La vida es un barbijo absurdo

Según dicen los que saben, esta cuarentena es un duelo colectivo y mundial. Y como todo duelo tiene sus altibajos. Vicky Grigera cuenta su montaña rusa emocional y física.

La vida es un barbijo absurdo

Por Cosecha Roja
16/04/2020

Por Vicky Grigera*

Ilustración: Federico Mercante

Ya sé, no me digás, tenés razón, la vida es un barbijo absurdo y es todo todo tan fugaz, que es un estornudo y nada más mi internación. Contame tu pandemia, decime tu temperatura, no ves la pena que tengo, que el monotributo no me ayuda…

Esta es mi cortina musical imaginaria mientras escribo.

Todes les mortales sabemos que los duelos tienen sus etapas. Etapas desprolijas y simultáneas. Y cuando nos creemos sanos egresados del trauma aparece un dolor reciclado como para recordarnos que (incluso por periodos largos) éramos felices portadores asintomáticos de un dolor que nos cambia para siempre. 

Resulta que la pandemia -dicen los que saben- se trata ni más ni menos que de un duelo colectivo/mundial. ¡Ay carajo mierda! Por lo que considero humildemente, que la cuarentena, como los duelos, también tiene sus etapas. 

Los primeros días: shock gata florero

Guau, ahora que tengo todo el tiempo para leer, para sobredosis de series, escribir y reflexionar, resulta que no me concentro. Altos niveles de “necesito un viagra de psiquis” en sangre. Pasemos al momento más cliché: el momento Marie Kondo. Lavo, limpio, ordeno, clasifico, etiqueto, reordeno, reclasifico. Todes tuvimos sectores dignos de producción de Revista Caras, al menos un ratito. Ordeno y desordeno para tener motivaciones diarias. Los ambientes pasan de revista living al CEAMSE en días, acaso horas, según la bipolaridad del aislamiento. Limpio, ordeno, etiqueto y clasifico. Pobre, triste, rota, pero impecable. Selfie con el trofeo.

Momento melanco reflexivo paranoico

¿Y si me muero? ¿Y si se apaga el modem? ¿Hay vida sin modem? ¿Y si no llego al segundo semestre? ¿Y si me muero y al final del túnel me recibe Michetti cantando Gilda? ¿Y si el Mago Sin Dientes me da un beso de lengua? ¿Y si muero y reencarno en la mujer de Mauro Viale? ¿Y si muerta me piden clave fiscal y PIN para acceder al paraíso? ¡Despiértenme! Hagamos sentadillas, dietas saludables, respiremos, pasemos a otra fase menos tortuosa, porfa. Tal vez un poco maníaca, claro. Arriba, arriba que acá no ha pasado nada y siempre que llovió paró y que vamos a volver mejores y vamos a volver inmunes. Intervalos de autoayuda. Intervalos de autoengaño. 

Momento mami agotada (versión marido no deconstruido) 

Mami agotada le pone toda la onda con sonrisa de Vidal, pero no puede más con las tareas virtuales. 

-¡Qué alegría! ¡Vamos a ver Paka Paka! -dice mientras se patea las ojeras. -¡Hola Zamba!- arenga fingiendo vitalidad como quien finge cariño por una suegra tóxica. 

Mami tiene un pico de estrés y se encierra en el baño. Momento de introspección, se empodera y grita: 

-Roberto ¿por qué no me ayudás con la regla de tres simple? Dale que vos sos perito mercantil. Colaborá con el cole en casa que les hijes salieron de tus hueves. 

Mami quiere Rivotril pediátrico. 

Mientras las etapas del duelo cuarentena suceden una nueva clase social ha nacido: indigentes con Osde. 

Momento del orgullo populista

Se imaginan lo que hubiera sido esto con los otros ¿no? Ni siquiera seríamos Venezuela: seríamos Italia. Vieron lo importante que es tener un ministerio de Salud. ¡Estúpidos imberbes!. Selfie con dedos en V. 

Momento domingo eterno

¿Me drogo o hago yoga? Basta. Té con miel, jengibre y cine danés blanco y negro. Mejor porno con whisky y rivo. 

Momento crítico. Disonancia cognitiva. Ay ¿ y si lo/la desbloqueo, pobre no era tan malo, es que sufrió mucho de chiquite… vamos a darle la oportunidad. ¡No! ¡Don’t do it! Que el encierro no nos confunda, es un momento muy tramposo y la capocha nos puede tender trampas autodestructivas. Estamos ante la amenaza de bomba vincular. Gente que no. Que no iba más. Vale ex amigues, parientes, romances y todo lo que el patriarcado nos ofrendó. Que tantas horas de uno mismo no nos hagan romper la cuarentena con los trolls de psiquis. Porque elles también son pandemia. Y después no hay vacuna que calme esos dolores de alma. Una remera que diga: no rompas la cuarentena con les toxiques de tu vida.

Placa de crónica. “Las filas de los bancos llegan hasta el cementerio”. Dios, el universo y sus señales. Por momentos nos sentimos en un eterno rodaje de Relatos Salvajes. Si hasta veo las peleas en la farmacia y suena para mi el naranana, naranana naranana. 

¿Cacerolazo en balcones? ¿Vecines denunciando a trabajadores de la salud? Un poco de oxígeno por favor. Ay qué divina la mina de “Caceroléense la chota, manga de caretas”.  La quiero de vecina. Ay, señora de la contraofensiva en el balcón: es usted una heroína anónima. Algún día su cara será remera. En cambio, usted señora/ señor que patrulla a sus vecines: algún día el patio techado de una escuela amadrinada por la Pando llevarán sus nombres.

Momento me ganó el Patriarcado 

Odio a los que tienen jardín. A los que hacen gimnasia en el balcón mientras recolectan brócolis de su huerta. Odio a los que llegando al mes de casa casita y todavía pueden sacarse una foto (digna) de cuerpo entero y encima en un jardín. Paredón a esa mesa chica que tiene libido y anda cogiendo como en el secundario. Qué tupé. Sépanlo: nosotres, les sin hormonas, les disfuncionales, les de la pizza recalentada, les ponemos like, pero les odiamos. 

Día x: leo lo mejor entre un sinfín de posteos: “ESTAMOS VIVIENDO UNA PANDEMIA, NO UN CONCURSO DE PRODUCTIVIDAD”. Después de la señora del balcón, “coeur.mex” me hizo la cuarentena. Porque lo capté en un momento donde mi sistema nervioso central no soportaba un solo meme más, una sola receta saludable, un solo infectólogo tirando bocas de urna más, ni una frase motivacional más. 

Momento pico de se me acabó el voluntarismo existencial

Mamá se va a dormir. A papá no se le para. Hoy no quiero, gracias. Una siesta y después cenamos.  Les emprendedores apagan sus computadoras. Fulano abandonó la conversación y mengana salió del grupo. Sólo queremos ser notificados si hay vacuna contra esto o rivotril pediátrico o consoladores con sentimientos. Atentamente, la gerencia.  

Y hablame simplemente de toda tu vida ausente tras un retazo de los chinos. Yo sé que te hace daño, yo sé que te lastimo llorando mi coronavirus, pero es este bajón, que parte el corazón y busca que la curva baje (y no te aturda) la curva va a bajar y mientras que haya amor, poniéndole humor a este garrón. 

Vamos con Luismi para que no decaiga. Aléjense de mí si van a estornudar, contigo ayer tosí y no tengo obra social. Vamo’ que no decaiga, dice el lado vital cuando le gana en las PASO al humano pesimismo y llega al balotage.

Hasta la última curva.  Por la última curva. Al gran pueblo aislado ¡salud!

*Actriz. Autora teatral. Vigente; Los úteros no lloran, humor en tiempos de construcción. Instagram @vicky_grigera.

Viernes 17 de abril a las 22 show “La vida es un barbijo absurdo” desde el Facebook Vicky g. Especial festejos por los 25 años de hijos. También se transmitirá en la página de HIJOS Capital.