esucelas-fumigadas2

Los chicos se ponen el guardapolvo y cargan las mochilas en sus espaldas. Antes de salir sus madres les ponen las máscaras antigás. Otro grupo de alumnos está en clases de Ecología. Suena una sirena y la docente cierra puertas y ventanas mientras los chicos se esconden debajo de los pupitres. Las escenas forman parte del corto audiovisual “A vos también te afecta” que filmaron los docentes y alumnos de la escuela para denunciar las fumigaciones en la escuela N°54 Carlos Souriges de San José, en Entre Ríos.

La escuela está a 230 metros en línea recta de una arrocera. En época de siembra de arroz, entre noviembre y marzo, son fumigados una o dos veces por semana. En los últimos años en el barrio Perucho Verne, donde está el colegio, aumentaron los casos de cáncer, pérdidas de embarazos y los nacimientos de niños y niñas con malformaciones. Suelen aparecer animales muertos y prácticamente desaparecieron los peces del arroyo Perucho Verne, que da nombre al barrio. Las madres se acostumbraron a que sus hijos vuelvan de la escuela con dolor de cabeza, estómago y vómitos.

***

Los chicos estaban en el recreo cuando una avioneta sobrevoló la escuela primaria N°54 Carlos Souriges de San José, en Entre Ríos. Algunos sintieron picazón en la garganta y los ojos. “Primero sentí mucho calor, después me apareció una erupción en la piel. Se me cerraba el pecho y no podía respirar”, recuerda la directora Silvia Mathey Doret, que en ese entonces era maestra de tercero. Una ordenanza estuvo cuatro días internada en terapia intensiva.

En ese momento nadie lo sabía: habían sido fumigados desde el aire con agrotóxicos. Pasaron seis años desde aquel día y las fumigaciones continúan.

La escuela tiene alrededor de 80 alumnos y está ubicada en una zona protegida a pocos metros de la orilla del arroyo Perucho Vernet. Los dueños de la arrocera hicieron canales de riego para sacar agua del arroyo. Buena parte de los agroquímicos con los que fumigan los campos termina en el curso de agua que desemboca en el Río Uruguay.

La Carlos Souriges no es el único colegio fumigado. Según un relevamiento provincial, el 80 por ciento de las escuelas rurales de Entre Ríos son fumigadas con agrotóxicos entre cuatro y ocho veces por año.

***

Una mañana de 2014 Mariela Leiva vio un avión a través de la ventana de la escuela rural N° 44 de Colonia Santa Anita. A los pocos minutos sintió una picazón en la garganta y los ojos. Cerró las persianas, les dijo a los chicos que se quedaran en el aula y salió al campo. Con el celular logró filmar al avión que sobrevolaba fumigando los campos junto a la escuela. Cuando volvió al aula una nena comenzó a vomitar.

Tres años después, un tribunal de Concepción del Uruguay condenó a Bernardo Rodríguez, titular de la empresa fumigadora, a José Mario Honecker, dueño del campo, y al piloto César Martín Visconti a un año y tres meses de prisión en suspenso por el delito de “lesiones leves culposas y contaminación ambiental culposa”. Fue el primer juicio que se hizo en la provincia por la fumigación de una escuela.

En un encuentro al que las invitaron a Buenos Aires a 20 maestras de zonas rurales que habían tenido contacto con agrotóxicos les hicieron un estudio de sangre. A 19 de ellas les aparecieron rastros de insecticidas.

***

A fines de noviembre la “Asamblea No a Los Agrotóxicos San José y Colón” se reunió con la intendenta y el Concejo Deliberante. La intendenta intentó un acercamiento con el dueño del campo y el arrendatario para que frenen las fumigaciones. Dos días después de la primera reunión volvieron a tirar agrotóxicos. En noviembre la intendenta suspendió el diálogo y presentó una denuncia penal. También hizo lo mismo la directora de la escuela.

La Asamblea pidió la intervención de profesionales de la Universidad Nacional de Rosario. En los primeros días de marzo llegará a la región con un campamento sanitario para tomar muestras de la tierra y el agua y de las personas expuestas a los agrotóxicos. Los vecinos de Perucho Verne saben que están contaminados por los agrotóxicos. Pero no saben cuánto.