chapoguzmánefeCosecha Roja.-

La primera vez que lo detuvieron El Chapo Guzmán dijo que era un agricultor. La segunda, lo agarraron escondido en el baño de un hotel. El narco más buscado se escapó dos veces de penales de máxima seguridad en México. Para llegar a su última celda, había que cruzar 12 rejas. En julio construyó un túnel, le prepararon una moto que lo esperaba al final del hueco y se fugó. Su nombre había aparecido en la revista Forbes en la lista de los hombres más poderosos del mundo -con Obama y Bill Gates-, su personaje es carne de los narcocorridos y la máscara de su cara, el disfraz más vendido en Halloween. Ahora el show del Chapo llegó a la Argentina.

Fuentes judiciales confirmaron a Cosecha Roja que la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) recibió una alerta del exterior que informaba que Guzmán podría estar en Argentina e intentar cruzar la frontera hacia Chile. Todavía no se sabe si la advertencia es seria o no. Mientras tanto, por protocolo, se aumentan los controles de las fuerzas de seguridad, se refuerza el personal en los pasos fronterizos y se inician comunicaciones con otros países.

El viernes pasado hubo una alerta por una supuesta amenaza de un grupo terrorista vinculado con Al Qaeda a los shoppings Abasto y Unicenter. Se actuó igual que hoy: mientras se chequeaba la información, se reforzaron los controles. Finalmente, no pasó nada.

La noticia la difundió el diario diario La Mañana de Neuquén. En un artículo publicaron que, en los 339 kilómetros de extensión de la provincia, existen 32 pasos naturales “clandestinos” por los que se puede cruzar al otro lado de los Andes.

Lo que genera el personaje de El Chapo es parecido a lo que sucedía con Pablo Escobar: cada vez que pasa algo, es noticia, se viraliza y genera revuelo. Tiene seguidores, fanáticos, defensores, detractores, ejércitos que lo persiguen y rating. Hasta apareció en Los Simpsons. Es mejor que una serie de Netflix.

El periodista y autor de “El más buscado” -Alejandro Almazán- escribió la semana pasada una reflexión en El País sobre el capo narco más famoso de México: “El programa de televisión que todo el país está viendo es una serie transmitida en tiempo real y cuyo argumento se centra en la fuga y persecución de Joaquín el Chapo Guzmán. La serie aparece y desaparece de nuestros televisores sin coming soon ni lógica alguna. Hay capítulos que apenas y duran una declaración de prensa, y hay otros que se alargan hasta que acaba la balacera. Es una serie delirante”.

En el primer episodio de la última temporada, el sábado 11 de julio, se escapó por segunda vez de un penal de máxima seguridad. Sus pasos quedaron registrados por las cámaras de la cárcel. Guzmán da vueltas en su celda, se sienta en la cama, se pone los zapatos y camina hacia un “punto ciego” que la cámara no toma. Después, desaparece.

“Se nos ha dado a entender que la del Chapo es la fuga más descabellada del siglo: el túnel de 1.5 kilómetros, la motocicleta sin neumático delantero con la que el capo lo recorrió, el pájaro muerto que fue encontrado en la celda, el Presidente y el ministro de Gobernación de viaje por Francia, el Chapotour por el túnel y por el penal. Puro trending topic. México, lo digo riendo, ha revolucionado las series”, escribió Almazán.

En el último capítulo, El Chapo podría estar en Argentina y es -literalmente- trending topic. Pero, según el periodista, “de lo que apenas se habla es que atrás de este narco show hay miles de personas desplazadas: en la supuesta búsqueda, las autoridades mexicanas están arrasando pueblos enteros”.