Claves para entender el intento de privatizar Costa Salguero

La OMS considera saludable que una ciudad tenga de 15 a 20 metros cuadrados de espacio verde por habitante. En CABA son apenas 6. Aun así el gobierno porteño avanza sobre uno de los últimos accesos al río. El origen, el proyecto, la lucha y los debates que abrieron las 32 hectáreas en disputa.

Claves para entender el intento de privatizar Costa Salguero

Por Natalia Arenas
17/03/2021

En los últimos 10 años la Ciudad de Buenos Aires vendió 473 hectáreas de tierras públicas: equivalen a 263 Plazas de Mayo.

Desde diciembre de 2019 otras 32 hectáreas pelean por no ser parte de ese número. Las tierras de Costa Salguero y Punta Carrasco son el nuevo blanco de Horacio Rodríguez Larreta. El año pasado vencieron las concesiones de esos terrenos y, en vez de aprovechar la oportunidad para sumar espacios verdes de cara al Río de la Plata, el gobierno porteño pretende que se construya allí un emprendimiento inmobiliario de lujo.

¿De dónde salió este proyecto? ¿Qué opinan las mayorías? ¿Cuál será el impacto ambiental? ¿Qué dice la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires? Estas son las claves del proyecto que el oficialismo quiere meter por la ventana de la Legislatura.

El origen: con mayoría pero sin las mayorías

En diciembre de 2019, con 42 votos positivos y 17 en contra, la Legislatura porteña aprobó un proyecto de ley que autorizó la venta de los terrenos donde funcionan los complejos Costa Salguero y Punta Carrasco.

Son 32 hectáreas que hasta el 30 de abril de 2020 estaban bajo concesión otorgada por la Administración General de Puertos Sociedad durante la década del 80.

Una vez que venció la concesión y con la ley aprobada, el Gobierno porteño lanzó el Concurso Nacional de Ideas Buenos Aires y el Río “Parque Salguero”. En julio anunció como ganador al proyecto presentado por el estudio de arquitectura Menichetti y Franck, que propuso construir un conjunto de edificios de hasta 29 metros de altura formando una franja cercana a la avenida Costanera Rafael Obligado.

El proyecto: lujo para pocos

El emprendimiento inmobiliario que propone el proyecto de Menichetti y Frank ocupará 18 de las 32 hectáreas ubicadas en la zona de Punta Carrasco y Costa Salguero, que forma parte del Distrito Joven. El 74 por ciento (13,3 hectáreas) del área será destinada a un parque, y el 26 por ciento (4,7 hectáreas) restante a la construcción de viviendas, oficinas y comercios.

Según las bases del Concurso Nacional de Ideas y el Río “Parque Salguero”, el valor del metro cuadrado de los edificios que allí se construyan sería de 9.300 dólares.

Es decir, se trata de un emprendimiento de viviendas de lujo.

La Audiencia Pública

Durante el 2020 empezaron los cuestionamientos desde distintos sectores de la ciudad a este mega proyecto inmobiliario. Para darle legitimidad, entre el 27 de noviembre de 2020 y el 28 de enero de 2021 el Gobierno porteño convocó a una audiencia pública para debatirlo. Fue una instancia que no tuvo carácter vinculante, sólo opinable.

La participación en la audiencia fue inédita: tuvo un récord histórico de 7053 inscriptxs entre vecinos y vecinas, estudiantes, profesionales, organizaciones sociales, ecológicas, barriales funcionarixs y sectores de la oposición.

Durante las 30 jornadas de discusión, hubo 2058 expositorxs.

El rechazo al proyecto fue masivo: de acuerdo al relevamiento que realizó el Colectivo de Arquitectas en Defensa de las Tierras Públicas, el 97,3 por ciento de lxs expositores (2003) se manifestaron en contra de destinar las tierras a negocios inmobiliarios en lugar de recuperar esos espacios para uso público. Sólo 55 (34 de ellos funcionarixs) defendieron la venta.

En cuanto a los argumentos que esgrimió la mayoría, el 22.6 por ciento dijo que “faltan espacios verdes”; el 20.8 por ciento destacó la importancia de recuperar el río, y el 12.3 por ciento habló de la inconstitucionalidad de la ley.

Los argumentos legales en contra

*Artículo 8 de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: los espacios que forman parte del contorno ribereño de la ciudad son públicos y de libre acceso y circulación.

*Capítulo IV Ambiente de la Constitución de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires: ordena “la protección e incremento de los espacios públicos de acceso libre y gratuito, en particular la recuperación de las áreas costeras y garantizar su uso común”.

*Artículo 9, inciso C ítem 4 del Plan Urbano Ambiental plantea ̈ destinar a uso público los predios de dominio estatal que se desafecten en las riberas”.

Jonathan Valdivieso, fundador e integrante del Observatorio del Derecho a la Ciudad, cita además la violación del Principio de Progresividad en Materia Ambiental, que también está establecido por la Constitución de la Ciudad de Buenos Aires. “Este principio establece que una vez que la ciudadanía conquista derechos ambientales, el Estado no debe dar marcha atrás. Después de las privatizaciones de los años 90, se aprobaron varias ordenanzas en la Ciudad que establecieron que la Costanera no se podía volver a privatizar. Luego esto se estipuló en la Constitución de la Ciudad y en el Plan Urbano Ambiental, que estableció que la costanera iba a ser un parque público”, explica.

¿Cuál será el impacto ambiental de este proyecto?

La Organización Mundial de la Salud considera saludable que una ciudad tenga entre 15 y 20 metros cuadrados de espacio verde por habitante. La Ciudad de Buenos Aires, según los propios números oficiales, tiene tan sólo 6 metros cuadrados.

“Este proyecto no se puede analizar de forma aislada, porque refleja una política integral que releva la cuestión ambiental a un segundo plano”, dice a Cosecha Roja Mercedes Pombo, integrante de Jóvenes por el Clima.

“Los últimos 10 años, la Ciudad de Buenos Aires vendió 473 hectáreas de tierras públicas que equivalen a 263 Plazas de Mayo”, argumenta Pombo.

Constanza Chiozza, arquitecta integrante del Laboratorio Anfibio del Plata, coincide: “Esto se entiende dentro de un desarrollo de negocios que se viene dando en Buenos Aires con la venta de terrenos públicos y desarrollos inmobiliarios”. Y agrega: “Este es un caso muy icónico por el acceso a la costa. Es una desgracia que no se aproveche esta oportunidad para revalorizar la costa del Río de la Plata, que en algún momento cumplió un rol mucho más fuerte, y volver a construir un espacio público”.

Para Chiozza, la falta de espacios públicos y verdes en la Ciudad es visible. “Y quedó en mayor evidencia con la pandemia y la necesidad de salir a respirar. Los pocos espacios verdes hacen de Buenos Aires una ciudad asfixiante”, dice. Por eso, es fundamental el debate de este proyecto, porque “podría dar pie a un debate mucho más amplio sobre qué espacios verdes existen en la CABA, cómo debieran ser esos espacios y qué políticas públicas queremos para la Ciudad en ese aspecto”.

Valdivieso destaca el relevamiento que realizó el Observatorio en los últimos años: “Se perdieron aproximadamente más de 150 hectáreas de espacios verdes: parques enteros se han concesionado, parques enteros se han vendido o sectores importantes se destinaron a emprendimientos inmobiliarios, como el Parque de la Ciudad”.

“Los pequeños espacios verdes que se conquistaron fueron por años de lucha de la ciudadanía que impidió, por ejemplo, el establecimiento de un shopping en la Plaza Clemente”, cuenta Valdivieso y agrega: “El gobierno los vende como éxitos de su gestión, cuando son años de lucha de organizaciones”.

Ah, pero un 74% lo destinarán a un parque

A la hora de defender el proyecto, el oficialismo hizo hincapié en ese 74 por ciento de las tierras que serían espacios públicos. La pregunta es: si los edificios son privados ¿quiénes garantizarán el acceso libre al parque?

¿Es Buenos Aires la Reina del Plata?

Resulta paradójico seguir llamándola así, cuando el vínculo que lxs habitantes tienen con el Río de la Plata es casi nulo.

Para Chiozza no es tan casual: “No se llama ‘La Reina del Río’, sino ‘La Reina del Plata’. Y eso me remonta a la relación de la CABA con el río, en la que siempre predominó el rol de puerto por sobre el de espacio o costa pública”.

Ella destaca, además, que Buenos Aires no sólo tiene costa en el Río de la Plata, “sino que también tiene potencialidad en todo lo que es la costa del Matanza-Riachuelo y hay un montón de aguas urbanas que están ocultas: arroyos entubados que mucha gente ni siquiera sabe que existen”. “Quizás este debate que se abre con el espacio público en relación con la costa nos puede permitir repensar el rol de los espacios públicos en otras costas”, dice.

¿Qué alternativas hay?

En la Legislatura porteña hay varios proyectos alternativos al del Poder Ejecutivo, que contemplan la cuestión ambiental y en su mayoría proponen destinar las tierras a espacios verdes y públicos.

Uno de esos proyectos fue presentado por la Coordinadora “La Ciudad Somos Quienes la Habitamos”, que reúne a más de 20 organizaciones ambientales. Propone crear en ambos predios un parque público ribereño.

Más recientemente, el bloque del Frente de Todxs junto a diferentes organizaciones como el Colectivo de Arquitectas en Defensa de las Tierras Públicas, Alianza por el Clima, Ecohouse, Jóvenes por el Clima, Consciente Colectivo, Red de Universitaries por la Crisis Climática, Jóvenes por el Río y Les Jóvenes, entre otras, presentó una iniciativa popular para juntar 40 mil firmas y exigir que se trate un proyecto para construir un parque público. Es que la legislación de la Ciudad establece que los proyectos que junten esa cantidad de firmas deben ser tratados en el recinto en un plazo de 12 meses.

El estado actual del proyecto de Larreta

El proyecto fue aprobado en la Legislatura porteña en diciembre del 2019 en lo que se denomina “primera lectura”. Actualmente y luego de la audiencia pública obligatoria, ya está en condiciones de ser tratado en una segunda lectura. Esto es así porque el procedimiento de la Legislatura porteña prevé que algunos proyectos deben tener una doble aprobación.

“Aún no tenemos noticias de que se haya convocado a una reunión de comisión para tratarlo. Creemos que una vez que tengan todo listo, van a hacerlo lo más rápido posible”, dice Valdivieso.

Natalia Arenas