Yetlaneci Alcaraz- Revista Proceso.-

Por segundo año consecutivo, la escalada de violencia derivada de la batalla emprendida por el presidente Felipe Calderón contra el narcotráfico colocó a México en una virtual categoría de “guerra”.

De acuerdo con el Barómetro de Conflictos 2011, elaborado por el reconocido Instituto de Investigación de Conflictos Internacionales de la Universidad de Heidelberg, Alemania, México es el único país del continente americano que mantiene una guerra interna, cuya intensidad alcanza el nivel 5, el más elevado del Barómetro, y que se equipara a conflictos como los que se vivieron el año pasado en Nigeria, Somalia, Sudán, Myanmar, Pakistán, Afganistán, Egipto, Irak, Libia, Siria, Turquía o Yemen.

De hecho, no sólo México, sino el mundo entero enfrentó, el año pasado, un grado de violencia como no se veía desde 1945. En 2010, se desataron seis guerras y en 2011 el número creció a 20.

“Con un total de 20, el número de guerras alcanzó los niveles más altos de todos los tiempos desde el inicio del periodo de observación, que es desde 1945”, señala el documento.

Así, de los 388 conflictos observados por los investigadores alemanes durante 2011 –18 más respecto al año anterior—, 20 tuvieron categoría de guerra y 18 se ubicaron al “límite de la guerra”. Esto arroja la desoladora cifra de 38 conflictos mundiales altamente violentos, algunos de ellos ubicados en el contexto de la denominada “Primavera árabe”.

El Barómetro de Conflictos de la Universidad de Heidelberg se publica de forma anual desde 1992 y ha alcanzado un importante prestigio a nivel mundial en el ámbito académico.

Para el caso mexicano, el Barómetro 2011 registra seis conflictos, dos de los cuales se catalogan como conflictos violentos de alta intensidad. El primero, la guerra emprendida por el gobierno de Felipe Calderón contra los cárteles de la droga, se mantiene –respecto al 2010– en nivel 5 con carácter de guerra; en tanto que el segundo, la violencia generada entre sí por los cárteles y con grupos paramilitares, alcanza el nivel 4 de intensidad, es decir, se trata de un conflicto “al borde de la guerra”.

“México enfrenta dos conflictos distintos. Por un lado, la guerra iniciada por el gobierno contra los cárteles de la droga y por otro, la guerra entre los cárteles y grupos paramilitares. Ambos conflictos se han exacerbado con el uso de armas automáticas adquiridas en Estados Unidos. Esa situación ha afectado a Estados Unidos de tal forma que el Departamento de Estado de ese país declaró a los cárteles de la droga mexicanos como la mayor amenaza para su seguridad nacional”, explica el documento de 116 páginas.

En el recuento de hechos, los investigadores destacan, por un lado, el incremento sustancial de personal militar y de la Policía Federal desplegado en al menos 15 de las 32 entidades del país y, por otro lado, la división de los propios cárteles y la “aparición de más de 150 grupos paramilitares”, entre los que destacan los “Matazetas”. La violencia generada por todos estos actores, dan como resultado que en el 2011 haya habido, cuando menos, 12 mil nuevos muertos.

Los otros cuatro conflictos con los que aparece México en el Barómetro 2011 son los que aún sostiene el gobierno mexicano con la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO), con el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), con el Ejército Popular Revolucionario (EPR) y con la oposición.

En el caso de la APPO, el estudio sostiene que el nivel de violencia se mantiene en un rango de 3, que significa crisis violenta de mediana intensidad, pese a la llegada al poder de Gabino Cué, quien contó con el respaldo de la agrupación.

En cuanto al conflicto entre el gobierno y el EZLN si bien su nivel de intensidad se redujo a 2, esto es, crisis no violenta de baja intensidad, los investigadores alemanes destacan las acusaciones que hacen los zapatistas contra los gobiernos federal y estatal de apoyar y financiar a fuerzas paramilitares en actos criminales contra grupos indígenas.

Finalmente, respecto a los conflictos latentes entre el gobierno y el EPR y la oposición, el Barómetro no los describe ni analiza, sólo los enuncia.