diariolosandesRolando López – Diario Los Andres.-

A Elvio Berón (32) lo mataron el lunes 10 de agosto. Su padre había declarado contra el familiar de un jefe penitenciario en los juicios de lesa humanidad, que fue condedo a perpetua. Para la familia Berón, se trató de una venganza familiar. El caso está bajo secreto de sumario.

Elvio Berón (31) llevaba casi diez años en prisión pero estaba feliz. En pocos días comenzaba con su régimen de salidas transitorias y después de mucho tiempo podría caminar por las calles de San Rafael. Igual, tenía algo de temor: desde la misma cárcel le habían dicho más de una vez que él “nunca saldría en libertad”.

La profecía se cumplió el lunes pasado, cuando, entre las 18 y las 19, alguien hizo entrar a un grupo de presos a su celda del pabellón 11 y lo mataron a puñaladas con una faca. Su compañero de celda y amigo personal, Jonathan Betancourt, también fue herido por los atacantes pero con él fueron más benevolentes: Betancourt sobrevivió.

De acuerdo con lo que pudo averiguar este diario, la extraña muerte de Berón se encuentra en plena investigación por parte del juez de instrucción de San Rafael Pablo Peñasco.

El caso no cuenta con detenidos, pero se sabe que Betancourt no tuvo nada que ver con el ataque, pese a que en un comienzo lo señalaron como el autor del crimen. De hecho, el preso ya salió del hospital Schestakow y declaró. Por eso está en la cárcel pero aislado de los otros reclusos.

Malas relaciones

Elvio Berón estaba preso desde 2005, cuando fue condenado a 16 años por un atraco con armas seguido de abuso sexual agravado. Según su familia, aquel proceso estuvo lleno de irregularidades, pero finalmente en 2006, después de quedar libre y ser vuelto a encarcelar, terminó condenado por una Cámara de San Rafael.

Entre 2006 y 2010 Berón fue casi un preso más, pero todos sabían de dónde venía ese detenido joven que tenía 22 años de edad cuando entró. “Viene de una familia de montoneros”, murmuraban en la Cárcel de Encausados del Sur.

De todas maneras, a Elvio no se le registraban hechos de indisciplina, a tal punto que después de su muerte, el actual director de la cárcel de San Rafael, Ricardo Gatica, lo definió como “un preso con buena conducta”, según publicó el Diario de San Rafael dos días después del hecho.

Venganza

Para los familiares de Berón, sus verdaderos problemas en la cárcel comenzaron justo con los juicios de delitos de lesa humanidad que se llevaron a cabo desde julio de 2010 en San Rafael. Allí, Juan Carlos Berón, padre de Elvio, brindó uno de los testimonios más importantes para que al menos tres genocidas fueran condenados a prisión perpetua, entre ellos un ex policía del D2 de San Rafael, Juan Labarta.

Berón padre había sido de la Juventud Peronista y en los años de la dictadura estuvo preso ilegalmente y fue -como tantos- torturado. De hecho, uno de sus hermanos, José “Pepe” Berón, continúa desaparecido al día de hoy.

“Los problemas para Elvio comenzaron cuando desde la cárcel se dieron cuenta de que mi hermano era hijo del Berón que había declarado. Y que complicó a Labarta con sus dichos en los juicios. Bueno, en la cárcel de San Rafael trabajan familiares de Labarta que quedaron disconformes con la sentencia y se las agarraron con mi hermano”, denuncia Laura Berón, hermana del preso asesinado.

“¡Usted es montonero!”

“El martes 4 de agosto, en el patio de la Penitenciaría, el padre de Elvio fue abordado por quien nosotros sabemos que fue el autor material del homicidio, diciéndole: “¡Así que usted fue montonero!”, según relatan los familiares.

Para ellos, y a partir de lo que se dice intramuros, el matador de Elvio fue un tal “El Chino”, considerado un sicario a sueldo. Para los Berón ese no es un dato menor.

“El día del asesinato de Elvio, estaba como jefe de Guardia Interna de la Cárcel el señor Elías Berón, que es primo hermano de Elvio”, es decir que para la familia del preso, eso tiene que ver con un aspecto más de la persecución contra ellos. “Pretenden crear la idea de un enfrentamiento entre primos, situación que es negada y descartada, dado el profundo vínculo afectivo familiar que los une a todos los miembros de los Berón”, sigue la hermana de la víctima fatal.

Zona liberada

Las dudas de los familiares de Elvio están puestas en una serie de situaciones que a priori se presentan como extrañas, como la idea de que para que ocurriera el crimen esa zona del penal estaba “liberada”.

Por ejemplo, unos días antes  de la muerte de Elvio llevaron al pabellón 11 a “El Chino”, “un preso condenado a perpetua, considerado irrecuperable y que no tenía nada que hacer en ese pabellón, donde todos tenían buena conducta”, según los Berón.

En la pesquisa personal de la familia de Elvio, dentro de la cárcel, “El Chino” es prácticamente un sicario que no tendría problemas en matar a alguien por encargo para después llegar a arreglos “con declaraciones y con beneficios”.

Entretanto, las autoridades penitenciarias de San Rafael se excusaron de opinar acerca del tema, “al menos hasta que el juez Peñasco levante el secreto de sumario”, tal como dijeron.

Por su parte, los familiares del preso asesinado indicaron que la última amenaza hacia Elvio fue realizada en vísperas del 24 de marzo de 2014, el 23, cuando hicieron correr la información intra y extramuros de la cárcel de que iba a ser asesinado.

“A Elvio ya hacía dos años que le debían haber dado la libertad condicional, pero nunca ocurrió. Entre los días 10 y 11 de agosto debía salir y lo mataron. Queremos  hacer especial énfasis en la inacción de los organismos de derechos humanos, de las instituciones estatales desde los niveles municipal, provincial y nacional, relacionadas con estas problemáticas, la absoluta omisión de medidas, la ausencia de escucha de las injusticias cometidas contra nosotros”, culminaron los familiares.

Condenas por lesa humanidad

El 22 de diciembre de 2010 el Tribunal Federal 2 condenó a prisión perpetua a tres de los cuatro imputados en el juicio por delitos de lesa humanidad que se siguió por la desaparición de cuatro sanrafaelinos. Al otro imputado le dictó la pena de 8 años de prisión.

La condena en cárcel común recayó sobre Raúl Alberto Ruiz Soppe, Aníbal Alberto Guevara y Juan Roberto Labarta, a quienes se les revocó la excarcelación con la que llegaron al inicio del juicio.

Esta condena fue la primera en la provincia por este tipo de juicios. Se instruyó por las desapariciones de José Guillermo Berón (tío de Elvio), Pascual Sandoval, Roberto Osorio y Francisco Tripiana, ocurridas en ese departamento en 1976.