Campeones del pacto de caballeros

Sebastián Villa denunciado e imputado por abuso sexual. Lo abrazan, lo celebran, lo festejan, lo acompañan, lo apoyan. Se preguntan si estará concentrado, si podrá jugar. Se preocupan por "sus problemas". Lo habilitan a jugar. Los eufemismos, los silencios, las complicidades: todo juega a su favor.

Campeones del pacto de caballeros

Por Cosecha Roja
24/05/2022

La dirigencia

El plantel técnico

Los jugadores 

El Consejo de Fútbol 

Los que manejan las redes sociales 

Los periodistas 

Los árbitros

Todos los que avalaron, por acción u omisión, que Sebastián Villa sea convocado para la última fecha del torneo local, como si no estuviera imputado en una causa por abuso sexual e intento de homicidio y procesado en otra por lesiones graves y amenazas contra su ex pareja, son cómplices.  

Villa está en problemas, ¿estará concentrado Villa?, más problemas para Villa, Feliz cumpleaños para Villa, Villa es el mejor jugador, “una cosa es si hablamos de fútbol, el otro tema es diferente”.

¿Cuál es el otro tema? ¿Podemos ponerle palabras? Podemos: abuso sexual.

Villa festeja, Villa abrazado con Riquelme, Villa festejado, Villa sonriente, Villa emocionado . “Vamos a sacar esto adelante, Dios sabe quién soy, mi familia sabe quién soy, el grupo sabe quién soy, el club sabe quién soy”. 

¿Qué sería “esto”? ¿el abuso sexual? ¿la denuncia? ¿la causa? ¿la imputación? Todos, incluso Dios, saben quién es Villa. Sus denunciantes también lo saben. Y la Justicia, en principio, las escucha. Y las pericias las avalan. Hubo golpes, marcas, forcejeos. No hubo consentimiento.  

Estamos hartas del silencio, de la complicidad, de los eufemismos, la falta de empatía. De la soledad, la violencia, la desprotección que significa tomar la decisión de denunciar -porque todos piden, exigen, que denunciemos- ¿para qué? Para después decirnos que no nos creen, que porqué ahora, que cuánto tiempo pasó, qué quién te va a creer, que qué estás buscando, que una cosa es el futbolista y otra el otro tema.

¿Cómo abrazamos a una mujer abusada mientras en las pantallas de todos los televisores, en las fotos de todos los diarios, en las fotos de todas las redes, todo le dice que es mentira que denunciar te empodera, que el poder sigue estando del otro lado, en esa sonrisa de su abusador, en ese abrazo con Riquelme, en ese relato que se pregunta por si estará concentrado o no?

¿Hay que suspender un partido? ¿Hay que desvincular a un jugador? ¿Hay que parar el partido? ¿Hay que decir yo con este tipo no juego? ¿Para qué sirven los protocolos de género de los clubes? ¿Qué dicen, cómo hay que actuar? ¿Hablan de las masculinidades? ¿Hay talleres de masculinidades y de género en los clubes? ¿Hay una intención de cambiar algo, de revolucionar todo? 

Cuando ya no es la primera vez que pasa y se suman jugadores denunciados, imputados, procesados ¿hay que “parar la pelota”? ¿Cómo se empieza de cero? ¿Hay que empezar de cero? ¿Hay que dar Educación Sexual Integral? 

¿Alguien -un dirigente, un DT, un jugador, un hincha, un árbitro, un empleado del club- se está haciendo en este momento estas preguntas?

¿O también estamos solas en esta?