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Lucas Décima tenía 17 años, era el menor de siete hermanos y soñaba con ser músico. La madrugada del 23 de febrero de 2017 una Hilux de la Policía Bonaerense lo frenó cuando volvía caminando a su casa en Parque San Martín, en el partido de Merlo. El sargento Mariano Eduardo Ballarino no llegó a bajarse del patrullero ni cruzó palabras con Lucas: lo mató de un disparo a quemarropa. El policía dijo que se le escapó el tiro y lo mató por accidente. El Tribunal Oral en lo Criminal Nº 6 de Morón lo condenó a 12 de años de cárcel y ordenó su detención.

El policía había sido condenado hace un mes. Hoy el Tribunal dio el monto de la pena y la calificación: homicidio simple con dolo eventual.

El juicio duró dos días. En la primera audiencia la oficial Nélida Clara Valor, compañera de Ballarino en el Comando Patrullas de Merlo. La madrugada del 23 de febrero de 2017 estaban juntos de servicio cuando recibieron un alerta del 911: una mujer avisó que un grupo de jóvenes se estaba peleando y que había escuchado disparos.

Ballarino iba al volante de la Hilux. Cuando llegaron al kiosco Lucas caminaba a unos 150 metros de ahí. La dueña del kiosco lo señaló como uno de los chicos que habían estado discutiendo. Valor contó que Ballarino llegó a la esquina de Costa y Bettinotti con el arma “montada”: sin seguro y con una bala en la recámara, lista para disparar. Ella no desenfundó el arma: no había ningún peligro.

Lucas caminaba unos metros adelante de la Hilux, que avanzaba despacio. Valor dijo que cuando lo alcanzaron, Ballarino le dio la voz de alto y el chico se dio vuelta. Ahí escuchó el disparo. La bala le entró a Lucas por el abdomen y le salió por el glúteo. “Mi hijo lo miraba desde el piso y el policía le decía ‘¡No te mueras acá, guacho, que me arruinás el trabajo!’”, contó a Cosecha Roja Ismael Décima, el papá de Lucas.

Ayer Ballarino declaró durante casi una hora. En la etapa de instrucción había dado que se le había gatillado el arma por accidente. Contó que él había intentado bajarse del patrullero y se le disparó el arma cuando intentaba abrir la puerta.

El policía llegó al juicio en libertad. El juez de primera instancia Alfredo Meade -y dos de los tres jueces de la Cámara de Apelaciones que confirmaron la resolución- elevó a juicio la causa por el delito de homicidio culposo. “Es inconcebible la carátula de homicidio culposo. Esto da vía libre a los policías para cualquier tipo de exceso criminal”. Los jueces no le creyeron a Ballarino y lo condenaron por homicidio simple con dolo eventual.