gatillo fácil córdoba

Cosecha Roja.-

Güere Pellico tenía 18 cuando murió en brazos de su abuelo el 26 de julio de 2014. El disparo de un policía le dio en la nuca. Su primo Maxi Peralta, de 21, no pudo ir al velorio porque pasó la noche internado: otro balazo le atravesó la pierna. Habían salido en moto a comprar coca para el fernet porque festejaban que su equipo -Talleres de Córdoba- acababa de ganarle a Newell´s Old Boys 3 a 1. Los interceptaron dos policías en un patrullero, que se bajaron y dispararon. A uno de los oficiales acusados -Lucas Chaves- lo acaban de sobreseer por otro homicidio: la Justicia consideró que fue “en defensa propia”. En diciembre de 2011 mató a un pibe de 18 años que había robado una PlayStation. “Estamos sin palabras, es un corrupto”, dijo a Cosecha Roja Sonia Bustos, la mamá de Maxi.

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La noche del asesinato, los primos se instalaron en la peluquería de Sonia para ver la fecha de la Copa Argentina que se jugó en Rafaela.

-¿Qué tengo que ver yo este partido?- les dijo Sonia.

– ¿Salimos?- propuso Güere mirando a Maxi.

– No, Güere, hace frío, dejate de joder- respondió.

– ¡Eh!, qué mala onda que tenés, loco- se metió Sonia.

Ese viernes en Córdoba hizo 12 grados. Durante el entretiempo los primos se fueron desde la peluquería hasta lo de su abuelo, una casa en un descampado a pocas cuadras del barrio Los Cortaderos. Además de llevarse muy bien, los jóvenes trabajaban juntos en una fábrica de ladrillos. Llegaron para ver el final del partido y comieron asado. Talleres ganó y los primos salieron a comprar algo para tomar. Subieron a la moto y buscaron un kiosco. Cuando volvían los interceptó un móvil policial. No dieron la voz de alto. Maxi dijo que siguieron de largo por miedo y porque “siempre los para la policía”. Entonces los oficiales dispararon: una de la balas rozó a Maxi, la otra le dio en la pierna y la tercera impactó en la nuca de Güere, que murió horas después.

Chaves fue imputado por “homicidio agravado por la utilización de arma de fuego y lesiones leves agravadas”. En el móvil también iba el sargento de Rubén Leyva, conocido como el “Malevo”. “Ellos tienen esa forma de proceder, acá en el barrio son de terror: les hacen de todo a los chicos, los intimidan, les piden coima, les sacan la moto”, contó Bustos. “Mi hijo y mi sobrino no tenían armas, pero estamos preparados para que digan cualquier cosa, sabemos que estamos yendo contra la policía”, agregó.

El 11 de diciembre de 2011, dos jóvenes entraron a robar a una casa del barrio Argüello. Amenazaron al dueño para que les diera palta y robaron una Playstation. Un vecino los había visto entrar y llamó a la policía. Los pibes quisieron escapar pero llegó Chaves, los siguió hasta el patio y mató de un disparo en la cabeza a Diego Córdoba cuando intentaba saltar la medianera.

El fiscal Rubén Caro firmó el sobreseimiento de Cháves porque consideró que el policía “cumplió su deber en el legítimo ejercicio de su derecho”, según publicó el diario La Voz del Interior. Igualmente seguirá detenido por el crimen de Güere: está imputado por “homicidio doblemente agravado por uso de arma de fuego y su condición de policía”.

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Desde que Julio César Suárez asumió la jefatura, la policía de Córdoba está más presente en los barrios populares. Cuando una policía mató a Lautaro Torres en abril, Suárez dijo que el muchachito ya estaba “acostumbrado”. El 24 de marzo acribillaron a balazos a Ezequiel Barraza, un pibe de 20 años al que acusaron de haber robado. El 7 de abril asesinaron a un joven de 15 años en Villa Corina. El 12 de mayo, en el barrio Observatorio, mataron a Pablo Nicolás Navarro de 29 años. El 18 de julio, el agente Martín Montes de Oca asesinó a Miguel Ángel Torres  El 8 de julio, en el barrio San Vicente, un policía vació el cargador de su arma contra una Trafic llena de jóvenes. Gastón Lusio, de 17 años, terminó herido de gravedad.

“No es que antes hubiera menos casos de gatillo fácil, había silencio. Lo que sucede ahora es que el Jefe de la Policía sale a bancar a la fuerza, es un policía de tropa”, dijo a Cosecha Roja Susana Morales, Licenciada en Comunicación especialista en temas de seguridad. El 7 de mayo y el 19 de junio se hicieron movilizaciones en contra de la represión policial.

A fin de 2013 la policía cordobesa se acuarteló. Según el periodista especialista en información judicial y policial, Dante Leguizamón, fue el resultado de “la profunda crisis en la que se encuentra la política de seguridad del gobernador José Manuel De la Sota”. Los policías pedían aumentos en los sueldos y venían de un “descabezamiento” producto del narcoescándalo. “Se demostró que el narcotráfico era sostenido por la estructura policial”, dijo Morales. “El resultado de lo que pasó el 3 y 4 de diciembre, en términos políticos, fue salir a legitimar todo lo que la policía haga. Fue muy fuerte escuchar, cuando se levantó la huelga, ‘la ciudad es nuestra’”, agregó.