Beatriz Ávalos Ribera. El deber.

E l maltrato hacia la mujer sigue siendo el cáncer de la sociedad boliviana. Datos divulgados por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Bolivia indican que en nuestro país siete de cada diez mujeres sufren algún tipo de agresión física y verbal de parte de su pareja. El año pasado, por ejemplo, se registraron 136 casos de asesinatos de mujeres, de los cuales 85 fueron tipificados como feminicidios.

Jaime Nadal, representante del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa por sus siglas en inglés) en Bolivia, informó de que en el periodo 2009-2011, el Observatorio Manuela registró 445 casos de muertes violentas de mujeres, de los cuales 283 fueron calificados como feminicidios.

El problema es que en el país el feminicidio es ‘invisibilizado’ porque no está tipificado como tal en el Código Penal.

En el país no solo las mujeres adultas sufren violencia, sino también las adolescentes y jóvenes, aunque se ha constatado que muchas de ellas no se dan cuenta de que tienen personas agresivas como parejas y creen que cuando se habla de violencia solo se hace referencia a los golpes.

Esta conclusión corresponde a un grupo de mujeres que a convocatoria de la empresa Yanbal analizó los resultados del último Estudio sobre la violencia contra la mujer, realizado en cuatro ciudades del eje central (Santa Cruz, La Paz, Cochabamba y El Alto), con motivo del Día de la Mujer Boliviana, que se conmemora hoy.

Un total de 500 mujeres participó de la encuesta, encargada por Yanbal a la empresa Captura Consulting. El 79% de las participantes aseguró conocer casos de violencia hacia sus similares. Llama la atención que el 74% de las encuestadas que tienen entre 18 y 25 años dijo saber de personas que son maltratadas por sus parejas.

Para la sicóloga Inés Panozo, estos datos demuestran que muchas jóvenes no perciben la violencia, tampoco las relaciones posesivas y creen que maltrato es solamente cuando se da la agresión física. Además señala que a muchas no les gusta sentirse como víctimas y por eso no denuncian a su agresor, prefieren callar.

“Todas las mujeres en algún momento de nuestras vidas hemos sufrido algún tipo de violencia, incluso a través de piropos malintencionados”, remarca la experta y recuerda que la violencia contra la mujer ha sido reconocida hace unos 30 años, cuando en un encuentro mundial se acordó que la mujer está en situación de desigualdad frente al varón.

¿Por qué calla la mujer? En opinión de Panozo, el silencio se debe a diferentes factores, especialmente porque muchas féminas no quieren separarse de sus parejas por temor a perder a los hijos, otras no los acusan por miedo o por la dependencia económica o por vergüenza.

Claudia Antequera, de la Dirección de Género de la Gobernación, coincide con Panozo y añade que el problema de muchas bolivianas es la baja autoestima, por lo que cree que es importante que se enseñe a la mujer cómo identificar la violencia y qué hacer frente a ello.

En la encuesta también se preguntó a las participantes ¿quién cree que es el principal responsable para evitar la violencia contra la mujer? El 82% respondió que es la misma mujer la que debe evitar el maltrato. Un bajo porcentaje apuntó al Estado como el responsable de evitar la agresión.

Para Isabella Prado, sicóloga social, esta respuesta evidencia cómo la víctima, que en este caso es la mujer, se pone en el papel de responsable del problema. “Llama la atención que al Estado no se lo considere el autor que debe resolver el problema de la violencia contra la mujer”, manifestó.

Mariana Ros, directora de la Fundación Jessica Borda, cree que falta concienciar y educar más a las mujeres y a los hombres sobre esta problemática, así como endurecer las leyes y sanciones contra los agresores porque las que están en vigencia son “débiles”. Asimismo propone abrir más Servicios Legales Integrales para que las afectadas puedan presentar sus denuncias sin peregrinar de un lado a otro, y crear más hogares o albergues para que las víctimas puedan ser acogidas.

Elizabeth Palenque, directora de Comunicación de Yanbal, también propone que la violencia contra la mujer sea un tema que se aborde y se enseñe en la escuela para crear conciencia en niños y niñas, y que las instituciones aúnen esfuerzos para lograr mayor impacto en la lucha contra la violencia hacia la mujer.

Finalmente, Inés Panozo plantea que las autoridades pongan en marcha programas de incentivo productivo para que las bolivianas puedan independizarse económicamente de sus parejas. Del mismo modo, que se capacite a los operadores de justicia para que se acabe la discriminación contra las víctimas de violencia en los estrados judiciales.