El sacerdote Silvio Fariña Vaccarezza, actual párroco de la Iglesia Catedral de Paraná, contó detalles hasta ahora no conocidos del caso Justo José Ilarraz, el cura acusado de violaciones y pedofilia. Reveló por qué el cura denunciado tuvo un trato benévolo y que Karlic, una vez conocidos los hechos, viajó a Roma, adonde Ilarraz estaba cursando la Licenciatura en Misionología. Allí, dijo, consiguió el arrepentimiento del sacerdote, y tras eso, le otorgó el perdón.
El sacerdote Silvio Fariña Vaccarezza, actual párroco de la Iglesia Catedral, que tuvo a su cargo en 1995 tramitar una investigación eclesiástica respecto de los abusos cometidos por el cura Justo José Ilarraz en el Seminario de Paraná, declaró ayer durante más de tres horas en la Justicia y contó detalles hasta ahora no conocidos del caso.
Lo primero que dijo fue que aquella pesquisa que le encomendó realizar el entonces arzobispo Estanislao Esteban Karlic no fue un juicio diocesano, sino un mero sumario interno. Pero también contó que ese sumario tuvo falencias, que no incluyó, por ejemplo, el testimonio del principal acusado, y que concluyó, luego de escuchar a víctimas y testigos de los abusos investigados, en una sanción menor.
Los abusos ocurrieron entre 1985 y 1993, el tiempo durante el cual el cura Ilarraz ejerció la función de prefecto de disciplina en el Seminario la de director espiritual de los adolescentes que cursaban la secundaria en calidad de pupilos.
La Iglesia investigó esos hechos, y probó la responsabilidad del sacerdote, quien fue mano derecha de Karlic, pero no hubo una sanción acorde a las faltas cometidas por decisión del entonces arzobispo.
Fariña contó ayer en la Justicia que Karlic, una vez conocidos los hechos, viajó a Roma, adonde Ilarraz estaba cursando la Licenciatura en Misionología, y allí, dijo, consiguió el arrepentimiento del sacerdote, y tras eso, le otorgó el perdón.
El tono y los detalles de la declaración de Fariña trascendieron a partir de los datos aportados por fuentes judiciales. Y en opinión de uno de los abogados querellantes en la causa Ilarraz, la de Fariña Vaccarezza fue la testimonial “más impactante. Fue la persona responsable de llevar adelante todo lo que estamos investigando y conocía perfectamente no sólo a las víctimas, sino los movimientos y el desenlace del caso Ilarraz”.
Según Rodríguez Allende, a partir de lo que dijo Fariña Vaccarezza “quedó claro, a criterio de esta querella, que el entonces arzobispo Karlic en todo momento intentó proteger la figura de Ilarraz. Primero, decidió que no iba a ser sometido a juicio diocesano, porque eso significaba mandar las actuaciones al Tribunal Eclesiástico regional, con sede en Santa Fe. Hacer eso era poner en conocimiento de otras autoridades de la Iglesia lo que estaba pasando acá”.
Descartado entonces el juicio diocesano, lo que instruyó fue un sumario, un tipo de investigación interna que sólo se realiza ante faltas menores, no en caso de delitos graves, como un abuso, apuntó Rodríguez Allende.
“Esa decisión, realizar un sumario y no una investigación diocesana, la tomó Karlic, en persona. Fariña, que fue responsable de tomar declaraciones a las víctimas, dio por acreditadas esas declaraciones, las dio por ciertas, y reconoció la autenticidad de los denunciantes”.
Pero además, el ahora párroco de la Iglesia Catedral afirmó que mientras él investigó las denuncias contra Ilarraz, el principal acusado ya no estaba en Paraná, sino que desde 1993 había viajado a Roma, autorizado por el propio Karlic.
“En el interín, mientras se lleva adelante el sumario, Karlic le menciona a Fariña que en su viaje a Roma se había entrevistado con Ilarraz, y que después de su arrepentimiento, lo había perdonado. Y que Karlic le dijo que con el perdón bastaba para cerrar y sanar las heridas abiertas”, reveló una fuente judicial.
Retiro espiritual
Karlic había puesto sobre los hombros de Fariña llevar adelante el sumario contra Ilarraz. La disposición se conoció el 5 de julio de 1995 ante la sospecha de que había cometido “delitos graves” mientras integró el equipo de superiores del Seminario Arquidiocesano.
El día 24 de julio Karlic designó al sacerdote Luis Zanitti promotor de justicia y le asigna la tarea de revisar lo hecho por Fariña Vaccarezza en el caso Ilarraz; cinco días después, Zanitti informa a Karlic que se había actuado bajo normas, y recomienda elevar todo a Roma.
Concluido ese proceso interno, de forma rápida, Karlic firmó el 18 de diciembre de 1996 un decreto sin numerar por el que dispuso una sanción muy leve: sólo le prohibió al cura “venir y permanecer en el territorio de la Arquidiócesis de Paraná, así como tener comunicación de cualquier tipo con los seminaristas”. Pero ayer Fariña reveló otro dato hasta ahora desconocido: Karlic le impuso otra pena a Ilarraz.
Esa pena fue mandarlo a realizar durante un mes un retiro espiritual como forma de “sanar” sus errores. El sacerdote no pudo recordar cuál fue el destino.
De todos modos, su largo testimonio quedó incorporado a la causa “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”, que tramita el juez de Instrucción Alejandro Grippo. (El Diario)
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