol de Noceti, antes y después

El papel del jefe de Gabinete de Bullrich, Pablo Noceti, es clave para determinar responsabilidades. Un informe de Gendarmería confirma que dirigió una reunión en Bariloche donde se planificó la represión en Cushamen. Allí se entrevistó con los jefes de las fuerzas federal y ministros de Chubut y Río Negro. Esto es significativo en la investigación porque es improbable que Noceti no reportara a Bullrich y que ella no hiciera lo mismo cumpliendo con la jerarquía oficial. Cabe recordar que cuando en el Senado le preguntaron por las imágenes que lo mostraban al costado de la ruta 40 Bullrich dijo que Noceti “estaba de paso” y que “solo paró a saludar”.