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En diciembre de 2016 una joven recibió un mensaje por Facebook. Un usuario con nombre de mujer le exigía 10 mil pesos a cambio de no publicar unas fotos íntimas de ella. Le dijo que las iba a subir a páginas porno y se las iba a enviar a toda su familia. Ella reconoció las fotos: se las había tomado dos meses antes con Santiago Rodríguez, un joven de 24 años con el que había tenido una relación.

El hombre le dio una serie de indicaciones: el 4 de enero a la noche debía dejar el dinero en la entrada del Parque Indoamericano. Ella cumplió. Esa noche, llegó en auto hasta el lugar y dejó una cartera con 10 mil pesos en el punto acordado, acompañada de un policía de civil. Se alejaron sin perder de vista la plata. Unos minutos más tarde llegó Rodríguez en moto. Se agachó y agarró la cartera. Cuando el policía de civil le dio la voz de alto, el joven intentó escapar pero no pudo.

Un año más tarde, Rodríguez acordó un juicio abreviado con la fiscal Ana Helena Díaz Cano. El juez Fernando Ramírez lo condenó a dos años y seis meses de prisión de ejecución condicional por extorsión en grado de tentativa. Si cumple con una serie de reglas de conducta no irá a la cárcel: tiene prohibido contactar a la víctima (incluso a través de terceras personas), deberá someterse al cuidado de un Patronato de Liberados por el tiempo que dure la condena y deberá realizar dos horas semanales de tareas comunitarias por dos años.