Salta

Infojus-. El salteño Daniel Solano está desaparecido desde 2011, cuando trabajaba en los campos de la empresa Exporfrut en Río Negro y era víctima de explotación laboral. Hay siete policías acusados de homicidio. Los familiares de Solano darán una conferencia de prensa para difundir el estado de la causa.

A Gualberto Solano le dijeron que su hijo Daniel, desaparecido desde el 5 de noviembre de 2011, dejó su trabajo en los campos de la empresa belga Expofrut por voluntad propia. Pero cuando atravesó el país desde Tartagal, Salta, para buscar el rastro de su hijo en el Valle Medio, encontró una historia de explotación laboral y complicidad policial. Desde ese momento clama por el cuerpo de su hijo. Hoy 11 familiares de Daniel, sus abogados y los integrantes de la Multisectorial contra la Represión y la Impunidad de Neuquén y Río Negro, darán una nueva conferencia de prensa para difundir el estado de la investigación penal y denunciar nuevas amenazas.

Daniel tenía 26 años cuando viajó desde Tartagal para trabajar en los manzanares del Valle Medio, en la localidad de Lamarque, junto a varios guaraníes de la Comunidad Cherenta. Después fue trasladado a Río Negro por la empresa Agrocosecha Argentina SRL, que tercerizaba el servicio a Expofrut.

En la causa, los abogados de la familia Solano afirman que durante las jornadas los trabajadores eran vigilados y amedrentados por agentes de la temida y polémica Brigada de Operaciones, Rescate y Antitumulto (BORA), disuelta por el gobernador Alberto Weretilneck. Un día antes de su desaparición, Solano había hecho un reclamo porque les pagaron la mitad de lo prometido. Era viernes e instó a sus compañeros a formalizar el reclamo el lunes. Esa noche fue a un boliche en la localidad de Choele Choel. En la madrugada lo vieron rodeado de policías. Su cuerpo nunca apareció pero la causa fue caratulada como homicidio.

Veinte meses después, está por empezar un juicio contra siete policías acusados de su asesinato. Su familia y su abogado, Sergio Heredia, permanecen en una carpa frente a la fiscalía y durante este tiempo hicieron dos huelgas de hambre para reclamar avances en la investigación. El primero en llegar al valle rionegrino fue Gualberto, después fue a acompañarlo su hermano y tíos de Daniel, Pablo Solano y Romina Solano, y una prima del muchacho, Maira Solano. “Pasaron meses y meses a fideo con queso”, explicó Natalia Cantero, una de las referentes de la Multisectorial que acompaña el reclamo de la familia.