E03CRB2.JPGCosecha Roja.-

Carlos Polo había comprado una 9 mm después de su retiro como policía de Córdoba para hacer horas adicionales. La usó hoy: le disparó fallidamente a la mujer y se suicidó. El domingo un agente de la Federal asesinó de dos balazos a su ex esposa, cadeta de la Bonaerense, y también se mató. “Hay un entrenamiento militarizado hacia adentro y hacia afuera de la fuerza. Por ejemplo, a un hombre le toman la denuncia y a una mujer la rechazan: así se construye la violencia de género”, dijo a Cosecha Roja Luciana Sánchez, de Lesbianas y feministas por la descriminalización del aborto.

Según el informe del CELS, sólo en Capital Federal y Conurbano Bonaerense en los últimos 10 años murieron al menos 1.286 personas civiles en hechos de violencia institucional con participación de integrantes de fuerzas de seguridad. En el 68 por ciento de los casos, los oficiales estaban fuera de servicio. El ‘estado policial’ fue uno de los ítems que se discutió en 2014, antes de la creación de las policías locales en la Provincia. El proyecto que se aprobó por resolución 835/14 del Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires no contempló ninguna modificación: los policías son policías las 24 horas. “La violencia funciona en redes: las mismas que están presentes dentro de la policía, se reproducen en la violencia doméstica”, dijo Sánchez.

Según datos del observatorio de La Casa del Encuentro hubo 277 femicidios 2014. En 156 casos, los victimarios eran parejas o ex parejas. La mayoría murieron baleadas (73) y 18 de los femicidas pertenecían o habían pertenecido a fuerzas de seguridad.

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Polo tenía 50 años y estaba retirado de la policía cordobesa. Esta mañana se suicidó en la vereda de la casa en la que vivía con Mónica, en el valle de Traslasierra, a 195 kilómetros de la capital provincial. Según fuentes judiciales, el ataque empezó dentro de la vivienda, delante de la hija. La mujer salió corriendo, él disparó varias veces y una bala la alcanzó. “Polo hirió en una pierna a su mujer, que había salido a la calle a buscar ayuda entre los vecinos, mientras él seguía disparando desde la vereda”, dijo a Télam el fiscal de Primera Instrucción Raúl Castro.

La mujer, que se recupera en el Hospital Regional, lo había denunciado en el Juzgado de Violencia Familiar un año antes, según informó la prensa local. Durante las últimas semanas había intentado retirar la denuncia.

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El domingo, un policía de la Federal asesinó a su ex mujer de dos balazos y después se suicidó. La pareja, que se habían separado hacía poco, vivía en Las Catonas, partido bonaerense de Moreno. Fabián Horacio Ramírez tenía 35 años, era cabo primero y prestaba servicios en la seccional 7ma de la Ciudad de Buenos Aires. Erika González, de 33, era cadeta de la Escuela Descentralizada de la Policía de San Miguel y madre de un niño de cinco.

Las agresiones empezaron en la puerta de la casa y siguieron mientras cruzaban un predio con canchas de fútbol que queda enfrente. Los vecinos contaron que él sacó el arma, le disparó dos veces a ella y una a él mismo. Quedaron los tirados en el piso, gravemente heridos. Él murió a los pocos minutos, ella a la madrugada.

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En el último año, dos policías fueron condenados a perpetua por asesinar a dos mujeres. Fabián Casas, sargento de la policía entrerriana, le disparó a su novia de 15 años Mariana Romero. La bala le atravesó la cabeza desde la parte superior hasta la oreja y el tribunal lo declaró culpable de “homicidio triplemente calificado y violencia de género”. Esteban Sánchezfue condenado por el TOC 3 de Mercedes a la pena perpetua por el femicidio de Noelia Solange Pleus. El ex agente federal la mató y luego calcinó el cuerpo en un descampado de General Rodríguez en 2012. Los jueces lo sentenciaron por el “homicidio calificado por el ví­­nculo y por haber sido cometido mediando violencia de género”.

“Hacia adentro de la fuerza todavía insisten con que los trapitos sucios se lavan en casa, encubren y sostienen a los policías violentos. No hay información pública sobre qué cantidad de denuncias hay dentro de la fuerza”, dijo Sánchez. En el caso de la Bonaerense, existe un “llamativo” grado de militarización. Entre los varones adultos de la provincia se calcula que uno de cada 35 es o fue policía. “La fuerza reproduce una jerarquía que no es igual a todas las otras profesiones: tienen un entrenamiento específico”, explicó.

Durante el juicio contra Fabián Casas, la versión de la defensa fue el policía y su novia habían forcejeado con el arma reglamentaria, que él quiso cuidarla para que no disparara y el tiro salió. Los peritos certificaron que el tiro había sido de cerca, con el arma apoyada sobre el cuerpo.

– ¡Tirame! ¡Tirame!

Dijo Érika a Ramírez, según contaron los testigos que vieron la discusión. Él no lo dudó y sabía cómo hacerlo: los dos terminaron muertos.

Foto: ARG Noticias

Nota publicada el 21/10/2015