APDH La Matanza

 

Tuvieron que pasar 6 años desde el homicidio de Gabriel Blanco en una comisaria de La Matanza para que finalmente tres agentes fueran detenidos y llevados a indagatoria. La caratula dice “Tortura seguida de muerte”.

La causa de Gabriel tiene puntos de contacto con la desaparición de Luciano Arruga. Ambos fueron presionados por efectivos policiales para robar en zonas liberadas. Ninguno aceptó. Las amenazas que recibieron fueron similares y por los mismos motivos.

– Un día te vamos a detener y no vas a contar más el cuento. – Le dijeron agentes de La Matanza Oeste 2a a Gabriel –  Vas a aparecer en una zanja.

– Negrito de mierda, te vamos a llevar a la Octava para que te violen, o terminás en un zanjón. – Con esas palabras lo amenazaron a Luciano en el destacamento, en una de las detenciones previas a su desaparición.

Blanco tenía 21 años, vivía en la barriada conocida como “La Borward”, de Isidro Casanova, ya había tenido algunas caídas por robo. La policía lo venía persiguiendo y hostigando para que robara para ellos. Luciano tenía 16, también vivía en La Matanza, en Lomas del Mirador y a 4 cuadras del destacamento donde los peritos comprobaron que estuvo Luciano y que no estaba habilitado para la detención de personas. También lo presionaban para robar en zonas liberadas.

El 1º de marzo de 2007 detuvieron a Gabriel en la comisaría de San Carlos, su esposa lo escuchó gritar y le ofreció a la policía verlo un momento, con la hija, para calmarlo. Le dijeron que se vaya tranquila porque ellos se iban a ocupar de tranquilizarlo. Gabriel fue detenido a las nueve de la noche y a las doce apareció colgado con un cable eléctrico en un calabozo oscuro.

La hermana de Luciano también escuchó gritos en la comisaría.

– ¡Me están pegando! –

Los golpes fueron comprobados en el Hospital de San Justo. Desde ese momento la presión policial sobre Luciano aumentó. Nuevos ingresos a las comisarías. Nuevos apremios en la calle. Nuevas golpizas.

Pablo Pimentel, presidente de la APDH de La Matanza, reseña el caso de Gabriel de la siguiente manera: “Cuando nos enteramos sugerimos a los familiares que fotografiaran el cadáver; ahí se dieron cuenta que tenía la mortaja pegada para que no se vea como estaba. La policía había hecho una autopsia y nosotros pedimos otra en la cual se comprobaron golpes y la falta de dientes. Por otra parte, hace tres años la policía científica hizo pruebas con los cables que, según los policías de La Matanza, Gabriel habría utilizado para suicidarse: se cortaron con la presión de un peso de cincuenta kilos, cuando este muchacho tenía un metro ochenta de altura y más de 80 kilogramos. Era imposible que se ahorcara. Pedimos una reconstrucción del hecho y quedó claro que una persona alterada no podía pasar ese cable por donde supuestamente se ató para colgarse; el gendarme que lo hizo tardó media hora y estaba emocionalmente equilibrado y con luz.”  Eso fue el año pasado.

La contundencia de las pruebas llevó a que hoy se detuviera al Subcomisario Rubén Suarez, el Suboficial Emilio Gómez y el oficial Pablo Bargueña. El pedido lo realizó Carlos Arribas, fiscal de homicidios del Departamento Judicial de La Matanza.

– Este hecho es una bocanada de esperanza para los que militamos en Derechos Humanos.- Dijo Pimentel. – Un reconocimiento a la lucha silenciosa y tenaz de los padres de Gabriel. Ahora esperamos que se llegue al Juicio Oral y que las pruebas le parezcan suficiente al Tribunal para hacer justicia.

Del otro lado, en el caso de Luciano, sigue sin haber imputados después de 4 años, los policías sospechados siguen en la fuerza. La familia pidió en 2010 que se investigue el caso como “desaparición forzada” y, de ese modo, pasar a la justicia federal, sin embargo el juez de Garantías Gustavo Banco no encontró elementos para el cambio de carátula y de fuero, de modo que la causa sigue en el Juzgado Nº 5 de La Matanza.