Por Arlén Buchara en El Ciudadano
Marisol Ghiraldi estuvo 5 días con el 60% del cuerpo quemado y murió. Después de que entró al hospital los medios y la Policía dijeron que ella se había rociado con thinner. Familiares y amigos contaron otra versión.
Marisol Ghiraldi (23) crió a sus tres hijos, Ludmila (7), Valentino (4) y Nahuel (3) entre amigas y familiares en el barrio Nuevo Alberdi de Rosario. Aprendieron a ser madres juntas mientras los llevaban a jugar a la plaza y organizaban los cumpleaños de cada uno de los chicos. El miércoles al mediodía, dejó a sus hijos en la casa del padre y ex pareja, y fue a lo de Carolina, una de sus amigas. Se había peleado de nuevo con su marido, Yamil Juan López (29), y necesitaba refugio. Por la noche, aún con miedo, volvió a la casa de Pedriel al 2100 en un remis. “La acompañé y me pidió que dejara la puerta abierta por si tenía que salir corriendo. Estuvo unos minutos adentro y salió para decirme que estaba todo bien. A la media hora entró al hospital toda quemada”, contó Carolina. Con ropa limpia y de la mano de su marido entró en un patrullero al Hospital Alberdi y después quedó internada en el Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca) en terapia intensiva con más de la mitad del cuerpo quemado. López declaró a la Policía que ella se había prendido fuego sola y se fue a la casa.
Cuando las amigas escucharon en los medios de comunicación que esa era la versión policial fueron a la comisaría 30°, en el norte de la ciudad. Dejaron tres denuncias para demostrar que vivía en una relación violenta desde hacía meses. Contaron que estuvo por lo menos tres veces internada porque él le pegaba. En el hospital Eva Perón, de Granadero Baigorria, la atendieron dos veces. Una, por golpes que hicieron que perdiera un embarazo, y otra con una fractura en la cabeza. También estuvo en el hospital Alberdi por un hombro dislocado. Este lunes y después de cinco días en terapia intensiva Marisol Ghiraldi murió.
Dos días después de que Ghiraldi entrara al hospital por última vez, el marido fue detenido por pedido de la Fiscalía. Este domingo la Justicia lo imputó por intentar matarla y cuando esté el resultado de la autopsia el fiscal Ademar Bianchini definirá si recalifica el crimen como femicidio con una expectativa de condena a cadena perpetua. “Estamos seguros de que ella nunca hubiese hecho algo así y que él la mató. Es un femicidio”, dijo el hermano de Ghiraldi.
Reconstruir
Este lunes la familia y las amigas hablaron con El Ciudadano en el bar del Heca. Horas antes los médicos les informaron que ella había muerto. Entre todos y sobre varias mesas juntadas en fila se turnaron para contar cómo fueron los últimos cinco meses de la relación con López. Cada uno conocía una parte. Cuando la semana pasada se encontraron en la guardia del hospital, los relatos de golpes, amenazas y abusos tomaron forma. Según las amigas, López no la dejaba ir sola a ningún lado. Cuando llegaba de la casa de las amigas la hacía desvestirse, la revisaba y la tocaba para ver si había estado con otro. Si iba al almacén, la controlaba desde la puerta de la casa para ver si hablaba o miraba a alguien. No la dejaba tener celular, la obligó a sacarse el dui, y en su cuenta de Facebook tuvo que cambiar su nombre por “Yamil Marisol López”. Cuando se casaron por civil y por Iglesia no avisaron a ninguno de los allegados de ella y después Marisol les contó que él le había sacado el DNI para pedir el turno sin avisarle. Dijeron que la obligó a tatuarse “Yamil” en el cuello. “Marisol nos había dicho que nunca se iba a tatuar el nombre de él porque antes se tatuaba el de los hijos. Hacía todo por ellos y creemos que él la amenazaba con hacerles algo. A los días llegó con el cuello tatuado”, agregaron. También contaron que no la dejaba usar su ropa y la hacía vestirse con la de él, la hizo renunciar al trabajo de moza en el bar Queens, le robaba sus cosas para venderlas y llegó a prohibirle usar bombacha porque le marcaba el culo.
Apariencias
Yolanda, su mamá, la vio el miércoles a la mañana por última vez. Tomaron mates y le contó que se había pedido una semana en el trabajo y quería verla con sus nietos. “Quedamos en juntarnos con los chicos. A mí nunca me dijo que le pegaba. Yo le preguntaba cuando le veía moretones pero siempre lo negaba. El mismo miércoles cuando la vi tenía uno en la frente y me dijo que se había golpeado con un palo. A la noche me llamó el papá, que vive a la vuelta, y me dijo que las hermanas de Yamil lo habían llamado y le habían dicho que Marisol había prendido fuego la casa. Estaba internada en el Alberdi”, contó.
Ghiraldi llegó al hospital Alberdi en un patrullero de la comisaría 30° con quemaduras de tercer grado en el 60 por ciento del cuerpo y después fue trasladada el Heca. Antes de que una vecina llamara al 911, alguien le sacó la ropa quemada y la cambió. Cuando llegó el móvil de la Policía estaba consciente. Según fuentes policiales, Yamil López declaró en la comisaría que ella se había rociado con thinner y en un descuido se había acercado fuego al pantalón. Le hicieron unas preguntas y quedó en libertad.
El domingo mientras Ghiraldi estaba internada Yamil López fue imputado por tentativa de homicidio en la sala 4 del nuevo centro de Justicia Penal. La jueza de Marcela Canavesio aceptó la calificación y dictó la prisión preventiva efectiva por el plazo de 60 días. Después de que murió, el fiscal Bianchini evalúa procesarlo por femicidio.
Más que una figura
Hasta junio en Argentina 138 mujeres fueron víctimas de femicidio. En Santa Fe la estadística va más atrás y ata el fuego con la violencia de los hombres. En los últimos 17 años una de cada diez mujeres asesinadas murió por quemaduras provocadas por sus parejas o ex parejas. El dato surge de un informe del diputado Leandro Busatto, que determinó que el 10,4 por ciento de los femicidios registrados entre el 1° de enero de 2001 y el 31 de diciembre de 2017 tuvieron como víctimas a mujeres que murieron por quemaduras. En el caso de los crímenes con víctimas hombres el porcentaje es del 0,86 por ciento. El documento también reveló que el 65 por ciento de los femicidios quedaron impunes. “Los datos muestran una saña específica contra el cuerpo de la mujer”, sostiene el informe.
La primera condena
“A vos, hija de puta, te prendo fuego”, le dijo Daniel Leonard a María del Carmen García el mediodía del sábado 30 de marzo de 2013. Horas después cumplió: la roció con alcohol en medio de una discusión en la que le exigía que retirase una denuncia en su contra. María del Carmen tenía 27 años y agonizó una semana en el Hospital Cullen de la ciudad de Santa Fe. El caso se convirtió en la primera condena de femicidio agravado por el vínculo y por violencia de género y Daniel Leonard, con 46 años, fue sentenciado a 19 años de prisión en un juicio abreviado. Durante esa Semana Santa de 2013 otras dos mujeres fueron quemadas por sus parejas. María Jorgelina Rodríguez llegó al Cullen con el 50 por ciento del cuerpo quemado. El juez entendió que se prendió fuego sola cuando se limpiaba las uñas con alcohol mientras tenía un cigarrillo en la mano. Su pareja era la única persona que estaba en la casa con ella y le dictaron falta de mérito. El otro caso fue el de Melina Monzón que llegó al mismo hospital el 1° de abril y murió el 28 de junio. La Justicia concluyó también la falta de mérito.