ailintorresAilín Torres tenía 26 años, había nacido en Tandil, era proteccionista de animales y peluquera canina. Estuvo de novia con Damián Gómez durante casi diez años, desde que eran adolescentes. Vivían en casa de los padres de ella, donde lo consideraban parte de la familia. Unos meses atrás se separaron. Él no lo aceptó, se puso violento.

“Le pateó la puerta de la casa, rompió un vidrio. Pero mi prima pensó que ya se le iba a pasar y que tenía la situación controlada, por eso no lo denunció”, contó Diego, su primo, al medio local Tandil Diario.

Ella comenzó un nuevo noviazgo con un policía. El viernes en el cumpleaños de su abuela lo presentó a la familia. A las tres de la madrugada volvieron al departamento de ella. Damián Gómez, el ex, ya estaba encerrado en el baño, escondido en la ducha. Tenía un cuchillo.

“La pareja de la joven se recostó en la cama y la víctima se fue al baño. El hombre la escuchó gritar, abrió la puerta y se encontró con Gómez. Tenía un cuchillo y a la mujer agarrada. Le apuntaba al cuello”, explicó al mismo medio el fiscal Gustavo Morey, a cargo de la UFI 8 de Tandil.

Según reconstruyeron los medios locales, el policía  entró al baño.

-¡Pará, quedate tranquilo, vamos a hablar!- gritó, y le tiró una botella al agresor.

Siempre según esa reconstrucción, Gómez la apuñaló, el policía salió de la casa y corrió hasta la suya -vive a una cuadra del lugar- para buscar su arma reglamentaria. En el camino llamó a la comisaría donde trabaja.

Cuando volvió, ya había patrulleros en la puerta. El cuerpo de Ailín estaba sobre la cama. Tenía varias puñaladas en el cuello y en el tórax. El femicida se había intentado suicidar, pero no logró. A policía le sacaron el arma reglamentaria que llevaba entre las manos.

Tomás Torres, uno de los hermanos de Ailín, contó que detrás del espejo del baño encontraron una nota que ella leía todas las mañanas:

“Te mereces que te quieran con ganas, que te llenen la cara de sonrisas, que te abrazen todas las mañanas, te mereces que aparezcan cuando lo necesitas, que te levanten cuando tropezás,  que esten en las malas prestándote las alas, te mereces un poco más, que te devuelvan todo lo que das, que te ayuden a vivir en paz,  te mereces que te miren con los sueños despiertos, que te esperen con los brazos abiertos. Que te acepten con los caprichos y tambien con los defectos, te mereces lo que deseaste alguna vez.  No te conformes, si no volás no te quedes”.