lilianagaturdopeluquerasanmiguelCosecha Roja.-

Liliana Gotardo cerró su peluquería de San Miguel y cruzó la calle con su empleada para ir al garage en el que guardaba el auto. La interceptó un hombre por atrás, la dio vuelta para mirarle la cara y, cuando corroboró que era ella, le disparó cuatro balazos y escapó. La Justicia dictó prisión preventiva para el ex marido de Liliana -el militar Rodolfo Maguna-: está acusado de femicidio por haber contratado a los sicarios.

Ella era correntina y tenía 51. Habían estado casados 25 años y se habían divorciado hacía dos meses. Unas semanas antes del asesinato, Liliana hizo una exposición civil para dejar constancia de la separación. La familia y los amigos de la víctima declararon que él era violento y que ella vivía amenazada por sus “celos enfermizos”. El hombre de 46 años era parte de la Agrupación Aviación de Ejército 601 y según el entorno de la mujer, la controlaba y hasta había instalado un GPS en el auto para escuchar sus conversaciones.

Maguna quedó detenido la misma noche del crimen en la casa que compartían, donde vivía con la hija de ambos, de 19 años. Se secuestraron teléfonos y computadoras para la investigación. Tenían en común dos autos y varias propiedades en Corrientes y en San Miguel.

El relato de la empleada de la peluquería resultó clave. Fue ella quien contó a la Justicia que Liliana estaba de espaldas cuando apareció un hombre armado y a cara descubierta. También vio que los disparos fueron a menos de 50 centímetros de distancia y que, cuando cayó, el sicario corrió hacia la esquina, se subió a una moto y escapó.

Cuando los investigadores comenzaron a buscar pruebas, descubrieron que en los videos que aportó el municipio se podía ver que la moto ingresó por la calle Italia, dobló en Paunero al 1700 y merodeó la zona hasta minutos antes de que Liliana cerrara el local. La cámara de la esquina de Paunero y Tribulato registró el momento en que la ví­ctima y la empleada cruzaron la calle y la reacción de los vecinos ante la seguidilla de disparos y la fuga del asesino. A Liliana la llevaron al hospital Larcade y murió poco después.

Según la hipótesis del fiscal Ricardo Romero, de la Unidad de Instrucción 19, Maguna contrató a dos sicarios y les pagó para que matara a su ex esposa. El juez de Garantí­as de San Martí­n Mariano Porto dictó la prisión preventiva por el femicidio del 22 de octubre. Maguna, de 46 años, seguirá detenido por los delitos de “femicidio, homicidio agravado por el ví­nculo y por precio o promesa remunerativa”. También incluirán el agravante del uso de arma de fuego.