testigoDurante los 35 días que lleva desaparecido Santiago Maldonado, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, algunos medios de comunicación y cientos de usuarios en las redes desestimaron las declaraciones de los testigos con identidad reservada. Hoy, los tres testigos de la comunidad mapuche volvieron a declarar en la causa y contaron cómo vieron a los agentes llevarse a Santiago Maldonado ante el Juzgado Federal de Esquel, a cara descubierta y con DNI. “El miedo ya se rompió”, dijo Matías Santana en conferencia de prensa. El integrante de la Pu Lof en Resistencia de Cushamen contó a los medios lo que minutos antes le había dicho a la Justicia: “A Santiago Maldonado se lo llevó Gendarmería”.

Los relatos de los tres testigos dan detalles de cómo Gendarmería entró al predio de la comunidad y obligó a sus integrantes a escapar hacia el río Chubut. Además de Santana, en la puerta del Juzgado estaban Soraya Maicoño y otra testigo que prefirió no dar su nombre. Las mujeres estuvieron con Santiago la mañana del 1 de agosto en la guardia, en el ingreso a la comunidad. “Yo lo conocía, lo había visto unos días antes en una marcha en Esquel”, contó Soraya. Ahí tomaron unos mates y hablaron “del hostigamiento de Gendarmería”. La mujer se fue rumbo a Esquel antes de la represión y Santiago quedó dentro del predio.

Unas horas más tarde, a las 11.30, los agentes finalmente entraron en territorio mapuche a los tiros. Los integrantes de la comunidad se replegaron hacia el río Chubut. “Era impresionante la balacera. Santiago corrió hacia el río, llegó hasta la mitad y después volvió”, contó Santana.

– Agárrenlo, agárrenlo.

– Tirale, tirale a esos indios de mierda.

Santana escuchó los gritos de los gendarmes. Él cruzó el río a caballo. En la huída, escuchó que uno de los agentes daba la voz de alto: “Estás detenido”. “En ese momento me subo a un cerro más alto y logro ver que tres efectivos estaban golpeando un bulto con una campera celeste, una campera que yo le había prestado a Santiago”, contó.

Con unos binoculares vio que los gendarmes lo cargaron en un camión “que salió muy rápido hacia la ruta 40”. Una vez afuera de la comunidad, explicó Matías, los efectivos formaron un cordón y trasladaron el bulto del camión a una de las camionetas. “Después nos dimos cuenta que el único que faltaba era él”, agregó.

Cuando los periodistas le preguntaron por qué ahora se habían animado a hablar, Santana respondió: “El miedo ya se rompió. Todos sabemos que a Santiago se lo llevó gendarmería”.

El rol de Pablo Noceti y las camionetas de Benetton

Unas horas antes de la represión, a las 9.30 de la mañana, Soraya había llegado a la comunidad avisada de que Gendarmería estaba por reprimir. Una hora y media después, partió junto a otras dos personas de la comunidad rumbo a Esquel. Los detuvieron a unos pocos kilómetros frente a Leleque, la estancia principal de Benetton. Les revisaron el auto y los demoraron. “Ahí fuimos testigos de todos los movimientos de Gendarmería”, contó Soraya.

Sobre la ruta, cerca del ingreso a la comunidad, las camionetas de Benetton se mezclaban con las de Gendarmería. “Iban y venían en total connivencia”, denunció Soraya. En el lugar también estaba Pablo Noceti, jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad. “Le pedí explicaciones de por qué nos tenían demoradas y no nos daban explicaciones. El muy soberbiamente me dijo: ‘si quieren las pueden tener hasta seis horas detenidas’”. A las mujeres recién las liberaron a las seis y media de la tarde. Unas horas más tarde se enteraron que durante la represión había desaparecido Santiago.

Además de la conferencia de prensa de los miembros de la Pu Lof de Cushamen, la Fiscal Silvina Alejandra Ávila había anunciado que hablaría con los medios por primera vez desde que quedó al frente de la investigación. A 24 horas de que se levantó el secreto de sumario, la fiscal pensaba explicar los avances de la investigación. Unos minutos antes, decidió cancelar la conferencia de prensa. Mientras, la justicia espera los resultados de pruebas clave: teléfonos y computadoras secuestrados a los gendarmes y ADN.