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Foto: Gala Abramovich

 

Mariana estuvo siete horas presa por besar a su esposa en la estación de Constitución del subte C. La excusa es que estaba fumando en un sector no autorizado. Ella apagó el cigarrillo. Cuando se quiso ir los Policías de la Ciudad la tiraron al piso, la golpearon, la esposaron y le armaron una causa. Desde el martes será juzgada por el delito de resistencia a la autoridad.

El Tribunal aceptó que el defensor general adjunto de la Ciudad, Luis Duacastella, participe en las audiencias como “amicus curiae” (amigo del tribunal). En la presentación ante la Cámara de Apelaciones, Duacastella denunció que la detención fue “arbitraria”.

“La detención de una persona por delitos relacionados con la orientación sexual  o la identidad de género, incluidos los delitos que no se refieren directamente a las relaciones sexuales, constituye una vulneración del derecho internacional”, explicó el defensor, citando al Grupo de Trabajo sobre la Detención Arbitraria de Naciones Unidas.

La ley de control de tabaco de la Ciudad no prevé sanciones para quienes fumen en lugares prohibidos. Al tirar al piso, golpear y detener a Mariana, los policías violaron los criterios de proporcionalidad y gradualidad que exige la ley de Seguridad Pública de la Ciudad. La figura de resistencia a la autoridad “sólo es posible durante el desarrollo del acto, pero no cuando éste ya ha cesado”, explicó. Cuando Mariana apagó el cigarrillo e intentó irse de la estación “la conducta cesó”.

El 2 de octubre de 2017 Mariana y Rocío habían viajado desde Avellaneda hasta Constitución. Ahí Rocío tenía que tomar el colectivo para ir al trabajo. La despedida duró unos minutos. Intercambiaron palabras, besos y abrazos. Las chicas se dieron cuenta que un empleado de Metrovías y un policías las miraban. No le dieron importancia y siguieron charlando.

El empleado se acercó y le pidió a Mariana que apagara el cigarrillo. Ella se quejó: alrededor había muchas personas fumando y no había carteles indicadores. El empleado le hizo una seña con la mano al policía.

—Pibe, apagá el cigarrillo —le dijo el oficial Jonatan Maximiliano Rojo.

Mariana aclaró que era mujer. Apagó el cigarrillo y se fue. Rojo le cruzó el brazo.

—Pibe, vas a ser detenido, quedate acá.

Rojo y otra policía mujer la tiraron al piso, la arrastraron y la trasladaron a la oficina de la Policía de la Ciudad de la estación Boedo de la línea E. Parte del operativo fue filmado por los testigos y se viralizó en las redes.

Uno de los policías le pidió los datos a Rocío. Ella le dijo que era la esposa de Mariana. “Soltera”, anotó el agente. Rocío insistió con que estaba casada y el policía le pidió un comprobante. “No sé a qué pareja heterosexual le piden el certificado”, dijo Rocío Girat a los canales de televisión.

Mariana estuvo siete horas presa. La liberaron alrededor de las 21. Pero la persecución no terminó. Ahora deberá enfrentar a la Justicia por besar a su esposa en público.