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La prensa Gráfica-.

El decomiso de 178 kilos de cocaína, el más grande en lo que va del año, fue gracias a una inspección rutinaria. El pasado lunes en la noche, el conductor del cabezal M 197-690, que arrastraba el remolque LE 08423, abandonó la rastra en la que trasladaba el millonario alijo de droga. Lo dejó, según la versión oficial, en el puente La Amistad, antes de llegar a un control aduanal de la frontera El Amatillo, en La Unión.

“Mientras se iba haciendo la revisión de rutina aduanal, (agentes) se percatan de que había quedado un furgón en estado de abandono, era el único vehículo que en ese momento se había quedado sin conductor, se encontraron en la cama de la rastra varios compartimientos que venían en forma de madera sujetada con fajas de lona”, explicó ayer por la tarde el jefe de la División Antinarcóticos (DAN) de la Policía Nacional Civil (PNC), Marco Tulio Lima.

Las autoridades estiman que todo el cargamento tiene un valor de $4.5 millones porque, según cálculos policiales, cada kilo de cocaína cuesta $25,000.

La Fiscalía General de la República (FGR) ha identificado al conductor del cabezal como Isidro Antonio Rivera Hernández, de nacionalidad nicaragüense, quien, según documentación encontrada dentro del furgón, trabaja para la empresa El Águila, en Nicaragua.

El propietario del cabezal, según las investigaciones fiscales, tiene los mismos apellidos que el conductor que abandonó el cargamento: se llama Juan Eliseo Rivera Hernández, nicaragüense. Las autoridades aún no han establecido si son parientes. Juan Eliseo Rivera Hernández tiene otros cuatro cabezales registrados a su nombre.

“Esta persona (el conductor) se da a la fuga, creemos que hacia territorio hondureño. Sé que se le dio persecución, pero posiblemente por la nocturnidad esta persona no fue avistada”, aseguró también ayer el jefe fiscal de la Unidad Antinarcotráfico, Jorge Cortez.

El remolque pertenece a otra persona que ha sido identificada como Presentación Rafael Salazar Cárcamo, también nicaragüense. Los tres aparecen mencionados como transportistas autorizados por la Dirección General de Servicios Aduaneros de Nicaragua.

“Tenemos que determinar quiénes son los dueños de esa empresa, El Águila, para ver si son los mismos dueños del cabezal y del remolque”, declaró Cortez.

El jefe de la DAN sostiene que el alijo iba hacia Guatemala y que procedía de León, Nicaragua. Según Lima, han verificado que el cabezal tiene movimientos recientes desde Costa Rica hacia Nicaragua y viceversa.

El jefe Antinarcotráfico de la FGR, en cambio, cree que aún no es posible determinar hacia dónde iba la cocaína porque no han recibido los informes aduanales.

Las autoridades han decomisado en todo el año 561 kilos de droga de diferente tipo. Han incautado en siete meses lo que otros países de la región decomisan en un fin de semana. Costa Rica, por ejemplo, incautó 560 kilos de cocaína el pasado fin de semana. Lo que en El Salvador se cuantifica en kilos en Costa Rica se hace en toneladas. Solo en el primer semestre del año, las autoridades costarricenses incautaron más de 9.2 toneladas de cocaína.

Un informe de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC, en inglés), que fue discutido recientemente en Washington, ha señalado la pobreza de los decomisos en El Salvador. Un reporte elaborado por el Departamento de Estado en 2011 consigna que entre 2 y 11 toneladas de cocaína entran a El Salvador por vía terrestre y que entre 1 y 11 salieron del país hacia Guatemala ese año.

Respecto a la paradoja planteada por UNODC, el jefe fiscal Antinarcotráfico dijo ayer: “Ayer recibí el informe de Naciones Unidas, necesito hacer un análisis de las fuentes que dieron origen a ese informe… Lo que sí le puedo asegurar es que se están haciendo grandes esfuerzos para evitar que nuestro país siga siendo usado como un Estado de tránsito”.

La incautación realizada el lunes por la noche en El Amatillo no es la primera que se realiza de manera fortuita. En noviembre de 2012, las autoridades encontraron 118 kilos de cocaína en una lancha abandonada en una playa de Sonsonate. Esa vez fueron los habitantes de la playa del cantón Metalío quienes alertaron a las autoridades de la presencia de la lancha encallada.

Los 178 kilos de cocaína decomisados el lunes fueron ubicados dentro de 15 contenedores rectangulares huecos de metal que simulaban ser trozos de madera. Los contenedores medían aproximadamente 65 centímetros de largo y 25 de ancho, y todos habían sido pintados con una sustancia viscosa color café que, según la DAN, sirve para evitar que la droga sea olfateada por los perros.

Ocho de los contenedores habían sido acomodados en la rampa de la rastra, acomodados entre regletas de madera y cubiertos con una bolsa negra; 86 kilos de cocaína se encontraron en siete contenedores pequeños, que estaban envueltos en una frazada oscura y dentro de dos bolsas negras, escondidos en el chasis de la rastra. En cinco de esos contenedores se encontraron 12 paquetes; y en dos, 13 paquetes. La droga, a diferencia de otros decomisos, no iba marcada con logos en los paquetes. Lima cree que el cargamento procede originalmente de Colombia.