Dame luz

Los cortes masivos no sólo arruinaron los festejos de cientos de miles de personas, sino que afectaron la vida cotidiana de personas que no se valen por sí mismas: ¿cómo bajar ocho pisos por escalera? ¿dónde guardar la comida de todos los días? ¿cómo cargar el celular para poder estar comunicades? ¿cómo pasar estos días de calor? Las empresas eléctricas no sólo no tienen respuesta a estas preguntas: a veces ni siquiera dicen cuándo va a volver el servicio. Hoy el ENRE multó a Edesur por más de 250 millones de pesos.

Dame luz

Por Cosecha Roja
03/01/2022

Es la tardecita del 31 de diciembre. Jorge sale de su departamento en el noveno piso de un edificio del barrio porteño de Caballito. Tiene que tomar el ascensor y tiene miedo. ¿Y si se corta de nuevo la luz cuando esté adentro? ¿Quién lo va a ir a rescatar un feriado? 

Jorge tiene 71 años y vive solo. Tenía previsto pasar el 31 a la noche en la casa de su hermana. Al mediodía, se cortó la luz. El calor era insoportable. Con el paso de las horas, el agua empezó a escasear. Jorge llamó a su hermana y le dijo que no iba a poder ir. No iba a poder bañarse, pero, sobre todo, no iba a poder bajar los ocho pisos hasta la planta baja. 

A eso de las 18, se hizo la luz. Jorge chequeó el agua. Algo había. Así que se dio una ducha rápida, como pudo, y se empezó a cambiar. Pero la luz se cortó otra vez. 

La historia de Jorge tiene final feliz: la luz volvió bastante rápido, no se volvió a cortar, el ascensor bajó hasta la planta baja y él pudo pasar el fin de año en familia. 

Pero en las primeras horas de 2022, unos 148 mil hogares del AMBA seguían sin luz: 107.134 del servicio Edesur y 41.223 de Edenor. 

Camila vive en el octavo piso de un edificio en Río de Janeiro al 700, en el límite entre Caballito y Villa Crespo. Es una construcción nueva y eso hace que los cortes de luz sean habituales: tienen luz de obra y la térmica no aguanta. Hace tiempo que reclaman a Edesur para que les cambien los medidores, pero no hay caso. 

El martes pasado el edificio donde vive Camila fue uno de los cientos de miles que empezaron a tener cortes intermitentes. La luz iba y venía. Así hasta el jueves 30, que se cortó y no volvió más. Cuatro días después, fin de año y año nuevo mediante, los 135 departamentos siguen sin energía eléctrica.

Historias hay tantas como cortes de luz con la llegada de los primeros sofocones. Familias que tuvieron que tirar kilos de comida vencida, personas que no pudieron llegar a celebrar las fiestas y las pasaron solas, piquetes en los barrios, protestas en las oficinas de las empresas. 

La falta de luz no perjudica sólo los festejos de Noche Buena y Año Nuevo: además de lo grave que puede ser para, por ejemplo, una persona electrodependiente, un corte prolongado afecta en situaciones tan cotidianas como trabajar y hasta entrar y salir de tu casa. Camila tiene 28 años y está en buen estado físico: puede subir y bajar escaleras sin problemas. Pero en el edificio viven muchas personas mayores que no pueden hacerlo. Y también viven otras con problemas de salud mental, que por estos días sufrieron ataques de pánico. 

En el edificio de Río de Janeiro los vecinos y vecinas armaron un grupo de WhatsApp para comunicarse y ayudar a quienes por estos días, por la falta de energía eléctrica, no pueden salir ni a comprar. Por ahora, tienen agua. Pero poca.      

No es el caso de Daniela, que vive en Boedo y Garay, barrio de Boedo. El corte de luz empezó el miércoles a la mañana. Y para el jueves ya no había una gota de agua. Desde entonces, los ocho pisos del edificio están sin los dos suministros. “Yo tengo 35 años y me puedo valer por mi misma. Estoy en un cuarto piso y subí los bidones de agua por la escalera”, cuenta Daniela a Cosecha Roja. “Pero es un edificio donde vive mucha gente grande. Una vecina llegó el 29 y desde ese día no pudo salir más. Vive en el octavo piso”, detalla. 

Al fastidio por la falta de luz, se suma la bronca por la falta de respuestas de Edesur. No saben cuándo va a volver el servicio, están trabajando en eso, en las próximas horas volverá y así. 

“Es desesperante”, resume Daniela. “Nos estamos ayudando entre los vecinos, sobre todo a quienes no pueden moverse: les acercamos agua y comida”, dice.

Por eso, esta mañana el Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) sancionó a Edesur con una multa de 239 millones de pesos. La sanción es por “incumplimientos en la calidad de servicio y la atención a los usuarios”.  

Según informó en un comunicado, el ENRE hace el monitoreo de los cortes y reclamos a través de la “Base de Datos para el Seguimiento de Cortes”. 

Si las empresas de energía eléctrica no responden los reclamos, es importante hacer la denuncia ante el ENRE. Por cortes prolongados y/o constantes, tanto Edesur como Edenor deben hacer un reintegro. 

Por estas horas, unas 40 mil familias seguían sin luz.