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Maximiliano Montenegro – Diario Popular.-

Tras ser imputada por tentativa de homicidio, al defenderse de un ataque de su pareja, fue encarcelada y vivió la pesadilla de la prisión junto a su hija de dos años y su bebé recién nacido. Ahora espera el juicio en su domicilio.

Cintia Pérez es una joven madre de San Martín, víctima de violencia de género, que atraviesa por un largo calvario judicial. El año pasado, embarazada de seis meses, su pareja la sometió a una nueva paliza y ella intentó una defensa amenazándolo con alcohol y fuego, aunque no llegó a prenderle fuego.

La Justicia la imputó por tentativa de homicidio y desde ese momento fue confinada a un calabozo en la cárcel de Los Hornos, donde convivió con una hija de dos años y su bebé nacido bajo detención, rodeados de ratas, mientras sus otras dos criaturas más grandes quedaron a cargo del abuelo.

La Sala Sexta de la Cámara de Casación Penal de la Provincia de Buenos Aires falló ahora para morigerar la injusta situación de Cintia, otorgando una reclamada prisión domiciliaria, haciendo foco en los derechos de los niños. Esta medida se efectivizó en las últimas horas, luego que el Tribunal Oral de San Martín que la juzgará fijó las condiciones, que incluyen tobillera electrónica para monitorear a Cintia.

Mario Coroliano, defensor ante casación Bonaerense, colaboró en la presentación del recurso de “hábeas corpus” con la defensora oficial Mariana Kodric, que fue admitido por los camaristas. “Cintia venía siendo víctima de feroces golpizas por parte de su marido y padre de los cuatro chicos. En uno de esos ataques, ella se defendió y también defendió a su hijo, que llevaba en su vientre seis meses. El hombre terminó con lesiones. Ella le arrojó el alcohol mientras en una mano tenía un encendedor. Por ese episodio espera el juicio por jurados. El fiscal calificó el hecho como tentativa de homicidio y la mandó a prisión”, contó el defensor.

Desde un primer momento, se solicitó que la mujer aguarde el juicio en su domicilio, para estar cerca de sus hijos, y considerando el historial de violencia machista que padeció. Sin embargo, poco y nada pudo hacer la defensora Mariana Kodric, que incluso solicitaba la morigeración de la prisión preventiva basada en el superior interés del niño y lo que expresamente prevén las leyes para estos casos.

“Cintia y dos de sus hijos fueron alojados en el penal de Los Hornos en noviembre,conviviendo con roedores y otros peligros para su vida y salud. Los dos chicos más grandes de la mujer quedaron a cargo de su padre, anciano y enfermo. Fue inútil apelar, ya que la Cámara de Apelaciones de San Martín por dos votos, y largas demoras, confirmó el encierro de los tres. Por ello, se decidió presentar un recurso de hábeas corpus ante Casación, solicitando una audiencia, donde se concurrió con Cintia y sus hijos. La resolución de los camaristas la libera del encierro. El Tribunal Oral en lo Criminal 4 de San Martín se tomó un tiempo para resolver qué condiciones imponía. Ahora ya está en su casa con los nenes, monitoreada electrónicamente”, relató el defensor Coroliano.

En el marco del fallo de la sala Sexta de la Cámara de Casación bonaerense, los magistrados destacaron que se trata de un caso de “gravedad institucional”, verificado “en la emergencia arbitraria e inminente restricción a la libertad” en perjuicio de la mujer.

Asimismo, los camaristas dijeron que “lo valorado para denegar la morigeración es la pena en expectativa estimada por la fiscalía, cuando aún Pérez es inocente del hecho que se le imputa y se encuentra pendiente de realización el correspondiente juicio por jurados”.

“Hay otros 58 niños rodeados de ratas”

Mario Coroliano, defensor oficial ante la Cámara de Casación Penal bonaerense, explicó que “la situación de Cintia y sus dos hijitos es absolutamente injusta, y afortunadamente ahora se morigeró, pero las condiciones de encierro en la Unidad Penal 33 de Los Hornos continúan vulnerando los derechos de los niños, ya que actualmente siguen allí alojados 58 menores de cinco años, hijos de otras mujeres detenidas, por lo que abriremos una investigación sobre cada uno de esos casos, porque los argumentos son dudosos”.

“El lunes estuve en el penal. Cintia y sus hijos convivían con ratas. El más chiquito tuvo que nacer en estado de encierro. Es ilegal, además de inhumano. Pude saber que por la existencia de roedores, las autoridades colocaron veneno para combatirlas. El asunto es que un chiquito de cuatro años, jugando con otro, tuvo convulsiones y debió ser internado al ingerir veneno”, relató el defensor oficial. “La hija de dos años de Cintia estaba muy mal, el nenito nació bajo encierro.

Todo esto se pudo haber evitado. A partir del caso de esta mujer vamos a propiciar una investigación porque en ese penal hay 58 menores de cinco años detenidos junto a sus mamás”, dijo Coroliano.