femicida pelotero 2- TélamCosecha Roja.-

Enterrado debajo de un pelotero inflable: así encontró la policía el cuerpo de Sonia Morel Escurra, una mujer de 25 años. El acusado de matarla y esconderla en el patio de la casa en la localidad bonaerense de Villa Elisa es su marido, Oscar Abramo. Hacía tres meses que los vecinos no la veían y los cuatro hijos de ella jugaban sin saber que la mamá estaba a 30 centímetros del piso. 

Según la policía, el hombre de 40 años ocultó el cadáver debajo del juego infantil para “disimular” el desnivel y la tierra removida. El fiscal de La Plata a cargo de la causa, Marcelo Romero, lo acusó del delito de “homicidio doblemente calificado por el vínculo y violencia de género”.

La Justicia trasladó el cuerpo a la morgue para someterlo a 72 horas de frío por el grado de descomposición en el que estaba. Después, hará la autopsia. Por el momento, los investigadores creen que la muerte fue hace tres meses.

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En esa misma casa, en el complejo de viviendas de 18 y 424, vivía la pareja. Ella tenía tres hijos de un matrimonio anterior (de 2, 4 y 6 años) y un bebé de 4 meses con Abramo. Se habían mudado al terreno cuando ella estaba embarazada.

Hacía tres meses que los vecinos no la veían, pero él decía que estaba de viaje en Paraguay y que había dejado los chicos a su cuidado. Como no le creyeron, hicieron la denuncia al 911. La policía científica y los bomberos rastrillaron la zona esta mañana y encontraron el cuerpo. “El pelotero fue fabricado por el hombre y en él jugaban los niños, sin saber que su madre estaba muerta debajo”, dijo Romero a Télam. Mientras los oficiales actuaban, el fiscal ordenó la detención.

Deshacerse de un cuerpo no es tarea fácil. Chiara Páez cumplió 14 años tres días antes de desaparecer, en mayo de este año. Vivía en Rufino, Santa Fe. La última vez que la vieron se había escapado para ver al novio M, de 17. Nunca volvió: la encontraron enterrada en un pozo de 80 centímetros de profundidad en el fondo de la casa del adolescente. La autopsia confirmó que Chiara estaba embarazada y que fue asesinada a golpes en la cabeza y la cara.

Mónica Bauzá y Juan Agustín Segovia, su ex marido, vivían en la misma calle, pero en casas separadas. Él era terriblemente celoso y controlaba todos los movimientos de Mónica aunque ya no convivieran. Cuando ella salía al centro de Los Hornos, donde vivía, o pasaba un par de días en casa de su hermano Marcelo en Ensenada, él se desesperaba, tomaba el taxi que conducía en las noches y llegaba hasta su puerta. Mónica desapareció el 18 de agosto de 2009 y su cadáver fue encontrado el 8 de abril de 2010 bajo la cama de Segovia.

Fotos: Télam