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Consumos problemáticos, desigualdad, vulnerabilidad, escuela y familia: las claves para leer el informe anual de IJóvenes que se presentó hoy en el recinto de Diputados de la Provincia de Buenos Aires. “Es el primer informe integral sobre la situación de consumos problemáticos, violencia y juventud en la Provincia de Buenos Aires”, indica el documento.

“Investigar en la Provincia de Buenos Aires la situación de los jóvenes y sus familias respecto a los problemas de violencia y adicciones requiere no sólo una tarea minuciosa en el territorio de ciudades y barrios, sino también tener una adecuado registro de nuestro marco normativo, de la evolución de los criterios de abordaje y de las estrategias y dispositivos que se despliegan en ese contexto.

Existen temores y prejuicios diversos frente al consumo de sustancia psicoactivas. El consumo de drogas suele ser asociado con la ilegalidad, la delincuencia y la marginalidad, y para su tratamiento suele pensarse en el encierro, la internación, las comunidades terapéuticas, la prohibición de las sustancias y el abstencionismo en el consumo”, escribieron en la introducción.

Y agregaron: “Es necesario considerar las múltiples dimensiones de estos fenómenos, como la legislación, los marcos éticos y culturales de la sociedad, los grupos y los individuos, las condiciones socio-económicas y culturales de la población, las transformaciones de época y su impacto en las subjetividades, los modelos sociales, las políticas públicas en general y las sanitarias en particular, entre otros. Pero a su vez, señala como imprescindible subrayar una evidencia: la mayoría de los consumidores de sustancias psicoactivas no son consumidores problemáticos, tal cual lo afirma el Documento oficial del Comité Científico Asesor en Materia de Control del Tráfico Ilícito de Estupefacientes, Sustancias Psicotrópicas y Criminalidad Compleja sobre los usuarios de drogas y las políticas para su abordaje, elaborado en 2009”.

Aquí, las claves para leer el informe:

 

¿Por qué hablamos de consumos problemáticos?

-Estamos ante una nueva realidad cultural en cuanto al consumo y sus límites.

-El consumo de sustancias psicoactivas se inscribe en una sociedad donde el consumo es uno de los principales valores: “sos si consumís”.

-Un consumo se transforma en problemático cuando se establece un vínculo compulsivo que fragmenta los lazos sociales  y afecta el proyecto de vida de la persona o revela la ausencia del mismo.

-A través de la noción de consumo problemático intentamos remover el estigma del término “adicto”, que se vinculaba a los sujetos usuarios de sustancias con la enfermedad o la delincuencia.

-El abordaje del tratamiento debe ser desde la salud y los derechos humanos y no desde lo criminal.

¿Cuáles son las causas del consumo?

-Las causas del consumo de sustancias son múltiples: la falta de amor, la ausencia de límites, el descontrol y el barrio en el que viven, donde hay problemas de salud, educación, trabajo, entre vecinos o familiares, etc. En ese contexto, el valor de la vida empieza a degradarse, viven aceleradamente.

-Existen también otras causas ligadas a la búsqueda de placer y evasión, en contextos donde el displacer es una variable constante debido a las precarias condiciones de vida. Y el consumo de sustancias otorga matices placenteros.

¿Qué relación hay entre consumos problemáticos y desigualdad?

-El consumo problemático de sustancias se articula con niveles más graves de desigualdad.

-Hacia el interior de todos los barrios donde trabajamos existe una fuerte desigualdad, vinculada al acceso a la vivienda, a la salud, a los derechos básicos (y no sólo a los ingresos económicos como la pobreza).

-Esas desigualdades van más allá de la división entre “el adentro” y “el afuera”. Hay una fragmentación de los vínculos de solidaridad al interior de los barrios producto de las desigualdades y la pérdida de pacificación de la vida cotidiana vinculada a la radicalización de las violencias.

¿Donde hay más problemas de consumo de sustancias?

-En los territorios donde la vida de los jóvenes está limitada a sus propios barrios.

-En los barrios donde existe un fenómeno de segregación territorial creciente.

-La segregación se expresa en ausencia de planificación territorial, dificultades o falta de acceso a servicios sanitarios, ausencia de transporte público e incluso en la actitud de las fuerzas de seguridad que procuran que los jóvenes de esos barrios se acerquen lo menos posible a la parte céntrica o histórica de sus ciudades.

¿Cómo y con qué se drogan los pibes?

-La edad del inicio en el consumo promedia entre los 13 y 15 años. El grupo de 15 y 16 años es el que presenta, en términos generales, las mayores proporciones de consumo.

-El 50,1 por ciento de los adolescentes declaró haber consumido alcohol en el último mes; el 15,1 por ciento, tabaco; el 7,6 por ciento, marihuana; el 1 por ciento, cocaína; el 2,1 por ciento, psicofármacos sin prescripción médica; y el 0,5 por ciento, pasta base.

-El 55,5 por ciento de los estudiantes que declararon haber consumido marihuana, lo hizo por primera vez antes de los 15 años.

(Datos del Estudio Nacional sobre Consumo en Estudiantes de Enseñanza Media elaborado en 2014 por el Observatorio Argentino de Drogas de la SEDRONAR)

¿Dónde está el paco?

-El consumo intensivo de pasta básica de cocaína está presente de manera muy clara en tres zonas específicas: Puerta de Hierro en La Matanza, Villa 25 en San Fernando y Los Eucaliptos en Quilmes.

-Son barrios donde a las organizaciones comunitarias, políticas y sociales le cuesta sostener la estructura y gran parte de los lazos sociales se recrean alrededor del microtráfico y el consumo.

¿Qué lugar ocupa el alcohol?

-Es la sustancia de mayor consumo.

-Está naturalizado: no es visto como consumo problemático.

-Representa un peligro real e inmediato para la salud de los jóvenes sobre todo cuando se mezcla con psicofármacos.

-El crecimiento del consumo de alcohol atraviesa todos los sectores sociales y en todos ellos está claramente asociado a la diversión y el esparcimiento.

¿Existen bandas de narcotraficantes?

-No registramos la existencia de carteles.

-Es creciente la presencia del microtráfico: grupos familiares, muchas veces liderados por mujeres jefas de hogar.

-En algunas zonas los líderes de esos grupos construyen un vínculo social con el territorio, reemplazando funciones del Estado.

-La policía juega un papel de regulador de las economías ilegales, incluyendo el tráfico.

¿Quiénes son los más vulnerables?

-A partir de los 12 años los chicos empiezan a relacionarse con otras dinámicas, muchos dejan la escuela y ya no ven a los talleres como un espacio de contención.

-Crecer y volverse adultos de un día para otro es una necesidad habitual para los jóvenes de sectores populares.

Escuela

-En la educación, una gran dificultad es, por un lado, la escasez de oferta y falta de infraestructura en el pasaje entre la primaria y la secundaria.

-Por el otro, muchos jóvenes de sectores populares no tienen el andamiaje para afrontar ese salto.

-Otro momento de quiebre y deserción es cuando los jóvenes que van a escuelas en su barrio, los secundarios están incompletos, entonces deben completar cuarto, quinto y sexto en otras escuelas.

Familia

-La cercanía generacional entre padres e hijos dificulta establecer una dimensión de autoridad.

-Encontramos muchos casos de consumos compartidos entre padres e hijos.

-Está en crisis la idea tradicional de familia como transmisora de valores en torno al trabajo, la educación o la estabilidad.

-Hay una actitud transaccional de los padres con los jóvenes respecto del consumo de alcohol y una negación de los consumos que puedan acompañarlo.

Trabajo

-Los varones y mujeres que aún no cumplieron los 29 años son los más perjudicados, con una tasa de desempleo del 14,4 por ciento.
-Quienes trabajan lo hacen en condiciones de precariedad: el 33,2 por ciento de los varones asalariados del conurbano no llegan a hacer un aporte jubilatorio.
-Entre los jóvenes se mantiene la idea del trabajo en blanco como una forma de rescatarse, pero quienes lo consiguen, al no tener cultura del trabajo, tienen dificultades para sostenerlo.

Salud

-El cuerpo de los jóvenes actúa como frontera: es donde se marcan los dolores y se producen las alarmas. Cada cicatriz es una cucarda.

-Los jóvenes recurren al sistema de salud sólo en situaciones extremas: cuando se llega al límite.

-Fuera de esas situaciones límite, las consultas por consumos problemáticos suelen ser por parte de familiares o allegados.

-El sistema de salud no logra incorporar la dimensión del consumo problemático como un tema de salud. Hay una actitud reactiva de las estructuras hospitalarias, por falta de herramientas, personal y dispositivos en el sistema de atención primaria.

¿Qué papel juegan las políticas públicas para los jóvenes?

-La universalización de derechos como la AUH y la apertura de escuelas técnicas, entre otras medidas, representan un avance significativo en materia de políticas públicas destinadas a niños y adolescentes.

-La mayor dificultad de las iniciativas públicas es convocar a la franja de jóvenes de entre 15 y 18 años.

-Los programas como FinEs y Jóvenes por más y mejor trabajo apuntan a recomponer el vínculo con el mundo educativo y laboral, pero son para jóvenes mayores de 18 años.

-En muchos barrios no hay sedes del programa Envión -destinado a jóvenes de 12 a 21 años-. Y en los que hay, la convocatoria es dispar: varía según la infraestructura, el pago de las becas a los beneficiarios y los proyectos pedagógicos.

-En los lugares donde esas políticas funcionan es porque se logró articular a los programas estatales con la iniciativa y la coordinación de organizaciones sociales.

¿Qué problemas y casos de éxito encontramos en los territorios?

-Los modelos prohibicionistas y abstencionistas fracasaron.

-Las comunidades terapéuticas suelen proponer internaciones muy largas y tienen alto porcentaje de reincidencia.

-El poder público no reformuló el vínculo con esas comunidades ni generó alternativas claras.

-La Ley de Salud Mental planteó la necesidad de desarrollar modelos más flexibles, centrados en la persona, orientados a la reducción de riesgos y daños.

-El mérito más valioso de las políticas estatales es comprender esta nueva realidad y orientar sus dispositivos con esa perspectiva.

-La gran carencia es que la lógica de dispositivos como el del Hospital Nacional en Red no se extendido a todo el sistema. Las iniciativas de ese tipo están en estado embrionario.
-Los casos de éxito de dispositivos y de políticas públicas para jóvenes que encontramos se dan siempre en el mismo marco: cuando las políticas macro se logran articular con iniciativas locales y de las organizaciones sociales.

-Uno de los ejemplos más exitosos – y replicables- que encontramos es la del Hogar de Cristo, un dispositivo que surge como herramienta desde la iglesia, hace eje en la persona y se demuestra idónea para articularse con el estado.
-Hay otras formas de recomponer el lazo social y generar proyectos de vida. En los territorios donde trabajamos, muchos jóvenes logran “zafar” a partir de la religión, la militancia, la música o el deporte.
-Son espacios de inclusión, donde se recrean lógicas comunitarias y se restituye el lazo social que se encontraba dañado, donde los jóvenes pueden tomar la palabra y proyectarse a futuro.