La sentencia de la causa “Colegio Militar” se leyó en sede judicial del partido bonaerense de San Martín. El Tribunal Oral Federal condenó a cinco ex militares y a un ex gendarme por los secuestros de seis conscriptos que cumplían el servicio militar obligatorio en esa dependencia del Ejército. La “perlita” fue el represor “Escorpio” de quien no se conocía nada más que el alias. “Escorpio” es Mario Rubén Domínguez, un suboficial del Ejército que “formó parte de los grupos de tarea que realizaban operativos de secuestro o eliminación de personas” y que actuó en el centro clandestino de detención El Campito. “De la Escuela de Ingenieros de Campo de Mayo fue destinado al comando de institutos militares, sector que tenía a su cargo el centro clandestino de detención El Campito”, dijo a Cosecha Roja Pablo Llonto, abogado querellante en la causa. “A este juicio vino por primera vez este represor del que sólo se conocía el apodo. Y quedó condenado a perpetua por los homicidios. Creo que la familia Muñiz Barreto está reparada porque es el primer autor directo del crimen del papá. Es el primer autor de una patota de cinco que agarró a Muñiz Barreto de Campo de Mayo, lo mató y lo tiró en Entre Ríos. Es importante que de esos cinco ya tengamos uno identificado. Recurriremos y a seguir peleando para que los juicios se hagan cada vez más rápido.
A Llonto le queda un sabor amargo por la condena del ex teniente primero y jefe de compañía del Colegio Militar en 1976 y 1977, Alberto Federico Torres, coautor de allanamiento ilegal en dos casos y privación ilegal de la libertad agravada en cuatro hechos y como partícipe necesario de imposición de tormentos en cuatro oportunidades y dos homicidios doblemente agravados. Fue acusado en grado de partícipe necesario de todos los delitos. “Vamos a recurrir a Casación”, dijo.
También fue condenado a perpetua el ex comandante de Institutos Militares, Santiago Omar Riveros como coautor de cuatro hechos de allanamiento ilegal; un caso de robo doblemente calificado por haber sido cometido con armas y en poblado y en banda; siete casos de privación ilegítima de la libertad cometida por abuso funcional agravada por el empleo de violencia y amenazas, y de imposición de tormentos agravados; tres homicidios doblemente agravados y un hecho de abuso sexual con acceso carnal agravado.
“Escuchar que es condenado Bignone, aunque esté en prisión domiciliaria, aunque se vaya a morir dentro de uno o dos años, creo que para las familias Steimberg y García y sobre todo para los padres de García que viven, va a ser un punto de reparación. Que Bignone quede condenado por el homicidio de Steimberg y García significa mucho para la familia más allá del efectivo cumplimiento de la pena que no se puede ejecutar por esto de la edad y la salud”, explicó.
El civil de inteligencia del Batallón 601 Carlos Eduardo José Somoza quedó con una condena de 15 años de prisión.
La lentitud en los juicios
Para Llonto, la lentitud en los juicios tiene que ver con el Poder Ejecutivo que pone obstáculos y boicotea. “Ya sabemos que es una cuestión ideológica. Macri tiene represores, miembros de la dictadura dentro de su propio gabinete. Santiago de Estrada forma parte del ministerio de Relaciones Exteriores y fue miembro del Poder Ejecutivo en la dictadura y todavía sigue ahí, lo puso Macri”, contó.
El Poder Ejecutivo desarma y saca gente a los equipos de investigación sobre todo y de acompañamiento a los juicios. “Por ejemplo, están amenazando con cancelar los contratos en el Ministerio de Defensa. En Defensa hay equipos formados que están leyendo legajos y documentación hace años. Nos enteramos que el ministro de Defensa no quiere renovar esos contratos. Si eso se concreta se desarman tres equipos de investigación. Y ya echaron gente el año pasado en el programa Red y Justicia, piscólogos del Centro Ulloa que se dedican a acompañar a las víctimas. No es que echan a todo el equipo. Si son diez echan a cinco. Golpean a los juicios sin meterse con el Poder Judicial”.
Fotos: Facundo Nívolo
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