antillanca - Daniel Feldman Infojus

Cosecha Roja.-

-¿Usted sabe qué pasó con el caso Antillanca?, preguntó la abogada querellante Verónica Heredia.

-No, no sé, respondió uno de los oficiales de la comisaría 4ta de Trelew.

-¿Pero usted sabe quiénes son los imputados en esta causa?

-Sí, mis compañeros.

Siete agentes declararon hoy que no se acuerdan de la madrugada del 5 de diciembre de 2010 cuando sus colegas mataron a golpes a Julián Antillanca. En una nueva audiencia del juicio por el crimen del joven, para Heredia quedó claro que la policía de Trelew tiene códigos de conducta cuando se tratan de “secretos institucionales”. “Los que dieron su testimonio hoy son encubridores y nos demostraron que los casos como el de Julián van a seguir ocurriendo”, dijo a Cosecha Roja la abogada.

Los oficiales fueron citados como testigos, pero las declaraciones no aportaron datos que pudieran esclarecer los hechos de esa noche de diciembre. “La mayoría dijo ‘no me acuerdo’, incluso algunos se contradijeron. Tenían una intención muy clara de no contar la verdad”, dijo a Cosecha Roja Lucas Krmpotic, de la Comisión contra la impunidad y por la Justicia de Chubut.

Una de las testigos es instructora de cadetes y se negó a declarar. Otro dijo que los pibes se pelean en los boliches por las diferencias de clase social, ‘si escuchan cumbia, son negros, si les gusta la electrónica, son chetos’. “Si estos funcionarios públicos hablan así de los jóvenes, si no tienen protocolo para la detención de los menores de edad, si hablan de los imputados como los compañeros de trabajo, entonces no van a decir nada en contra”, dijo Heredia.

El tribunal está formado por los jueces Marcelo Nieto Dibiasse, Darío Arguiano y Adrián Barrios. Los Últimos dos también estuvieron en la causa por las torturas y abuso sexual a Maxi Almonacid, en la que cinco policías violaron al joven con un bastón cuando tenía 16 años. Tres de ellos confesaron y los condenaron a prisión, a los otros dos los absolvieron. Son los mismos jueces a cargo del tribunal que dictará sentencia contra los diez oficiales involucrados en el caso Antillanca.

Los policías imputados por el asesinato de Julián son Martín Solís, Jorge Abraham y Laura Córdoba y Paula Morales por homicidio agravado. Otros cuatro son juzgados por encubrimiento: Carlos Sandoval, Analía Di Gregorio, Mario Bascuñán y Valeria Zabala, y contra el oficial Diego Rey pesa el cargo de privación ilegal de la libertad.

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Gabriela Bidera y Jorgelina Domínguez conocieron a Julián Antillanca la noche en que lo mataron en un boliche de Trelew. A las seis de la mañana se fueron caminando del lugar hasta sus casas. En el camino, vieron pasar un patrullero y se escondieron atrás de un árbol. El oficial Martín Solís bajó del auto y tiró el cuerpo del adolescente de 16 años.

Domínguez le contó el episodio a un amigo de la familia que era fotógrafo del diario El Chubut y él la contactó con el abogado de los Antillanca. Delante de César -el papá de Julián- la joven llamó a Bidera para combinar una reunión entre los tres. Bidera -que es hija de un comisario de Trelew- nunca apareció en la cita y denunció a la amiga: dijo que Jorgelina estaba mintiendo porque le dieron plata y le prometieron una casa.

El Tribunal que juzga a los policías que mataron a golpes a Julián imputó a Bidera por encubrimiento agravado. La pena máxima de este delito es de seis años, pero la fiscal Mirta del Valle pidió tres. La defensa se avivó: la condena que la fiscalía había otorgado se podía suspender a cambio de 60 días de trabajo comunitario. Los abogados querían la probation y Del Valle, sin consultarle a la familia Antillanca, aceptó.

“En ningún momento nos dieron alguna explicación, ahora no podemos hacer nada. Según el Código Procesal Penal, la fiscalía tiene que tener el consentimiento de la querella para aceptar este tipo de penas”, explicó  Heredia. Ayer, después de cuatro horas de cuarto intermedio, los jueces aceptaron la condena. “En el primer juicio la absolvieron, como a todos los policías. En el segundo los jueces le dieron la probation a una acusada de encubrir un homicidio”, dijo Krmpotic.

No es el primer problema que la familia de Julián tuvo con esta fiscal. Ellos habían pedido que la causa pase a ser ‘compleja’ porque el cambio iba a permitir que los plazos de prescripción y caducidad sean de cinco años en vez de tres. Del Valle nunca lo hizo, la querella lo pidió al inicio del juicio y el Tribunal no lo otorgó porque es un poder que tiene la fiscalía.

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El 5 de septiembre de 2010 la policía de Trelew molió a golpes a Julián Antillanca y lo subió muerto a una patrulla. El cuerpo apareció tirado en la calle y los investigadores encontraron rastros de sangre en el auto de la Comisaría Segunda.

En el primer juicio, la testigo Diana Monsalvez declaró que dos policías golpeaban a un joven al que ella identificó como Julián. Uno le pisaba la cabeza con la bota y otro le presionaba las piernas con una cachiporra. Ellos dijeron que habían encontrado a Julián tirado en una rotonda con un coma alcohólico. En marzo de 2012 el Tribunal Superior de Trelew los absolvió.

La noche del asesinato de Julián, la policía también atacó a Sergio y Denis Aballay a la salida de un boliche: Julián había visto todo. El más chico de los hermanos entró a la comisaría y salió con siete impactos de bala de goma. Los Aballay denunciaron, fueron a juicio y lograron que se condenara por privación ilegítima de la libertad agravada a Diego Rey, el cabo Martín Solís, la agente Analía Di Gregorio, el agente Jorge Abraham y el comisario Carlos Sandoval. El 9 de marzo de 2014 fueron en auto al almacén del barrio Tiro Federal a comprar cerveza para celebrar el día de la Mujer. Discutieron con otro cliente, Horacio Blanco, que los siguió con su Volkswagen Senda y los fusiló.

Foto: Daniel Feldman / Infojus Noticias